El marplatense Ezequiel Parolari recibirá el reconocimiento de “líder emergente”
El Victory Award 2016 es un premio otorgado por The Washington Academy of Political Arts & Sciences. Parolari estudió Ciencia Política y vive en Barcelona, donde realiza un Máster en Comunicación Política y trabaja en el Parlamento de Cataluña.
Ezequiel Parolari es un marplatense de 31 años que, el 6 de agosto recibirá, en Washington DC, el Victory Award 2016, otorgado por The Washington Academy of Political Arts & Sciences (The Wapas). Es uno de los 25 jóvenes y 12 mujeres seleccionados entre cientos de postulantes para este premio a nivel global que reconoce “su talento, creatividad y aporte al desarrollo de la consultoría política”.
Como muchos marplatenses, Ezequiel dejó la ciudad, su familia y amigos para estudiar Ciencias Políticas en la UBA. En Buenos Aires trabajó en la Casa de Mar del Plata y luego en la Cámara de Diputados. “Allí descubrí que me encantaba la comunicación política” contó en una extensa entrevista que el politólogo dio a LA CAPITAL desde Barcelona, donde se encuentra trabajando y estudiando desde hace un año y medio.
– ¿Cómo llegaste a ser considerado para este reconocimiento?
– El premio reconoce la labor realizada en el 2015. Durante ese año estuve en 3 campañas electorales: municipales en Barcelona, elecciones internas del FC Barcelona y la elección general del 20 de diciembre en España, donde se debía elegir presidente. Esta última fue una de las más importantes porque estaba como jefe de campaña y el proceso creativo era muy alto. Teníamos libertad de acción y se creó mucho contenido, hasta pude realizar mi primer spot de campaña. Esto, más 2 artículos académicos dedicados a la importancia de la apertura de datos en los gobiernos públicos para generar transparencia, fueron avales para que me dieran este inesperado premio. A su vez, creo que la labor que realizo en el Parlamento también ayudó.
– Es un orgullo pero, además ¿Qué responsabilidades te genera ser considerado como un líder emergente?
– Es un impulso muy alto para mi desarrollo profesional, pero no significa nada si no sigo para adelante. Las responsabilidades que me genera son varias: poder transmitir el mensaje de que con esfuerzo podemos lograr nuestros objetivos; poder abrir nuestra profesión que es bastante cerrada en algunos aspectos. Hacerla más inclusiva; y el reconocimiento es una responsabilidad en sí mismo, pero siempre con humildad. El hecho de ser premiado no te hace ser el campeón del mundo, si caés en esa falacia estás incurriendo en un grave error.
– ¿Qué diferencias notas en la forma de hacer política en Barcelona/España y lo que pasa en Argentina/Mar del Plata?
– Hay muchas diferencias pero tiene que ver con la historia y la formación de cada país y de cada ciudad. En España existe un clivaje, hablando en términos políticos, de Izquierda- Derecha; y en cambio en Argentina, el clivaje que ha predominado durante mucho tiempo es el de peronismo-antiperonismo o en la actualidad, kirchnerismo-antikirchnerismo. No hay mejores o peores, hay diferentes formas, marcados por la historia, de hacer política.
– ¿Qué es lo que más te gusta de la política en general?
– Lo que más me gusta y me motiva de la política es poder cambiar de forma positiva la realidad de las personas. Siento que la política es un gran instrumento pero que en algunos casos está muy mal utilizado. Frente a los problemas, encontrar soluciones reales y efectivas. Las futuras generaciones debemos cambiar el mote negativo que tiene la política en la sociedad.
– ¿Y lo que no te gusta?
– Que siempre se la relacione con la corrupción y con que si entrás en política ya no vas a trabajar más. Eso es vieja política, hay que pasar de página y evolucionar hacia una nueva forma de hacer política. La buena política debe aprender de los errores y revertir procesos para que la ciudadanía se sienta orgullosa de los políticos que tiene. Basta de utilizar lo público para beneficios propios. Y en todo esto hay un valor clave que es el ciudadano. Se lo debe escuchar y se lo debe hacer partícipe del proceso. La ciudadanía tiene que involucrarse, no solamente participar cada 4 años con el voto y delegar compromisos.
– Además de tu trabajo como asesor, estás realizando un trabajo sobre la “marca” ciudad de Mar del Plata. Eso siempre se relaciona mucho con el turismo, pero ¿es lo único?
