Aunque era clara y evidente desde la mañana del 18 de diciembre pasado la forma en la que se había producido el asesinato de Juan Santurian (63), uno de los dueños de la firma gastronómica Manolo, la Justicia local recién cerró la investigación sin sorpresas: su ex suegro Miguel García (70) lo mató y se suicidó.

El fiscal Alejandro Pellegrinelli archivó el jueves al mediodía el expediente 27893/18 en el que se estableció que no habían participado terceras personas y que todo se trató de un conflicto interpersonal.

Las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la cochera de Libertad 3302, donde se emplaza el moderno edificio Boghoss II, aportaron la prueba fundamental para despejar todo tipo de dudas.

El registro de video muestra cómo García sorprende a Santurian a las 8.50, en el subsuelo, y lo enfrenta tras salir desde atrás de un vehículo. Santurian tenía pensado subirse a su camioneta e iniciar la jornada laboral, pero al tener enfrente a García no tuvo demasiadas salidas. El ataque se perpetró en un par de segundos y Santurian, dueño de la firma Manolo, recibió tres disparos. García, poco después, tomó la pistola calibre 40 marca Tanfoglio, se la apoyó en el pecho y disparó.

Juan Manuel Santurián.

Los motivos que originaron el conflicto son irrelevantes en términos jurídicos y queda reservado al ámbito familiar. Vale recordar que Santurian tuvo como pareja durante varios años a la hija de García e incluso ambos tuvieron un hijo. Por ello es que las razones del ataque no fueron investigadas por el fiscal Pellegrinelli.

La investigación debió analizar los resultados de la comparación balística para confirmar que solamente se había utilizado un arma de fuego en el hecho.

Al descartarse que hubiera habido participación de alguna otra persona, el fiscal declaró extinguida la acción penal ya que el autor del asesinato de Santurian murió en el mismo episodio.