Pese al frío, cientos de fieles participaron este lunes a la tarde de la tradicional procesión por las calles del puerto con motivo de celebrarse la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes.

La fiesta patronal, realizada en la gruta, contó con la presencia del representante del papa Francisco en Argentina, el congoleño León Kalenga Badikebele, quien fue además el primero dar la homilía durante la misa. Lo acompañó el obispo de la diócesis de Mar del Plata, Gabriel Mestre.

La ceremonia comenzó a las 19 puntual con la oración a “Dios, Padre misericordioso” en la voz de Kalenga Bradikebele, quien habló en un fluido español. Y tras la lectura del libro de Isaías, le cedió la palabra a Mestre.

En la homilía, el obispo dio las gracias a cada una de las personas que lo acompañaron y brindó un “especial agradecimiento” al “enviado del Papa”. “Esta es su comunidad”, le dijo señalando a todos los presentes.

Mestre, que con su carisma se ganó el cariño de los religiosos, hizo hincapié en tres pensamientos que deseaba compartir: “acción de gracias, intercesión e involucrarse”.

“La misa es por excelencia la acción de gracias, lo que estamos juntos celebrando aquí en la Gruta este 11 de febrero”, dijo y siguió: “Debemos celebrar hoy la intercesión de la Santísima Virgen María desde este lugar”.

Luego llamó a “involucrarse”, para “buscar el bien que nos viene de Dios”. Y cerró su sermón con un fuerte: “¡Viva el papa Francisco, viva León Kalenga Badikebele!”.

La Festividad de Lourdes se llevó a cabo este año bajo el lema “María, ayúdanos a dialogar juntos, para responder desde el evangelio a los desafíos de nuestro tiempo” y se destacó la presencia de una bandera colgada a uno de los costados de la Gruta que rezaba “Ningún hundimiento más” en relación a las tragedias en el mar que azotaron a Mar del Plata en los últimos años.

Con una Gruta repleta, incluso mucha gente tuvo que participar de la misa desde afuera, se le dio la palabra al líder congoleño para el cierre: “En las últimas apariciones, nuestra Madre está llorando por los pecados de la humanidad. Ahí está el mensaje de dolor. Ella era Madre, por eso ahora vamos a portarla como un triunfo y una forma de decir que somos los hijos de María y que ¡Viva María!”.

Así, cientos de creyentes acompañaron la procesión de la Virgen con un recorrido desde Magallanes hasta la Avenida de los Trabajadores y un regreso por calle 12 de Octubre, con una parada en el Hogar de Nuestra Señora de Lourdes para recibir su bendición.