El Paseo Dávila, a metros del barrio La Perla, está lejos de mostrarse como una postal de la ciudad. A un puente poco cuidado y  a la suciedad que los propios transeúntes dejan en el lugar, se suma la desaparición de una de las obras más coloridas y características de la zona: “Los molinos de América”, hecha por el artista Felipe Giménez.

Desde hace meses que donde estaban los 21 molinos de acero pintados con los colores de las banderas de los países iberoamericanos yacen en su lugar solo las estructuras que los sostenían en un evidente estado de abandono y descuido. Sin los molinos, ahora sólo hay columnas vacías y oxidadas.

Hasta el momento lo único que se comunicó oficialmente fue que la remoción obedeció a un acondicionamiento de la obra, en octubre del año pasado. Pero los molinos nunca volvieron a su lugar y algunas versiones que circulan por los pasillos del Ente Municipal de Servicios Urbanos indican que, en realidad, fue el intendente Carlos Arroyo quien ordenó que se quitaran y que “no habría intención de repararlos y volverlos a poner”.

La inauguración tuvo lugar en diciembre de 2010, en el marco de las actividades culturales programadas en adhesión a la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, en inmediaciones de Punta Iglesia.

Presentada por el exindente Gustavo Pulti, la escultura urbana y dinámica de carácter simbólico fue construida en acero y consta de 21 molinillos de 6 metros de altura impulsados por el viento de la costa marplatense los que, con la intención de que las velocidades y sentidos de giro sean variados, fueron orientados en diferentes direcciones.

La obra buscaba producir un impacto visual que, unido al carácter simbólico y conmemorativo, la constituían un nuevo punto de referencia para la ciudad. Pintados con los colores de sus respectivas banderas, los molinillos representan a cada uno de los países iberoamericanos que participaron de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se desarrolló ese año en Mar del Plata.

Puesta en valor

No es la primera vez que el estado del Paseo Dávila está en el centro del debate. En septiembre del año pasado, la concejal Virginia Sívori, de Unidad Ciudadana, había presentado un proyecto para que se ponga en valor el espacio reparando las luminarias, barandas, bancos, escalinatas y la hoy extinta escultura “Los Molinos de América” con el fin de prevenir posibles accidentes en la zona. La edil también hizo hincapié en el mejoramiento del Puente Peatonal Arturo Illia.

“El paseo Adolfo Dávila constituye un atractivo turístico promocionado por la ciudad y es un punto de encuentro y paseo para turistas y marplatenses. No solo se puede pasear y disfrutar de nuestra costa sino que además es un área donde se realizan diversas actividades recreativas y deportivas. Por eso es fundamental que esté en condiciones para que no tengamos que lamentar ningún accidente. La iniciativa tiene un carácter preventivo pero además apunta a cuidar el patrimonio turístico que nos caracteriza” destacó en la presentación Sívori.