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La Ciudad 13 de enero de 2019

Frailes de Mar del Plata viajaron a dedo hasta México y ahora ayudan en medio del drama de los migrantes

Luego de peregrinar por casi mes a lo largo de América Latina, siete frailes franciscanos argentinos, con marplatenses entre ellos, llegaron hasta un refugio de migrantes en México. Vía whatsapp, el fray Ramiro de la Serna relata para este informe la impresionante realidad que los itinerantes encontraron a su arribo, y que viven desde hace dos semanas.

Los franciscanos que viajaron a ayudar a los migrantes.

Por Oscar Lardizábal

Mientras Trump se enerva porque aún no ha podido completar su prometido inexpugnable muro de acero, ahí, en México, cerca del límite con Guatemala y aún a muchos kilómetros de la frontera con los Estados Unidos, un grupo de 9 frailes franciscanos argentinos, tres de ellos “marplatenses”, se sumaron a un refugio de su orden religiosa donde se asiste a los migrantes centroamericanos que, herederos de nada, se juegan hasta la vida por tener un futuro en “el gran país del Norte”.

¿Porqué escribir “marplatenses” entre comillas? En verdad no nacieron en la ciudad pero la ciudad los conoce bien y los hizo suyos: se trata de los frailes Ramiro de la Serna (actual titular de la Fraternidad Franciscana en Mar del Plata y del Colegio Fray Mamerto Esquiú), y de Cristián Isla Casares y Gustavo Valenzuela, quienes en años recientes también estuvieron destinados a la Parroquia San Francisco de Asís, del barrio Parque Luro.

A dedo, desde Buenos Aires

El pasado 2 de diciembre unos 7 frailes argentinos partieron a pie de Buenos Aires hacia México. Sí…leyeron bien: de a pie, de dos en dos, sin dinero, casi sin nada, excepto el hábito franciscano marrón, las sandalias, pocos pertenencias básicas en una mochila, y en ésta algunas ostias consagradas para impartir la comunión.

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Estos frailes itinerantes, émulos de San Francisco de Asís en el Siglo XXI, habrían de tardar 28 días (caminando, haciendo dedo, siendo trasladados en vehículos por personas caritativas, cruzando de este modo Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala) hasta llegar al refugio “la 72”, ya en los primeros kilómetros de tierra azteca.

En ese lugar, a lo largo de 2018, franciscanos mexicanos y provenientes de todo el mundo contuvieron a 14.000 personas y a unas 1.400 de ellas les ayudaron a concretar el trámite de refugio, que a los asistidos luego les facilita los traslados y conseguir trabajo.

Vía whatsapp, le preguntamos al padre Ramiro qué es “la 72”, curiosos de saber porqué un número como nombre.
Y los mensajes de audio del sacerdote, respondiendo, se suceden uno tras otro: “La 72 se encuentra a 65 kilómetros al norte de la frontera con Guatemala, en el estado de Tabasco. Es un refugio, a las puertas de México en el sur, que recibe a los migrantes centroamericanos que se adentran en este país, hasta tratar de pasar a los Estados Unidos”.

Proceden, según ese decir detestable de Trump, de “esos países de mierda” que se escalonan al sur del Río Bravo.
Y así como a los migrantes del Mediterráneo los arrojan al agua el hambre, las guerras y la desolación, a los centroamericanos los empuja a la selva, a las montañas, a los desiertos y al peligro, todo lo que sufren en sus tierras: la violencia, las amenazas, la falta de trabajo, el Estado corrupto, y también el hambre.

refugiados en fila

Historias estremecedoras

* “Yo llegué después de mis siete hermanos argentinos que itineraron. Y también está aquí nuestro vicario provincial Claudio Equiza. Es terrible escuchar en estos días las historias de pobreza, de marginalidad, de personas de pueblos que sólo quieren trabajar. Yo no quiero ser rico, me decía un joven de 17 años, sólo me juego para lograr trabajar en Estados Unidos y así lograr mandarle dinero a mis padres para que coman y duerman mejor”.

El fraile se pregunta, aludiendo a otro testimonio, “qué realidad tiene que estar enfrentando una mujer joven embarazada, qué tan desesperada llega a estar, para, como me dijo, dejar en su pueblo en Honduras a tres hijos y lanzarse a la locura de subirse a un tren de carga para recorrer 3.000 kilómetros; cómo será la realidad en su tierra para preferir alejarse y hacer ese viaje en el que enfrentará el peligro de ser víctima del crimen organizado o la inmigración corrupta”.

