por Virginia Hebrero
para agencia EFE
ROMA – El Gobierno italiano, formado por la ultraderechista Liga y el antisistema Movimiento 5 Estrellas, celebró ayer en medio de divisiones internas el 74 aniversario de la liberación del nazifascismo, una de las principales festividades del país.

Desde que el ejecutivo de coalición asumiera el poder en junio del pasado año han sido constantes las fricciones entre sus dos socios, la Liga de Matteo Salvini y el M5E de Luigi de Maio, pero la cercanía de las elecciones europeas del 26 de mayo ha acrecentado la tensión.

La celebración de este Día de la Liberación, o Fiesta de la Resistencia, como también es conocido, ha sido el motivo de la enésima disputa entre los socios de Gobierno, después de que el vicepresidente y ministro del Interior, Salvini, decidiera no acudir a los eventos oficiales y viajar, en cambio, a Sicilia para un acto de apoyo a la policía contra la Mafia.

Di Maio, postura opuesta

El otro vicepresidente, Di Maio, criticó esta semana a aquellos que minimizan la importancia de esa efeméride, que celebra la liberación de Italia por los aliados en 1945 del régimen fascista de Mussolini y de la ocupación nazi y que llevó a la creación de la República italiana.

Y hoy, mientras visitaba la sinagoga para las celebraciones de la comunidad judía de Roma del 25 de abril, volvió a atacar a Salvini: “Divide el que no quiere festejarlo, nosotros no queremos ser divisivos, el 25 de abril debe ser una jornada de unidad”.

Por su parte, Salvini se defendió de las críticas diciendo a los periodistas: “Me gustaría que el 25 de abril sea la jornada de la unidad y de la pacificación… Luego cada uno tiene sus propias ideas, distancias y objetivos: yo he elegido Corleone para decir a los jóvenes que vence el Estado”.

Como es tradición, el presidente italiano, Sergio Mattarella, depositó una ofrenda floral en el Altar de la Patria en Roma, adonde acudió acompañado por la ministra de Defensa, Elisabetta Trenta (del M5E), el primer ministro, el independiente Giuseppe Conte, y la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, también del M5E. “Aunque este es un lugar de dolor, hoy es un día de fiesta, no hagamos polémicas”, pidió Conte tras visitar el santuario de las Fosas Ardeatinas, donde centenares de romanos fueron masacrados en 1944 por los nazis.

Un nuevo intento del primer ministro por mantener la estabilidad de un gobierno antinatural que no ha cesado de tener disputas internas desde su creación.

Siri, un caso de corrupción

En los últimos días uno de los motivos ha sido la exigencia del M5E de que dimitiera Armando Siri, subsecretario de Transportes y muy próximo a Salvini, y acusado en un caso de corrupción. La acusación cree que Siri cobró 30.000 euros por favorecer a un empresario ligado a Cosa Nostra.

También han chocado los socios por el bloqueo por parte de la Liga de una ley que reduciría la deuda de la ciudad de Roma y ayudaría a frenar su degradación, que Salvini achaca a la gestión de la alcaldesa Raggi.

Sin embargo, los dos vicepresidentes han negado repetidamente la posibilidad de una crisis de Gobierno como consecuencia de estos enfrentamientos. “¡Pero qué crisis! La Liga quiere solo gobernar bien y durante mucho tiempo en el interés de los italianos”, trató de tranquilizar el ultraderechista Salvini.

También polémica por un tren

“Que cesen las polémicas, el Gobierno seguirá adelante otros cuatro años”, señaló, por su parte, Di Maio. Pero ahí siguen otras posturas opuestas de los socios en importantes asuntos, como la continuación de las obras del tren de alta velocidad entre Turín y Lyon, que apoya la Liga y al que se opone el M5E. O la política de mano dura y puertos cerrados de Salvini contra la inmigración, frente a una mayor flexibilidad del partido de Di Maio.

Todo ello mientras las encuestas de intención de voto -tanto para las elecciones europeas como para eventuales comicios nacionales- muestran que en los once meses de gobierno se ha dado la vuelta a la tortilla y la Liga ya supera con creces a un disminuido M5E, que fue el partido más votado en las últimas elecciones de 2018.