– Sí, es mi tesis de maestría. La “Marca” ciudad de Mar del Plata es un proyecto más global de gestión municipal. Es cierto que siempre que se habla de marca se lo relaciona con el turismo, pero creo que ese el gran error que se ha producido en Mar del Plata durante mucho tiempo. Hicimos alrededor de 500 encuestas y los tres problemas que le preocupan al marplatense son la inseguridad, el desempleo y la educación. Los dos primeros son cabeza de lista hace casi 8 años. ¿Cómo puede ser que nadie haya hecho nada para revertir esas problemáticas estructurales? Las respuestas que me vienen a la cabeza son dos: o no les interesa o mala gestión de los recursos de la Municipalidad.
La “Marca” ciudad de Mar del Plata que estoy elaborando, se centra en las principales preocupaciones que tienen los marplatenses. Es un proyecto que tiene por objetivo crear un modelo de ciudad a largo plazo, en donde el ciudadano se sienta orgulloso de la ciudad en la que vive.
Obviamente se incluye al turismo, sería un error no incorporarlo, pero no es lo único.
– ¿Qué crees que le falta a Mar del Plata para “despegar”?
– Para despegar a la ciudad le falta voluntad y responsabilidad política, sumado a la colaboración y participación ciudadana. No se puede crear una marca de ciudad si el ciudadano no lo adopta y lo asimila como algo bueno. El marplatense quiere dar un salto de calidad, quiere ser “algo más” y el proyecto de tesis se centra en esas cuestiones para darle al ciudadano lo que necesita. No es una labor fácil, pero considero que si se quiere, y la ciudadanía lo adopta como propio, Mar del Plata puede ser modelo, no sólo en Argentina, sino en América latina.
– ¿Militás o has militado en algún partido político?
– No. Tengo claramente mi ideología política, pero nunca la manifesté desde la militancia. Creo mucho en el diálogo político, en el disenso está el consenso, ningún fanatismo es bueno.
– ¿Qué te parece que es lo peor que está pasando en Mar del Plata en la actualidad?
– Lo peor que le está pasando a Mar del Plata en la actualidad es no poder revertir problemáticas estructurales que venimos teniendo hace años. Si la gente exige seguridad, con poner más policías en la calle no solucionás el problema. Es un flagelo mucho más grave que tiene que ver con el desempleo, con la falta de oportunidades, con la desinversión en la educación pública la cual genera lamentablemente exclusión. Ese es el mejor ejemplo de la mala gestión municipal, la que no puede prever los costos y las consecuencias de esas medidas. El problema en este caso es la forma, por no estudiar y analizar el fondo de la cuestión.
Otro problema es que existen dos ciudades dentro de una misma ciudad. La ciudad “turística” y la periferia, en algunos casos olvidada, donde falta mucho por hacer. No podemos hablar de ciudad cuando no hay inclusión y servicios básicos para todos.
Y finalmente, el mayor problema es la falta de planificación política. No veo un modelo que diga hacia dónde vamos o qué quiere el marplatense. Una ciudad no puede crecer si no está integrada. Se debe escuchar al ciudadano, es la única forma de revertir sus principales preocupaciones.
– Te presentás como “futuro intendente” de Mar del Plata. ¿Desde cuándo tenés esta idea?
– Tengo esa idea desde los 17 años, cuando empecé la carrera y estaba haciendo el CBC. Surgió de una motivación interna de querer hacer algo por Mar del Plata sabiendo de todas sus posibilidades como ciudad. El que me conoce de toda la vida sabe que hablo en serio cuando digo que quiero ser intendente, por eso también me estoy preparando, aunque sería mucho más fácil entrar en política sin preparación previa y hacer las cosas como salgan. No me parece que eso sea justo cuando de personas se trata. Por otro lado, no concibo la forma de hacer política de manera negativa, es decir, entrar en lo público para beneficiarme.
– ¿Qué es lo que querés lograr para la ciudad desde ese lugar?
– Sueño con una ciudad modelo, transparente, autosustentable, ecológica, inclusiva? y la lista sigue. Esto puede sonar lindo en palabras, pero no es imposible. Por ello también elegí hacer mi tesis sobre Mar del Plata para darle forma y contenido a mis aspiraciones como intendente. En definitiva, quiero lograr una ciudad donde haya igualdad de oportunidades, educación como pilar fundamental, empleo todo el año, donde el ciudadano este orgullo de lo que juntos hemos creado.
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