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Tan instalada está la idea en esos países de América Central de que Estados Unidos es el “paraíso económico” que, inconcientes sobre lo que los espera, también se lanzan a la aventura de migrar chicos y chicas de 14 y 15 años. Y lo hacen sólos. Gran parte de las chicas, aunque muchas buscan camuflarse como varones, caen inevitablemente en la trata y la prostitución tras ser descubiertas por los traficantes.

* “Estos hombres y mujeres, muchos jóvenes, pero también grandes, madres con sus hijos –continúa el cura–, huyen entre otras cosas del terror de Las Maras, de su mafioso impuesto de guerra, de los homicidios impunes, de la ley del más fuerte, de las mafias que tienen las armas, del que maneja la droga, del mismo gobierno corrupto que sólo le da seguridad a las minorías con poder”.

Un film, La Jaula de Oro

Después de dos días de mensajes de ida y de vuelta en los celulares, el fray Ramiro hace una recomendación práctica: “buscá en You Tube la película La Jaula de Oro, que cuenta en pequeño el gran drama de los migrantes hacia México y Estados Unidos”.

En efecto, la Jaula de Oro es el relato realísimo y sin concesiones de la odisea de cuatro adolescentes guatemaltecos. Además de los chicos, el filme tiene como protagonistas a los trenes de carga (popularmente son llamados “La Bestia”) a los que por centenares se trepan los migrantes para superar cientos y cientos de kilómetros sobre los techos de los vagones.

arriba del tren

La primera meta es México, donde los migrantes trabajan un tiempo para subsistir y para juntar el dinero suficiente (bastante dinero) para pagarle a “los coyotes” que, con suerte, si no los estafan o matan, los cruzarán por los agujeros del muro, esos agujeros que quiere cerrar definitivamente Trump, pero con el dinero de los mexicanos. El “gran sueño” de los descastados consiste en llegar a hacer en Estados Unidos los trabajos menos calificados, aquellos que difícilmente realicen los mismos estadounidenses.

* * *

¿Qué es “la 72”?

Tercer día de contacto vía Whatsapp: pero, ¿Qué es “la 72”?, padre Ramiro. Y el religioso, otra vez práctico: “buscá en internet la 72.org”.

Entre numerosos sitios encontrados, está el oficial de la 72.org, pero también se destaca un artículo del 2017 del diario El País de España, bajo el título: “La masacre de 72 migrantes que conmovió a Centroamérica, impune siete años después”. Y en bajada un segundo titular: “Fueron asesinados en San Fernando, Tamaulipas, casi en la frontera con Estados Unidos, por el cartel de Los Zetas, sin que todavía haya un sólo condenado”.

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Seguimos leyendo los primeros dos párrafos:

“Son las siete de la mañana del 24 de agosto de 2010 y después de recorrer 22 kilómetros, un ecuatoriano sangrando y mal herido llega hasta un retén del ejército en la carretera 101 de Tamaulipas, en la frontera entre México y Estados Unidos. Se arrastra hasta el primer soldado que encuentra y dice: “Soy Luis Freddy Lala Pomavilla, de 18 años, inmigrante ecuatoriano rumbo a los Estados Unidos. Hombres armados nos secuestraron. Los mataron a todos”.

“Antes de desafallecer en un hospital, el ecuatoriano acompañó a los soldados hasta un rancho abandonado en el municipio de San Fernando, donde localizaron el horror: 72 migrantes tirados en el suelo y asesinados a bocajarro: 58 hombres y 14 mujeres –la mayoría centroamericanos pero también ecuatorianos, brasileños y un indio– vestidos con gorras de beisbol y ropa desgastada, yacían formados en fila maniatados. Estaban ensangrentados y golpeados con un nivel de saña similar a la ejercida por el ISIS”.

La matanza hizo terrible y escandalosamente evidente dos aspectos que sacerdotes y ong venían advirtiendo: los narcos de extrema crueldad como Los Zetas habían subido una escala en sus negocios: ahora también secuestraban migrantes para forzarlos a una opción: o trabajaban para ellos, pocos menos que esclavizados, o su suerte sería la muerte. Y el otro aspecto evidenciado: el Estado mexicano parecía no darse por enterado de la gravedad del crimen organizado, que le hacía el favor de frenar en parte la “molesta” corriente migratoria.

Ahora vamos a lo que dice el sitio oficial: “la 72 –un número para el nombre en claro homenaje y memoria para siempre de aquellos inocentes asesinados– es una Casa del Migrante administrada por la provincia franciscana “San Felipe de Jesús” en el sureste de México. Se dedica a la atención integral a las personas migrantes y refugiadas que se internan a México por la frontera de Tenosique, Tabasco, uno de los puntos más conflictivos y peligrosos de la ruta migratoria”.

