A lo largo del último mes, los precios de los cortes de carne vacuna se incrementaron alrededor de un 30% en las carnicerías de Mar del Plata, que en consecuencia sienten una fuerte caída en el consumo que no deja de agravarse semana a semana. “Cada vez que nos bajan mercadería, llega más cara y nos dicen que va a seguir subiendo; no tiene techo”, aseguran comerciantes del rubro, preocupados por la situación y la posibilidad de que cierren locales una vez que termine la temporada.

El movimiento de los precios comenzó en enero pero se consolidó en febrero. Los cortes más elegidos para la parrilla son los que más aumentaron, como el asado, que hasta hace pocas semanas se conseguía por entre $170 y $180 y hoy en varias carnicerías se vende a $240 o $250.

El vacío es uno de los cortes que más se incrementó en el último mes. Costaba hasta hace poco cerca de $200 y hoy se comercializa a $80 o $90 más caro, lo que representa una suba de alrededor del 40%.

En una recorrida por distintas carnicerías, LA CAPITAL constató el fuerte aumento de precios que viene experimentando la carne, con cortes que ya se venden a $300, un valor que “hacía mucho no llegaba la carne”.

“En febrero hubo tres movimientos importantes. La suba de la hacienda en pie es de entre 5 y 6 pesos y cada vez que nos bajan mercadería viene con un precio más alto; en general ya subió un 30% y nos dicen que va a seguir aumentando”, comentó Pablo, encargado de Cárnicos del Sur, en Luro y Champagnat.

Además del asado y el vacío, también la entraña se encareció fuertemente y en este punto de venta se consigue por $300. El roast beaf, en tanto, hasta hace poco costaba alrededor de $160 y hoy se expone en el mostrador a $200, igual que la paleta. El kilo de carne picada común, en tanto, se vende a $150 y subió cerca de un 30% en un mes.

El consumo, en baja

En forma proporcional, desde que los precios comenzaron a subir, el consumo de carne en la ciudad se desplomó y esto preocupa a los comerciantes, que a pesar de la caída en las ventas deben seguir haciendo frente a “costos cada vez más elevados” para sostener los puestos de trabajo y mantenerse en pie.

“Mucha gente cambió el corte que tradicionalmente llevaba. Si en general compraban por $250 y esta misma compra se fue a $300, llevan menos o compran otro corte: pasó con la nalga, que subió y muchos lo cambiaron por bola de lomo por ejemplo”, indicó Ricardo, carnicero de Frigorífico 90, ubicada en la esquina de las avenidas Libertad y Jara.

El 30% de aumento que experimentó en menos de un mes gran parte de los cortes de carne vacuna provocó una inmediata caída en el consumo: lo que más se estaba vendiendo fue lo que más subió, principalmente aquello que va directo a la parrilla.

“En la temporada bajaron los cortes para milanesa. Pero los cortes a la parrilla se estaban vendiendo bien, pero con estos precios la gente se cuida mucho más y ahora optan por cortes más finos, que tienen más rendimiento y no tanto desperdicio”, agregaron desde Cárnicos del Sur.

Los carniceros coinciden en que “a la gente no le alcanza”. Lo perciben a diario en el mostrador, cada vez que el cliente pregunta los precios y recibe la noticia de un nuevo aumento. Ante la imposibilidad de comprar que muchos clientes encuentran, obligadamente se vuelcan a los cortes que están en promoción.

Comer según la oferta

Desde Consumidores Argentinos ven con preocupación la situación por la que atraviesa el sector y afirman que a la hora de ir a comprar, son muchos los que relegan el corte que pretendían para volcarse a los que están en oferta.
“Con los vaivenes en los mercados y los costos del transporte, la carne sostenidamente viene aumentando”, afirmó Sergio Procelli, presidente de esta ONG, quien enseguida advirtió que “la carne no venía aumentando proporcionalmente como los productos de almacén en general o los lácteos, pero en el último mes de repente comenzó a subir fuertemente”.

Mientras “a los comerciantes se les hace difícil sostener las puertas abiertas”, el consumidor encuentra “grandes dificultades” para hacerle frente al aumento de precios y “se vuelca a lo que puede comprar”.

En ese sentido coincidieron los carniceros consultados por LA CAPITAL: “Lo primero que hace la gente es ver la oferta para saber qué puede comprar. Entonces bajan las ventas, aumentan los costos y el panorama es complejo; se hace difícil mantenerse de pie y algunos no descartan cerrar”.

— El pollo también aumentó y solo el cerdo se mantiene

A la par de los cortes de carne, también el precio de pollo se disparó en el último mes y medio. Hoy en varias carnicerías y granjas se vende a $75 el kilo. Por ahora, desde el sector observan que lo único que se mantiene estable es el cerdo, pero temen siga el mismo camino.

Así, un pollo promedio de dos kilos o más cuesta de $150 en adelante. “Hacía tiempo que no subía tanto el pollo; está caro”, reconocieron carniceros consultados por este medio.

El aumento en el precio del pollo, afirman, es consecuencia del incremento de costos de producción, pero al mismo tiempo de la suba de los cortes de carne. “Siempre que sube la carne, aumenta el pollo”, comentó el encargado de otra carnicería.

Por el momento, el cerdo es la única carne que no se ha encarecido, al menos a la par del pollo o los cortes vacunos.

Los distintos cortes de cerdo e incluso productos preelaborados “se mantienen al mismo precio” y por ende “empiezan a venderse más”, aunque ante el actual panorama no descartan que también comiencen a subir el precio.

— “Hay muchos frigoríficos con pedido de crisis preventiva”

Desde el Sindicato de la Carne observan con “fuerte preocupación” la situación por la que está atravesando el sector y advierten que “el impacto del aumento en los precios sobre el consumo se nota muchísimo”.

Al respecto, el secretario general del gremio, Pedro Lacuadra Montiel, advirtió que “hay muchos frigoríficos, principalmente del conurbano, que están con pedido de crisis preventiva”, lo que conlleva un “riesgo alto” de que “muchos trabajadores pierdan su puesto”.

En Mar del Plata el sindicato observa el “peligro de que haya carnicerías que cierren, pero no solo por el aumento de la carne y la caída del consumo, sino por el aumento de costos y la suba aplicada a los servicios básicos”.

Mientras tanto, el Sindicato de la Carne todavía no pudo cerrar su negociación paritaria y se encuentra bajo conciliación obligatoria para buscar una salida al conflicto que mantiene “congelados” los salarios del sector.

“Es una cadena. La carne aumenta, los costos también, el incremento se vuelca a los precios y la gente compra menos, provocando una baja importantísima en el consumo desde diciembre a la fecha. Algunas carnicerías cerraron y otras están con peligro de cierre; y los frigoríficos con pedido de crisis preventiva son una señal de alerta”, analizó Lacuadra Montiel.