MIRAMAR (Corresponsal)

Por Hernán Espinosa

Si bien todavía diversos artistas trabajarán un par de jornadas más para culminar las grandiosas obras que vistieron a la cuarta Bienal Internacional de Arte, se realizó la noche del sábado en las instalaciones del Circulo Italiano el acto de clausura, donde los protagonistas fueron reconocidos por su gran aporte cultural, al igual que la gran cantidad de voluntarios que trabajó en este evento ya tradicional.

De esta manera, Miramar volvió a demostrar su compromiso con el arte en los espacios públicos, revalorizando un parque cada vez más atractivo que desde el 2013 fue teniendo una metamorfosis que es reconocida tanto por residentes como turistas.

“Tengo una alegría inmensa de haber podido celebrar esta nueva bienal, la pasamos muy bien, nos reencontramos con amigos que llegaron de diferentes lugares y trabajamos juntos durante varios días. A su vez, el momento de la despedida es difícil, algo triste porque fueron diez días con mucha energía y alegría”, dijo la curadora del evento, Marité Svast.

“Hubo mucho tiempo de organización y las últimas semanas fueron de una tensión enorme para contar con materiales, auspiciantes y toda la parte logística donde el municipio siempre estuvo junto a la comisión que también fue fundamental. A los artistas que son tremendamente generosos con sus obras les deseo un feliz retorno a sus hogares”, agregó.

Hasta antes de la primera edición de la Bienal Internacional de Arte (2013), el hoy parque cultural a cielo abierto era un espacio prácticamente abandonado junto a un arroyo e inmortalizado con un viejo e inutilizado anfiteatro “José Hernández”, ganado por la vegetación en sus gradas y distintos grafitis relacionados más que nada con gustos políticos o expresiones de rebeldía que con una acción comunitaria y patrimonial.

Poco a poco, con un fuerte compromiso de la Municipalidad de General Alvarado que entendió la necesidad de revalorizar ese lugar, el arte fue ganándole la pulseada a la desidia y más allá de los muros y el entorno cultural, llegó la concreción del Paseo del Durazno y obras de real trascendencia como el Instituto 81, entre otras, que aportaron valor agregado a una zona que es la imagen de entrada a la ciudad por la ruta interbalnearia 11, sin dejar de obviar que allí se desarrollan espectáculos musicales y artísticos como el Festival AcercArte.  

Colaboradores

Desde la comisión organizadora también valoraron el aporte de los colaboradores en distintas tareas, sobre todo colaborando con los artistas. Por eso también, recibieron una cálida salutación y su diploma por ser parte del acontecimiento.

“Este evento me hizo crecer mucho y quizá aún no tome dimensión real de todo lo que vivimos durante los últimos días. Es algo para la gente y queda como patrimonio cultural de General Alvarado”, destacó el director de Promoción Turística municipal, Tomás Acha.

“El arte mismo como esencia volvió a manifestarse en todo su esplendor durante esta semana en Miramar. Felicito a los organizadores y espero que esto perdure en el tiempo”, aportó el artista santiagueño, Juan Bejarano.

La ciudad podrá tener falencias que deben  tratar de al menos de ser corregidas, eso sin duda, pero la Bienal Internacional de Arte Público fue un gran acierto. Este evento llegó para quedarse y así deberá ser,  más allá las de gestiones políticas o potenciales cambios de gobierno que puedan sucederse o no, a futuro.