Hace poco más de diez días, el presidente Mauricio Macri anunció en conferencia de prensa un alivio impositivo para las economías regionales al aumentar el mínimo no imponible sobre las cargas patronales de los trabajadores de pequeñas y medianas empresas (pymes) del sector agrícola y algunas actividades incluidas en el sector industrial.

Sin embargo, las repercusiones del sector local fueron variadas y mostraron los diferentes panoramas que vive el entramado productivo de General Pueyrredon.

Mientras algunos se manifestaron “conformes” y celebraron la respuesta del Gobierno nacional a los “pedidos del sector empresarial”, otros fueron más moderados y aseguraron que la ayuda sirve para “achicar costos productivos”, pero que sigue siendo “precaria” para recuperar la rentabilidad. Los más extremos, en cambio, aseguraron que la medida no hace más que evidenciar un “divorcio (del gobierno) con la realidad del sector”.

A través del decreto 128/2019 publicado en el Boletín Oficial, ningún empleador de un conjunto de 47 ramas del sector primario agrícola y algunas actividades industriales pagará impuestos por un trabajador que cobre hasta 17.509,20 pesos mensuales a partir del 1 de marzo próximo hasta el 31 de diciembre de 2021 inclusive. Quienes superen ese monto sólo pagaran “por la diferencia”, indicaron. Según consta en el texto y se desprende de las declaraciones de los funcionarios, esto se podrá aplicar sobre 250.000 trabajadores.

Pero no todas las pymes podrán acceder a este beneficio. Entre las actividades alcanzadas por la medida se encuentran, sobre todo, las pymes destinadas al cultivo de frutas, hortalizas, tabaco, algodón, yerba mate, azúcar, entre otras; y del lado industrial las abocadas a la fabricación de aceites, la elaboración de pescados de mar, de frutas deshidratadas y de muebles, principalmente de maderas, entre otras ramas vinculadas a la alimentación.

Esta exclusión de algunas actividades productivas generó que algunos sectores solicitaran públicamente ser incluidas en los beneficios de la medida.

Esto ocurrió en el sector hotelero, que de la mano de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra) y con el apoyo de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata (AEHG) pidió la incorporación ante un momento “muy delicado” de la actividad.

“Se trata de una actividad donde el costo laboral y las tarifas de los servicios públicos componen la mayor parte de su estructura de costos”, señalaron.

Apoyo de Cameco

Luego de los anuncios que formulara el Presidente de la Nación Mauricio Macri y tras la oficialización de los mismos, la Cámara Marplatense de Empresas Comerciales y de Servicios (Cameco) expresó su beneplácito al respecto de las medidas.

De hecho, el titular de Cameco, Juan Antonio Gutiérrez, señaló que “los anuncios formulados ayer por el Presidente son una señal de que el Gobierno intenta contener los pedidos que desde el sector empresarial, y fundamentalmente desde las pymes, le venimos realizando en cada foro o encuentro en el que se nos consulta sobre nuestra opinión. Estamos conformes de que hayan tomado nota de las necesidades de las empresas en el interior del país, fundamentalmente”, indicó.

Destacaron también que las medidas adoptadas por el Gobierno “contribuyen a reducir el costo laboral argentino, tantas veces criticado desde el sector empresarial desde hace décadas”.

El cordón frutihortícola

Sin lugar a dudas, los productores del cordón frutihortícola fueron los más beneficiados en la escena local. Con su actividad productiva incluida dentro de las 47 ramas alcanzadas por la medida, Ricardo Velimirovich, presidente Asociación Frutihortícola de Productores, celebró la medida aunque aseguró que el sector “no se relaja”.

“Esto nos ayuda mucho, nos es útil para achicar los costos productivos”, indicó, al tiempo que señaló que el beneficio podría alcanzar a “casi un 50%” del sector “ya que todos tienen al menos un empleado”.

Sin embargo, y analizando el panorama económico total, el productor calificó la medida de “precaria”.

