Una misteriosa tuba de la Alemania nazi “durmió” en el depósito de la Banda Sinfónica
La historia se conoció en momentos en que la Banda Sinfónica Municipal cumple cien años desde su municipalización, ocurrida en 1919.
Lamas junto a su instrumento "vintage".
A principios de 2018, debajo del escenario del Teatro Colón, en un depósito “olvidado por todos”, definió el músico de la Banda Sinfónica, Eduardo Lamas encontró, junto a materiales inservibles, un viejo estuche. Y en el interior, una tuba añeja, deteriorada por el paso del tiempo, pero llamativa.
La historia de la tuba se conoció en momentos en que la Banda Sinfónica Municipal vive los festejos por el centenario de su municipalización, en 1919.
“Está construida por una marca alemana que no conocía. Eso me llamó la atención, porque conozco todas las marcas”, siguió Lamas. La curiosidad lo obligó a trasladar el enorme instrumento a su casa. Y junto a un compañero también músico, empezaron a investigar el origen de la casa matriz: Wunderlich Siebenbrunn.
Descubrieron que se trataba de la marca oficial de los instrumentos sonoros que utilizaban las bandas musicales de la temida SS –guardias paramilitares- en los tiempos del nazismo.
“La fábrica cerró en 1942, así que la tuba como mínimo fue hecha en el año ’42 o antes”, dijo Lamas, entusiasmado por el descubrimiento. “Tiene más de setenta años y en el estuche lleva el sello de que fue incorporada al Estado en 1953. Estuvo muchos años sin ser ejecutada”, relató.
Como estaba en mal estado, decidió repararla. Se la llevó a Buenos Aires, a un luthier de confianza que logró reparar “el motor” del instrumento, es decir el cerebro musical de la pieza.
Como si fuera un automóvil, el luthier “le rehízo los pistones, le sacó las abolladuras y dejó el laqueado original que posee el instrumento”, lo que le da “un aspecto vintage, como se dice ahora”. Así logró recuperar la funcionalidad de la tuba y en la actualidad se convirtió en su propio instrumento. “Suena muy bien”, aclaró.
Seguirá siendo un misterio saber cómo llegó ese instrumento a Mar del Plata y por qué no tiene grabado el nombre de Adolf Hitler en la campana de la tuba, tal como lo tenían los otros instrumentos de esta misma casa constructora durante ese período de la historia alemana.
“Si dijera Adolf Hitler no la podría tocar, no podría tocar un instrumento con esa leyenda”, recalcó el músico, quien se siente conmovido por haber podido “revivir” un instrumento artístico con tanta historia encima, que atravesó el siglo XX y afronta hoy los desafíos del XXI.