Por Claudia Roldós

José Pablo “Pepo” San Martín mostrará por primera vez en vivo las canciones de “Ministerio del Interior”, el disco solista que compuso, tocó, grabó, mezcló, masterizó, graficó y publicó en plataformas digitales a fines del año pasado.

El recital -este sábado a las 21.30 en la sala Melany del complejo de San Luis 1750- replicará ese clima intimista, artesanal, centrado en la guitarra y su voz, que caracterizan a este primer material en solitario del integrante de la reconocida power banda marplatense Científicos del Palo.

“Va a ser un show íntimo, con la guitarra y a lo sumo invitaré a un amigo, Juan Estagno, para que haga algunas voces porque en el disco grabé varias voces y solo, en vivo, no puedo resolver eso”, adelantó el músico.

Además, mostrará un par de temas inéditos y, “si me animo, voy a hacer algunos temas de Dylan y Neil Young que son artistas que me gustan mucho. Voy a ver si me da el aguante” confesó el artista en una nota con LA CAPITAL en la que compartió la “cocina” de este trabajo que va “a contramano” de lo que se usa actualmente en la industria musical y en el que pretende dar a conocer una faceta diferente como músico.

– En el recital mantenés el espíritu del disco. Es un material que transmite una sensación de intimidad, lo artesanal, con la riqueza en lo que dice y en cómo se lo dice, más que en los recursos tecnológicos…

– Mientras lo grababa, acá en mi casa, con un par de cosas que me compré, nunca pedí que mi familia haga silencio o se fuera. Siguieron con lo suyo por eso, si prestás atención se escucha de fondo mi hija andando en patines o conversaciones, todo eso fue quedando y suman esa cosa íntima de un chabón en su casa cantando. Con este disco quería ir un poco a contramano de lo que está pasando en líneas generales, que salen temas sueltos, que todo tiene que ser muy efectivo. La dinámica de esta era pide que los temas sean muy poderosos, generar un impacto y me dieron ganas de hacer todo lo contrario, sacar un disco entero, muy personal, que el que lo escuche sienta que hay una persona cantando, sin mucho artilugio técnico y que pueda ingresar a esa situación íntima y, básicamente, salir de la velocidad, la vorágine.

– ¿Más parecido a la trova?

–  Es, ni más ni menos, esa cosa de trovador, de canción de protesta que se hacía en los ’60, ’70, pero con un toque de otras influencias, partiendo de algunas situaciones que me gustaban de esas canciones, metiendo otros elementos. Obviamente me gustan los Beatles y en algunos lugares se nota.

– Se nota el folk también…

– Sí, claro, soy fanático. Me gustaba que se pudiera tener acceso a otra faceta de lo que hago. Igual, las canciones de Científicos nacen así también, con guitarra acústica, lo que pasa es que luego los otros dos -el baterista Sebastián Quintanilla y el bajista Carlos “Popete” Andere- le aportan más la situación de banda de rock, el power. Son dos facetas de lo mismo, es como jugar a la pelota en cancha de 11, de manera profesional competitivo o con tus amigos en cancha de 5, de manera más íntima, todo es fútbol. Y en esto es lo mismo, hemos podido tocar en Vorterix presentando un disco con 1.000 personas haciendo pogo y también está bueno salir con una guitarra acústica y cantar para 50 en una situación mucho más íntima.

– ¿Compusiste todas las canciones especialmente?

– Sí, tenía alguna idea de guitarra o dos que usé, pero como hay un cine dogma, yo quise, me obligué como dogma a que las canciones fueran nuevas, con una metodología. Mi rutina era componer una canción, hacer la letra en el momento, terminarla y grabarla. Lo que se escucha es la versión natural, pasada a lo sumo 3 o 4 veces.

– ¿Cómo fue el proceso de grabación?

– Grababa primero la guitarra, con metrónomo como para poder tener un pulso firme y poder sobregrabar y a lo sumo corregí alguna cosa de afinación, pero básicamente fue así, iba componiendo y grabando. Nunca había hecho algo así, lo que se escucha es así, lo más fresco.

