Las aplicaciones se suman al sector de la mensajería
Mientras algunos destacan "la flexibilidad horaria" e "independencia" que proporciona el trabajo, otros acusan de "precarizar" a ese sector del mercado laboral.
Las órdenes realizadas por PedidosYA crecieron 4% este verano en la ciudad.
por Natalia Prieto
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Se los puede ver en las calles de distintos barrios, pero especialmente en las céntricas, sobre dos ruedas (ya sean bicicletas o ciclomotores), con sus cajas térmicas repartiendo pedidos de diversa índole hasta el destino indicado. Son los nuevos mensajeros que se detectan en el paisaje marplatense, “glovers” o “riders”, nombres que varían de acuerdo a la aplicación para la que trabajan.
Este año, a los “deliveries” y mensajeros tradicionales le surgió la competencia de aplicaciones como “Pedidos Ya” o “Glovo“, que reclutan jóvenes para que trasladen los diversos pedidos que realizan las personas a través de esas plataformas.
La gran diferencia es que a algunos de los reunidos por las app “no tienen ninguna cobertura social, ni ART, nada”, acusaron desde el Sindicato de Cadetes, Motoristas y Mensajeros (Sicamm). A pesar de la precarización laboral, para algunos es una buena opción en una ciudad que ronda el 10 por ciento de desocupación y cuenta con altos índices de trabajo en negro. Además, las condiciones varían de acuerdo a cada empleador.
Glovo es una aplicación desarrollada en Barcelona en 2015, que desembarcó en el país este año y se encarga de hacer solicitudes de envío y entrega. Así las cosas, el interesado se baja la app a su dispositivo móvil (sin cargo) y navega por las categoría (farmacia, recoger o enviar, regalos, bebidas, supermercados, comida, kiosco, helado y comida rápida, entre otras), para elegir una y entablar el pedido.
Cada repartidor puede ganar 75 pesos por hora.
Una vez realizada la compra, el cliente podrá seguir por geolocalización al mensajero y el recorrido en tiempo real.
Pedidos Ya es otra aplicación de delivery de comida on line, que ofrece “empleo a tu medida, full time o part time ajustándose a tus horarios. Estarás registrado con obra social. Ideal para trabajos sin experiencia, estudiantes o jóvenes y para aquellos que buscan su primer empleo”, informa desde la web oficial.
Además promete sueldos de “más de $18.500 al mes (bici) o $24.500 al mes (moto). No incluye la propina, ¡que es 100% tuya! ¡Nos preocupamos por vos! Es por eso que te proporcionamos cobertura de seguro completa, equipamiento de seguridad y de trabajo”.
En blanco
Con el uniforme y las cajas térmicas que tienen el nombre de Pedidos Ya, los “riders” esperan los mensajes con los destinos en algún espacio público como el Parque San Martin o la plaza Mitre, entre otros.
“Estamos en blanco, nos pagan todo como corresponde (aportes, seguro para la moto, teléfono y ART) y nos dan el uniforme”, contó J, de 25 años, que hasta junio pasado trabajaba también “como delivery, por lo que me conozco todas las calles, pero estaba en negro. Esto es otra cosa”.
A su lado, F (23 años) se mostró “contento, estoy en blanco, gano unos 23 mil pesos por mes por 8 horas de trabajo diario y estoy en la calle. Además me gusta relacionarme con gente, como pasa acá”. El muchacho, antes de ser fichado por la app, trabajaba en un taller mecánico y se declara como “amante de las motos”.
A entender de ambos, el trabajo que desarrollan “está bueno, nos podemos manejar, nos organizamos solos” y explicaron que la inseguridad no les resulta un tema ya que “hay zonas a las que no vamos porque están consideradas peligrosas”.
El área que abarca la app contempla unos 6 kilómetros, básicamente en la zona céntrica por ahora, y los cadetes se desempeñan durante 8 horas diarias, aunque “la mayor demanda se da en horario nocturno. Ahora estamos de 20 a 23, pero en verano se va a estirar”, detallaron.
Además, en muchos casos “ni siquiera manejamos efectivo, porque el cliente lo paga on line, y sino tenemos un límite para llevar plata”, detallaron.
La app se especializa en pedidos de comida y tienen convenio con una cadena de supermercados para llevar los pedidos que se hacen on line.
Diferencias
El panorama es completamente diferente para los “glovers”: “La empresa dice que somos colaboradores, así que nos hace pagar el monotributo y si te pasa algo en la calle, a vos o a tu moto o bicicleta, no se hacen cargo de nada”, señaló uno de los cadetes que trabaja para Glovo como alternativa ya que “también tengo otro trabajo de repartidor, dónde estoy en blanco. Pero esto me sirve de complemento”.
