por Eliana Esnaola

Recientemente Argentina fue sede de la primera edición de la Semana de la Agricultura y la Alimentación. Mil personas se dieron cita en Buenos Aires para impulsar el desarrollo rural y la innovación agrícola, erradicar el hambre y la obesidad y adaptar la agricultura al cambio climático.

El evento fue organizado por la Secretaría de Agroindustria, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO) y más de 30 socios y organizaciones del mundo privado, público, académico, rural, productor y de la sociedad civil.

“La nueva revolución de la agricultura debe responder al hecho de que en esta región producimos alimentos suficientes para sus 646 millones de habitantes y 169 millones más, y sin embargo, 39 millones sufren hambre, cifra que viene aumentado hace tres años”, dijo el Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué.

Luego precisó: “Los alimentos que produce la región se venden en cada rincón del planeta, pero 294 millones de personas, el 46%, sufre alguna forma de malnutrición”.

Enseñar a tiempo

Frente a estos guarismos, y ante el desafío de comenzar a revertir la situación a partir de la educación, Agrofy News decidió indagar sobre el fortalecimiento de la Alimentación Escolar. En este contexto, Israel Ríos, oficial de nutrición de la FAO para América Latina y el Caribe, advirtió: “El mayor problema de la región en términos de nutrición es el sobrepeso y la obesidad. Los niños en las escuelas no escapan a esta realidad”.

De acuerdo al Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018, el sobrepeso afecta al 7,3% de los escolares, y en niños de edad escolar o adolescentes, alcanza entre el 20% y el 40%. Ríos comentó que tiene una implicación en términos de salud muy grave porque desencadena en enfermedades crónicas no transmisibles, y a modo de invitación, expresó: “Hay que intervenir pronto, en la escuela estamos a tiempo de hacer algo por estos niños”.

Argentina no escapa a esta realidad, para Ríos se requiere realizar acciones para proteger la salud y el bienestar de los niños. En este sentido, indicó que muchas veces la conducta alimentaria está influenciada por la publicidad agresiva de productos procesados, y graficó: “Los alimentos para niños que vienen con un juguete y motivan a la compra de estos productos, más que un valor nutricional son un problema porque aportan más sal, más grasas de las que se requieren”.

El objetivo de FAO junto con el Programa de Mundial de Alimentos (PMA), es desarrollar estrategias que fomenten la alimentación escolar saludable y también la educación alimentaria y nutricional para promover hábitos alimentarios saludables en toda la comunidad educativa.

El ABC de la alimentación escolar

Al ser consultado por Agrofy News sobre qué acciones seguir para fortalecer la alimentación escolar, el experto detalló: “Promover ambientes que propicien la adopción de hábitos alimentarios saludables, por una parte, incluyen medidas regulatorias dentro de la escuela como la prohibición de venta de productos chatarras: bebidas azucaradas, frituras en bolsa, y productos que tienen mucha sal o azúcar”.

Por otro lado, apuntó a promover la realización de actividad física, el consumo de agua potable y segura y que la oferta alimentaria en el establecimiento educativo esté en línea con las directrices sobre la alimentación saludable.
También se refirió a las compras directas de la agricultura familiar local para la alimentación escolar, y explicó:

“Los padres de los niños escolares que se dedican a la agricultura en entornos rurales pueden encontrar un mercado donde vender esos alimentos y así también benefician la nutrición de los niños al ofrecer frutas y verduras”. De esta manera se busca garantizar la diversidad y el respeto a la cultura alimentaria, y a su vez, promueve el desarrollo económico en los territorios.

En sintonía, señaló la importancia de implementar huertas escolares pedagógicas, involucrando a la familia y a los profesores. Según comentó, la huerta permite a los estudiantes aprender de manera lúdica, saludable y articula las diversas áreas de conocimiento.

El menú de estrategias resulta muy variado. Tan es así, que Ríos sugirió insertar contenidos de alimentación saludable en las materias, y ejemplificó: “En lugar de sumar o restar con autos, se pueden utilizar frutas para promover su consumo; realizar experimentos en el laboratorio o un ensayo poético sobre el crecimiento de las frutas o de las verduras y sus beneficios”.

(*): Agencia Agrofy.