“Se escapa lo que pienso”

– En las letras hay introspección, sentimiento y se cuela algo de observación de la realidad social, como en Cartón ¿También va en el sentido de salir de la vorágine?

– Para hacer un paralelo, ¿viste que hay películas que tienen una historia chiquita, con microsituaciones que van pasando que te atrapan y emocionan? Esto es más o menos así. Compuse con respeto y los temas tienen sus trucos, yo quería que sonara sencillo y que puedan generar otras situaciones. Con Científicos, quienes conocen la obra saben que somos bastante contestatarios, sacudimos más. Esto es más introspectivo, pero siempre, como en Cartón, se escapa un poco de lo que pienso y de cómo veo la sociedad, lo que está pasando. Pero es más hacia adentro lo que intenté hacer, una especie de paisaje íntimo.

– Y metafórico, porque en la simpleza no son lineales los temas.

– Tengo una conducta, se me pegó a raíz de un disco que hicimos en 2012, la Histeria Argentina, eso de escribir en verso. En este disco, esta técnica me simplificaba mucho, se me ocurría un verso y ya sabía que el otro tenía que rimar, eso me ordenaba, esa dinámica del patrón de rima hizo que tuviera que decir las cosas de determinada manera y obligatoriamente tuve que entrar en el terreno de la metáfora. Es un lindo ejercicio.

– ¿Cómo entregaste las segundas voces? Se sienten mucho en Arbol y en otras también.

– Siempre grabé la guitarra primero, en muchos hay una sola y en otros más de una, voces, mezcla y masterización. Justo en Arbol es uno de los pocos en los que todo el tiempo hay dos voces, como en ese tema de The Beatles ‘Two of us’, ese tipo de canciones a dos voces siempre me gustó, como Sinatra, cuando cantan hombre y mujer a dos voces, eso también es bastante folk y siempre atrajo mucho.

– También hay armónica en un tema, Padre…

– Es un tema que le hice a mi papá, que fue quien me hizo conocer a Dylan. Siempre había querido hacer una canción en esa senda de Dylan, él siempre en su época solista se acompañó con la armónica, como León Gieco, eso me gustó. El tema es que cada armónica sirve para una tonalidad, una nota. Cuando supe en qué tonalidad iba a estar el tema y fui y me compre la armónica que necesitaba, sin tener una gran idea, pero salió. No practiqué mucho, hice la melodía que sabía que tenía que hacer y quedó, rústico, pero mantuvo ese espíritu de no mucha sutileza, está muy vivo.

– ¿Le agarraste el gusto a la armónica, como para seguir, profundizar?

– Me gustó mucho, pero tiene esa complejidad que si querés tocar más temas tenés que tener más armónicas y ahí ya me aburrí. Tengo la armónica en do y toco esa. De hecho me compré el soporte para tocar a la vez la guitarra y ahí terminó mi incursión.

– Con los temas inéditos, además de presentarlos el sábado, ¿Tenés pensado hacer algo más?

– Sí, porque me gustan bastante. No entraban en este disco, pero pueden entrar en cualquier otra situación. Son más antiguos los temas pero ya estaban en la senda de los de Ministerio del Interior. Son de esa etapa folk que me agarró.

– Mientras, ¿Con Científicos siguen avanzando con la segunda parte de Justicialista?

– Lo mejor que me puede pasar es estar haciendo algo, si no me vuelvo loco. Hace poco hice 10/12 temas para Científicos que estamos ensayando, probando, escuchando. Va a ser el disco con más preproducción que todos los que hemos hecho antes. Pero el destino es un poco incierto en este momento, está atado a la realidad el país. Tenemos la esperanza de que este año salga, pero habrá que esperar para ver cómo. Si bien hasta ahora la situación económica era trágica, ahora es realmente tan seria que hace replantearse todo. Más allá del cambio de paradigma de los soportes musicales, la verdad es que ya no se sabe si fabricar un disco es posible aunque quieras hacerlo, por una cuestión de costos. Pero a pesar de la incertidumbre seguimos.