Además, contó que “tenés que comprarte la mochila (con la insignia de la firma) y un cargador de celular así no te quedás sin batería, eso te lo descuentan de las primeras pagas. Y es obligatorio tenerlo. No pagan ni seguro, ni ART, ni la ropa de lluvia. Además, tenés que tener teléfono con abono, porque con prepago no podes”.
Luego de enumerar las cuestiones que hacen a la “precarización”, el joven de 29 años (que pidió anonimato) se quejó porque “te pueden hacer trasladar cualquier cosa, ya que no solo hacemos pedidos de comida. De hecho, han pedido alcohol después de las 21 y si el cadete lo consigue se lleva, o cuando te dan una caja no la podes abrir y no sabes qué contiene”.
El usuario se baja la app a su dispositivo y elige la opción que está buscando (farmacia; recoger o enviar; regalos y más; lo que sea; comida; mercados; kiosco y bebidas) y hace el encargo. El repartidor lo pasa a buscar y lo lleva al destino indicado, mientras que el cliente puede seguir por geolocalización y en tiempo real el traslado de lo pedido.
No siempre hay efectivo en las transacciones.
Quejas
“La aplicación tiene partners (socios), como por ejemplo Mc Donald´s, -explicó el “glover”-, entonces buscas el pedido que hicieron sin dinero y cuando el cliente lo paga, vos con ese dinero vas pagando otros encargos que te hacen”.
Así, los mensajeros juntan billetes -“hay un tope, no podes juntar más de 6 mil pesos”- y después de descontarse su parte, depositan el resto.
El hecho de trasladar efectivo puede funcionar como anzuelo para la inseguridad. “Acá ya hubo casos que les robaron a los pibes -reseñó- y se tuvieron que hacer cargo ellos. Igual, la situación no es tan grave como en La Plata”, donde la semana pasada balearon a un repartidor.
La paga básica asegurada es “de 75 pesos por hora, aún sin que hagas un viaje”, pero muchas veces -especialmente en horario nocturno, cuando hay mayor demanda- son varios los pedidos que se acumulan.
En cuanto a la publicitada “independencia horaria” del colaborador, el cadete explicó que “no es tan así, porque si no sumas puntos no te salen viajes. Tenemos un calendario virtual, empezás con cero puntos y a medida que llevas pedido vas sumando puntaje. A mayor cantidad de puntos, más posibilidad tenés de elegir la franja horaria para trabajar”.
A pesar de las quejas, el joven dijo que sigue trabajando allí porque “me sirve, es un complemento de mi otro trabajo, dónde estoy en blanco. Pero el que está únicamente con esto se lo pasa renegando”.
Aunque LA CAPITAL intentó comunicarse con las app, la respuesta consistió en una derivación hacia las respectivas páginas web. Allí se pueden leer conceptos como “Sé tu propio jefe. Flexibilidad de horarios, ingresos competitivos y la oportunidad de conocer tu ciudad repartiendo al aire libre. Anotate y en menos de 24 horas podés estar colaborando con nosotros”.
Sindicalización
Desde el Sindicato de Cadetes, Motoristas y Mensajeros (Sicamm) denunciaron “precarización” por parte de Glovo.
“Hay independencia entre el intermediario, que es la app, el trabajador y el cliente. Generan la expectativa de independencia mentirosa, porque se trabaja bajo reglamentos y condiciones de horarios y tiempos y con un régimen de puntuaciones”, explicó el secretario general del gremio, Christian Grobas.
El condicionamiento de horario está ligado a la posibilidad de “ganar puntos”, que se logra con el mayor traslado de pedidos especialmente en el horario de mayor demanda, como el nocturno.
“Trabajando tres horas por día, como lo venden, no sumas puntos, no te permite elegir eso que venden como independencia, al contrario, te condiciona. Dependencia hay, pero generan expectativa”, señaló el dirigente sindical de las dos ruedas.
Asimismo, denunció que esos trabajadores están “completamente precarizados, porque tienen que pagar su monotributo, no tienen ART ni obra social y hasta se tienen que pagar la caja térmica”.
Y observó el problema de la inseguridad: “Muchas veces circulan con mucho efectivo encima”, aunque no quiso especificar de cuántos billetes habla por “cuestiones de seguridad” y recordó lo sucedido la semana pasada en La Plata con uno de estos mensajeros.
Además, describió como “daño colateral” algunos de los perjuicios que les pueden suceder en la calle. “Si te roban sos responsable vos -enumeró- también si hay errores en el ticket computado, se trata de una pedido mentiroso o te roban el celular. Todo eso corre por cuenta del trabajador y hasta te bajan puntuación”.
Los mensajeros ya recorren las calles, la polémica sigue sobre dos ruedas, ya que prometen desembarcar más app de este tipo en la ciudad.
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