“La situación es crítica, por lo que cualquier cosa que sea una soga nos viene bien. Lo que pasa es que esa solución es muy precaria si se tiene en cuenta el aumento del dólar para los insumos”, indicó.

Es que Velimirovich aseguró que el aumento del dólar “afectó muchísimo” al sector, que al momento de la corrida cambiara (alrededor de septiembre) ya había adquirido deuda en dólares al haber comprado semillas e insumos a valores regidos por la moneda norteamericana. “Ese es el efecto mayor”, aseguró.

“El sector no está relajado, está muy afectado y se está intentando sostener la rentabilidad, algo que no se va a arreglar con la medida. Se estima un 24% por trabajador, así que es muy poca la influencia”, señaló.

Y agregó: “Los trabajadores para nosotros no son el problema, tenemos un muy buen trato con ellos. Nuestro problema está en la rentabilidad”.

Cautela en la UIM

Desde la Unión Industrial Marplatense (UIM), la rama industrial de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP), aseguraron que se encuentran “analizando” el impacto real que la medida anunciada por el presidente tendrá en el entramado productivo local.

“Al mismo tiempo nos encontramos realizando un estudio pormenorizado sobre los beneficios a los que pueden acceder las empresas de la ciudad, para aclarar algunos puntos que suelen no estar claros para los empresarios y quienes podrían verse beneficiados”, señaló a LA CAPITAL, Nelson Siniscalchi, secretario de la UIM.

Por otra parte, el empresario advirtió el “difícil momento” que atraviesa las pymes industriales.

“En Mar del Plata estamos igual que en el resto del país. Hay una capacidad productiva instalada que no se está usando, casi un 50%. Es decir, que podrían estar produciendo el doble pero no lo hacen por el deterioro del mercado interno”, señaló.

La disconformidad de Apyme

Desde Apyme, la entidad empresaria de primer grado que nuclea a micro, pequeños y medianos empresarios, ya sean industriales, comerciantes, prestadores de servicios o cuentapropistas, de cualquier rama o actividad, no dudaron en manifestar su descontento con la medida.

“Si lo tenemos que clasificar podríamos decir que resultan por demás escasos e insuficientes. Además de absolutamente divorciados de la realidad del sector de la pequeña y mediana empresa”, señaló Gustavo Casciotti, vicepresidente de la entidad.

Para Casciotti la medida es criticable por dos cuestiones: que solamente será aplicable en 10 provincias (“las que cumplieron los parámetros establecidos por el pacto fiscal del año pasado”, dijo) y que sólo ayuda a “producciones primarias”. “Las pymes industriales son conglomerados de piedra”, sentenció.

Para el empresario, “el aparato productivo está apagado con realidades muy distintas para las pymes. Cerca del 60% de la capacidad instalada está sin uso. Esa es la problemática que tiene el sector pyme y que, evidentemente, esa medida que se refieren básicamente a productos primarios no lo contempla”.

Al igual que Velimirovich, Casciotti se distanció de la línea que pone el foco en los trabajadores del sector. “Definitivamente que tenemos las pymes no son y ni fueron nunca los trabajadores”, señaló.

“Los problemas que tiene hoy por hoy el sector de las pymes pasa, fundamentalmente, por el deterioro del mercado interno, por la caída de las ventas, por la pérdida del poder adquisitivo y por el aumento de los costos internos, básicamente dolarizados en donde la vedette definitivamente son los servicios públicos. Hoy por hoy producir en Argentina es prácticamente imposible con los valores de luz y gas que hoy están vigente y los aumentos previstos para a partir de abril”, señaló.

Y agregó: “Hoy por hoy a una pyme por más que le tiren los trabajadores por la cabeza, por más que se los den gratis, no les sirve. Si la pyme no tiene ventas y los costos no son compatibles con la posibilidad de producir la solución no pasa por ahí. Eso sí, complica el sistema previsional argentino”.