“Peste blanca” – Agonía del amor
Por Juan Alberto Yaria
“…el Eros conduce al alma” (Platón)
Ante la “agonía” del amor surge el sexo químico. El Eros como desasimiento de sí y la capacidad de alojar al otro y a los otros cae en la sociedad individualista con el Ego como Podio central.
“Chemsex” (chemical sex) así se lo llama en Europa, en donde los estupefacientes (siempre estimulantes como la cocaína , alcohol y mucho Viagra) implican mucha gimnasia sexual con varios participantes a la vez y fiesta y más fiesta ante tanta tristeza manipulada químicamente.
Esto sucede aquí también. Basta hablar (y eso hago todas las semanas) con médicos que trabajan en boliches tratando que no se mueran ahí y con médicos de servicios de emergencia que llevan a pre-comatosos desde departamentos vips o locales donde la marginalidad campea.
Luego los tratamos en Gradiva vencidos por dolencias de todo tipo, con enfermedades venéreas y abúlicos por la falta de sentido de la vida y por alteraciones funcionales químicas y eléctricas de su sistema cerebral después de tanta excitación y noches sin dormir. Luego de la abstinencia aparecen historias de abandonos, abusos sexuales, muchas son propiedades de “fiolos” que con el “polvo blanco” tienen en sus post-50 (mayores que se “pavonean” con adolescentes) en edad a jóvenes bonitas que van prostituyendo día a día por un lado gozándolas y por otra parte ofertándolas.
No podemos entender las adicciones hoy si no es en clave cultural. Es la “agonía” del amor una de las características de este tiempo llamado post-moderno .El Otro está desapareciendo y el amor es un proyecto conjunto. Desde lo teológico (Dios es Amor) hasta los más grandes filósofos y pensadores han encontrado en el Amor la posibilidad de nuestro desarrollo. Si esto es así el Amor implica un desasimiento de sí en aras del Otro. De esta manera surgen los vínculos como la amistad, la fidelidad, el amor sexual y filial, el hijo, la vida como causa y la vocación con el altruismo como eje ético.
Tiempo, éste, de desvinculación que es paradójicamente vivido como de libertad en donde el compromiso, la lealtad y la promesa entraron en crisis. Todo esto parece caer. El individualismo reina. El rendimiento sexual suplanta a la vida amorosa. El porno es el eje de todo en esta cultura de agonía del Amor .La pornografía es paralela a esta caída de la vida amorosa y el rendimiento sexual en donde el Otro es mera mercancía se sucede día a día y semana a semana.
Anfetaminas, cocaína, GHB, Viagra y mucho alcohol; todo sirve en aras de este rendimiento que deja una resaca de tristeza vital pero que comprometiendo estructuras cerebrales nos lleva a repetir la gimnasia sexual por simple adicción. Dos, tres, cuatro, todo da en este Valle de ilusiones y esfuerzos sin fin. Ya no es la represión la barrera de la sexualidad sino el Mas Allá del Placer y fuera del Amor que sume en la muerte misma a muchos. El Ombligo suplanta al Otro.
“Ceguera” frontal
Surge así la “ceguera” frontal. El cerebro y sus sistemas de placer “domados” por drogas de abuso repiten y repiten por automatismos la letanía sin fin de la degradación y el deterioro. Progresivamente el cerebro y especialmente las estructuras más evolucionadas como el lóbulo frontal en donde reside el asiento biológico de la libertad y de la toma de decisiones queda alterado (de ahí el nombre de “ceguera” frontal) y las estructuras más primitivas (reptilianas y simiescas) toman su lugar.
En términos de Heidegger sería que el olvido del ser (lo auténtico de la vida) lleva a la ceguera de los acontecimientos. Esto tiene un correlato biológico también que incluso se puede observar en el deterioro neuro-cognitivo de estos pacientes a través de tests y en estudios computarizados de las imágenes cerebrales de las estructuras frontales, parietales y temporales.
En términos psicológicos podemos decir que el narcisismo es “ciego” y la catarata de impulsos y sus descargas rápidas con la suspensión del pensamiento impiden analizar consecuencias. Aumentan todo tipo de enfermedades y por eso hoy aumentan las enfermedades venéreas ya que en el desborde no hay preservativo que valga. No hay tiempo para eso y en el mar de la omnipotencia maniaca se suspende el juicio de la posibilidad de consecuencias.
Construyendo nuestro envejecimiento precoz
Esta aceleración vital va construyendo nuestro propio deterioro. Al deteriorar nuestra última conquista biológica que es el cerebro con más de 100 mil de neuronas vamos dañando nuestra capacidad de planeamiento, regulación de impulsos y nuestra memoria, atención y nuestras capacidades superiores. Por ello el lóbulo frontal es llamado el CEO (control ejecutivo) de nuestra persona. Así vemos pacientes que luego de ser ejecutivos de primera línea en empresas multinacionales culminan su vida en una villa buscando drogas o jóvenes profesionales entre marginales así como mujeres en prostitución para conseguir su dosis.
Lo importante es que se va perdiendo la posibilidad de verse a sí mismo (encuentro con la conciencia y nuestra mismidad) y de ver al otro .Se pierde la capacidad de escucha y desaparecen dos características típicas de la humanidad: escucharse, escuchar y escuchar la voz del amigo (padre, terapeuta, hijo, compañera, etc.) que es la base del cambio .El autismo se apodera de todos esos consumidores y la soledad es la caída misma en el vacío.