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Y luego se lee: “La 72, así, con género femenino, es una casa acogedora donde las personas migrantes no sólo encuentran pan y cama para dormir, sino también el abrazo solidario, la bendición materna, el lugar donde las mujeres embarazadas dan a luz y donde los sueños de una vida mejor se empiecen a hacer realidad. Es una gran verguenza para nosotros que las personas migrantes encuentren en nuestro país sufrimiento y muerte, nos negamos a aceptar la muerte de los 72 en San Fernando Tamaulipas, y por éso desde este rincón empobrecido y olvidado, gritamos y exigimos que el gobierno mexicano frene el holocausto migratorio”.

* * *

Cuarta jornada de whatsapp y es tiempo de un ping pong:

Padre Ramiro: ¿las circunstancias de cuándo se produjo la matanza de los 72 en 2010 subsisten hoy?

* “Hoy el contexto no se repite tal cual. El gobierno de México no ataca tan explícitamente, ha ido suavizando su política por la presión de los organismos de los Derechos Humanos y la acción de las iglesias. Veremos. El 1º de diciembre, como saben, cambió la conducción del gobierno con López Obrador y se está esperando que haya una política más flexibile con los inmigrantes”.

-¿Qué se espera concretamente del nuevo gobierno?

* A ver…si, por ejemplo, México liberara de visas Centroamérica le permitiría a la gente transitar tierra mexicana sin drama y ésto daría la enorme tranquilidad que el crimen organizado ya no tendría posibilidad de molestarla porque podría viajar en tren de pasajeros y no sobre los techos de los trenes de carga.

-¿La gran marcha que salió de Honduras hace como un mes forma parte del mismo fenómeno?

* Formar una gran caravana, en el caso de los hondureños, tiene que ver, justamente, con una medida de protección que encontraron, porque así, al viajar masivamente se protegen entre ellos mismos, de manera que ni el crimen organizado, ni la policía corrupta les hace daño porque viajan en masa. Y esa gran caravana logró de forma más impactante que se visualizara y se hiciera conciencia sobre este drama migratorio tanto o más grave que del Mediterráneo.

-Recién ahora, acá en la Argentina, los medios de comunicación comenzaron a visibilizar estas situaciones sobre la cuestión migratoria en América con el éxodo de venezolanos hacia el sur y la gran caravana de hondureños hacia el norte.

* Es cierto, pero tené en cuenta que antes de esa gran caravana, hubo casi diariamente cientos, tal vez miles, de pequeñas caravanas de 40, 60 u 80 personas. Como no se conoce mucho aún, allá en Argentina, de que se viene una segunda gran caravana de hondureños que estaría formada por alrededor de 4.000 personas.

Bajo el dominio de Las Maras

-Honduras, ¿qué pasa en Honduras?

* Acá en la 72 Honduras es el país del cual más gente recibimos. La situación en Honduras es extremadamente difícil, entre otras cosas, por la acción de Las Maras.

(Vale la digresión. Según un reciente informe de Infobae “Las maras son organizaciones criminales dedicadas a la extorsión, el control territorial, el sicariato, el narcomenudeo y los servicios de transporte y de protección para el tráfico ilegal de todo tipo de productos. En la actualidad se estima que estas pandillas suman alrededor de 100.000 integrantes, la mayoría distribuida países centroamericanos como El Salvador, Guatemala y Honduras”)

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“Pero Honduras –continúa fray Ramiro– también sufre por la falta de trabajo y por un gobierno que no hace nada. El 90 por ciento de las personas que estamos recibiendo ahora acá, en la 72, son hondureños. Vienen, después de que le asesinaran a un familiar o amenazados ellos mismos, por no pagar el llamado impuesto de guerra.

-¿Cuál es la asistencia que reciben de ustedes en el centro? (Ver la foto en la que el padre Ramiro cura los pies de uno de los refugiados)

* La gente recibe tres comidas diarias, alojamiento, médico, psicólogo, contención emocional, seguridad, la posibilidad de dormir abrigado y donde se pueden bañar, enfermería, momentos de recreación, y por sobre todo, abogados que les ayudan a iniciar los trámites de refugio en México o de visa humanitaria, si las necesitan. Hay un momento muy fuerte que es cuando los despedimos al pie de los trenes de carga, con los que siguen su camino hacia la frontera.

 



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