Jorge Fernández Díaz y Soledad Gallego Díaz: el periodismo y el acecho de las redes
El periodista y la directora del Diario El País de España hicieron hincapié en las secuelas de la postverdad, la proliferación de "fake news" y las tensiones del lenguaje inclusivo.
Conversación entre Jorge Fernández Díaz y Soledad Gallego-Díaz. Foto: Télam | Irma Montiel.
Los periodistas Jorge Fernández Díaz y Soledad Gallego Díaz protagonizaron una de las sesiones más interesantes del 8° Congreso Internacional de la Lengua (CILE) cuando debatieron sobre los retos que afronta el periodismo en un escenario inflamado por las redes sociales, a las que la española definió como “armas de distracción masiva que destruyen la capacidad de las sociedades para acceder a la información”.
Bajo la consigna “El español y la sociedad digital” y con la moderación de la escritora Claudia Piñeiro, los periodistas mantuvieron un diálogo ameno en el Teatro General Libertador San Martín que recorrió los tópicos del periodismo contemporáneo, desde las secuelas de la postverdad y la proliferación de “fake news” hasta las tensiones que el lenguaje inclusivo ha producido entre algunos académicos y los movimientos feministas.
“Hay una guerra por instalar palabras y una guerra de argumentaciones. Hemos comprobado a lo largo de la historia de la humanidad que las argumentaciones son más peligrosas que las balas –indicó Fernández Díaz-. En la batalla que se da en la Argentina por la legalización o no del aborto, hay una discusión para instalar la palabra ‘provida’, que no es ingenua sino que tiene la intención de marcar que hay un bando que está a favor de la vida y otro en contra”.
“Una de las cosas más significativas en las sociedades occidentales de este momento es el fenómeno de intentar simplificar cosas complejas. Lo que hay detrás de esa simplificación, hay una utilización falsa y manipulada del lenguaje. Porque acaso ¿quién puede decir que las mujeres que practican un aborto están a favor de la muerte? Eso es una mentira y pretende simplificar el derecho de una mujer a decidir sobre su propio cuerpo”, intervino Gallego Díaz.
Egresada de Periodismo y de la carrera de Filosofía y Letras, la periodista asumió en junio del año pasado como directora del periódico español El País y se convirtió en la primera mujer en ocupar ese cargo desde su fundación en 1976, corolario de un recorrido que en los últimos treinta años la ha llevado a desempeñarse como cronista política y corresponsal en Bruselas, Londres, Nueva York, Buenos Aires y París.
“Todas estas construcciones de sentido común hacen que el editor tenga que pensar tres veces cómo está nominando un tema. Cómo se llama un tema puede ser hoy motivo de disputa ideológica. El editor se convierte en un sopesador permanente y en alguien que debe sospechar de los rótulos de cada momento”, intervino Fernández Díaz, que desde 2012 es miembro de la Academia Argentina de Letras.
“Tengo la idea de que cuando uno escribe en digital escribe provisoriamente y por lo tanto escribe con una cierta libertad o ligereza porque un error puede ser modificado inmediatamente y un texto puede ser enriquecido diez minutos después. Esa cosa provisoria que no existía en los periódicos de papel de hace diez años, donde una errata en el papel o en un libro era una verdadera tragedia para un periodista”, acotó el autor de “Mamá”.
Para el autor de “El puñal” hoy se da “una cierta relativización del error ortográfico o semántico que lleva a una relativización del dato”, mientras que para su colega española “la idea de que el periodismo puede ser mentiroso es nefasta para el oficio” ya que “si algo es mentira, entonces no es periodismo”.
“El problema de las redes es que han permitido el fenómeno de las fakes news, que provocan que los medios no tengamos capacidad de imponer los temas. Los medios hemos perdido capacidad de fijar agenda, de llamar la atención a los ciudadanos sobre las cosas que son de interés público –analizó Gallego Díaz-. Se los distrae continuamente para que no tomen decisiones sobre cuestiones importantes para su manera de decidir”.
“Las redes son hoy armas de distracción masiva, como el equivalente a las antiguas armas de destrucción nuclear, que provocan un efecto demoledor en la sociedad porque destruyen la capacidad de tener redes de información -subrayó-. Lo malo es que las redes hagan desaparecer al periodismo ya que por el contrario el periodismo nunca va a hacer desaparecer a las redes”.
Otro de los núcleos fuertes de la charla -que hasta ahora se ha convertido en un tópico recurrente aunque paradójicamente no forma parte de la agenda oficial del Congreso de la Lengua- fue el de las tensiones que genera el lenguaje inclusivo.
“El lenguaje inclusivo es un síntoma de algo importante y positivo pero hay quienes quieren forzar a la Academia y a quienes hacen los diccionarios a procesarlo y adquirirlo inmediatamente. Eso me parece peligroso porque no sigue el normal desenvolvimiento profesional que tiene la hechura de un diccionario y además porque después ese ejemplo puede quedar abierto para que otros grupos de presión pujen para instalar otras cuestiones, con lo cual los diccionarios ya no serían reflejo de lo que pasa de manera perenne sino resultado de pujas de distintos grupos”, se expidió Fernández Díaz.
“No creo que el lenguaje se pueda imponer: creo que es una construcción humana que tiene un desarrollo y afortunadamente no tiene que ver con las imposiciones. Pero sí creo que el lenguaje refleja las estructuras de una sociedad y en la sociedad actual existe claramente una estructura de poder que hace que las mujeres estén en una posición secundaria. Eso ha ido cambiando en las sociedades occidentales pero todavía no se ha producido la necesaria igualdad que debe existir”, coincidió Gallego Díaz.