Bianchi cumple 70 años
El DT más ganador de la historia de clubes de Argentina.
por Eduardo Martínez / Télam
Carlos Bianchi, el director técnico más ganador de la historia del fútbol argentino, ídolo eterno para los hinchas de Vélez y de Boca, los clubes en donde logró sus mejores hazañas, cumplirá este viernes 70 años.
En un presente otoñal de su vida laboral, las primaveras del “Virrey” pasan por sus grandes triunfos deportivos, recuerdos frescos en los que ponderan la solidez de sus equipos, y por el calor de su familia. Allí se siente feliz y seguro, por estar todavía entero y en plenitud.
Bianchi es la única persona en el mundo del fútbol en tener dos estatuas en clubes distinto, la mejor manera que los hinchas del “Fortín” y del “Xeneize” encontrar para dejar plasmado el recuerdo de quien los hizo felices.
Su vida, hoy, pasa por su mundo en Barrio Parque, uno de los lugares más caros de Buenos Aires, y también por París, en un departamento cercano al centro de la ciudad. En Francia es siempre recordado por su brillante paso como delantero por el Reims y el París Saint Germain.
Sus días en la Argentina son sencillos, se levanta temprano y hace sus dos horas de caminata. Luego almuerza con el amor de su vida, su esposa Margarita, y por la tarde el tiempo transcurre entre un café con amigos en la Dolfina Polo Bar, en jugar con sus nietos o ver mucho fútbol por televisión.
De vez en cuando, va a ver jugar a Vélez en un palco preferencial que tiene reservado para él, que nadie ocupa aunque no vaya, y que en forma religiosa se lo llama el “palco de Bianchi”.
“Yo dije que era hincha de Vélez. Yo nací ahí y se que también no tengo que equivocarme en los sentimientos. El profesional tiene que saber que no se tiene que confundir. Yo el día que deje de trabajar voy a seguir yendo a ver a Vélez, es mi barrio y me da placer cuando voy”, comentó en diciembre de 2012, el día que volvió a ser por tercera vez entrenador de Boca.
Pero si Vélez es su club del barrio, el del hincha, Boca es su gran pasión como profesional, donde pudo mostrar sus mejores hazañas y al que también siempre sigue por televisión, acá o en el exterior.
Por eso dicen en su círculo intimo que sufrió mucho con la derrota de los dirigidos en ese momento por Guillermo Barros Schelotto, uno de sus hijos dilectos del fútbol, ante River por la Copa Libertadores en Madrid.
Y que todavía tiene un puñal clavado en los recuerdos, por su salida de la institución en agosto de 2014 y una relación quebrada con el presidente del club de la Ribera, Daniel Angelici.
Bianchi sigue pensando qué habrá pasado entre aquel mediodía de viernes donde el dirigente le aseguro que dirigía contra Vélez y horas después, por la tarde en Casa Amarilla, le decía que se tenía que ir.
Justo antes de un Boca- Vélez y cuando íntimamente el “Virrey” sabía que era el final de su brillante carrera y lo quería hacer ante las dos hinchadas que más lo amaron.
Casualmente dos años después, el día que se descubrió su estatua a metros del vestuario local en la Bombonera y rodeado de sus “pollos” Juan Román Riquelme, Guillermo Barros Schelotto, Mauricio Serna, Rolando Schiavi, Cristian Traverso y José Horacio Basualdo, el presidente Angelici estaba de viaje en el exterior.
“No hace falta estar adentro para saber lo que significa Boca para millones de personas. Soy el encargado de dirigir y marcar el camino correcto y los jugadores tiene que respetarlo. Esto es como una familia donde el ejemplo lo tiene que dar el padre”, dijo en 1998, cuando empezó su ciclo dorado en el club de La Ribera.
El no poder haber logrado esa meta en su tercera etapa en el club auriazul, el de llegar a sus jugadores, es su deuda interna y su dolor máximo como profesional.
Los números fríos dicen que como jugador e implacable delantero, es el máximo goleador de la historia de Vélez con 206 goles. Salió campeón en 1968 con el club de Liniers y está décimo en la lista general de nuestro fútbol. En Francia, fue un letal “romperedes” con las camisetas del Stade Reims, París Saint Germain y Racing Estraburgo: convirtió 179 goles y fue ídolo en los tres clubes.
Como director técnico logró 15 títulos: 7 en las ligas locales y 8 internacionales. Sus máximos galardones son la Copa Libertadores e Intercontinental ganadas con Vélez; y las 3 Copa Libertadores y las 2 intercontinentales que levantó con Boca.
Su deuda eterna fue no haber dirigido a la Selección y se comenta que cuando leyó hace dos días a Humberto Grondona decir que su fallecido padre siempre lo quería como entrenador, una sonrisa entre pícara y burlona asomó en su cara.
Carlos Bianchi, con su esposa, dos hijos y cuatro nietos, festejará feliz y en Buenos Aires sus setenta abriles. Seguramente, la mayor victoria para un ganador por siempre.
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