“El Credo”, trabajo documental del realizador marplatense Alan Sasiain y el periodista Javier Blasco, debutará hoy a las 17.50, en el marco del ciclo “24 horas de Cine Nacional” del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
El estreno será en la sala Melany del complejo teatral ubicado en San Luis 1750.
“Es un documental social y político, con herramientas de cine y periodismo” definió el director Alan Sasiain, a LA CAPITAL.

“El trabajo reconstruye el avance del fascismo en la ciudad hasta el histórico juicio que impuso penas de 9 años de prisión en mayo de este año y que involucró a gran parte de las organizaciones políticas y sociales junto a miles de marplatenses que salieron a las calles de la ciudad para ponerle fin al accionar violento de estos grupos” relató.

Fue un trabajo que iniciaron de manera independiente en 2015, con profunda investigación y entrevistas y que en 2017, obtuvo el financiamiento de la “Vía digital”, línea del Incaa para documentales.

Los jóvenes fueron condenados por formar parte de agrupaciones neonazis que golpeaban a homesexuales, travestis y trans.

“De la investigación se evidencia la complicidad o al menos inacción política municipal y de las fuerzas de seguridad con estos grupos de extrema derecha. La coincidencia no explica como a partir de 2015 los ataques no solamente se acrecientan – y no es una interpretación, yo hice una línea de tiempo y fui anotando cada uno de los eventos que se registraron y es impresionante ver después del cambio de gobierno como hay casos no ya cada dos o tres meses sino todas las semanas- sino que también se hacen públicos” contó el director del documental.

Justamente indicó que el disparador para involucrarse en la temática fue “el famoso video de youtube que grabó Pampillón, de esa especie de lanzamiento de este grupo de extrema derecha, que se hizo en Camet”. En ese video “reconocí a una persona que yo conocía de hace muchos años a partir de un activismo político y social de izquierda, Franco Pozas. Aparece al final del video y me llamó la atención que en el pecho, donde tenía un tatuaje anarquista, vi encima uno de un águila imperial y una esvástica”.

Además de contar con más de diez testimonios de víctimas, testigos, personas de instituciones y ONGs que tomaron un rol activo en la defensa de las personas agredidas por el grupo, incluso de la querella y la defensa, cuenta con material de cámaras de seguridad -que formaron parte de las pruebas del jucio- y tramos de las grabaciones oficiales del proceso judicial.

“El caso de Mar del Plata es puntual o anecdótico” condideró Sasiain, estudiante de la carrera de artes audiovisuales en La Plata, indicando que no hay en el país un brote nazista, “hay grupos en varios lugares, como Avellaneda, Bahía Blanca, Tucumán o Salta, pero en su mayoría son clandestinos y no es como en otros países donde estos grupos con estas ideologias ingresan al poder formal e incluso tienen representación con diputado o son gobierno en algunos pequeños países”.

De todas formas consideró que el tema “tiene una universalidad que fue importante aprovechar y que tiene elementos que lo pueden hacer interesante, se puede entender en cualquier lugar”.

Por eso apuntó “lo importante y trascendente de su estreno en este contexto, como una plataforma para acceder a otros festivales, a un circuito internacional” con el material que -reconoció- “gracias al financiamiento del Incaa tiene una calidad de edición, sonido e imagen mucho mejor que si lo hubieramos hecho todo de manera independiente”.

“Tengo mucha alegría, el estreno va a ser una fiesta, pero también mucha ansiedad. Por la recepción, por lo que se hizo, por todas las personas involucradas y por el después, por el perfil que se vaya construyendo, porque no me daba lo mismo hacer una película de cualquier tema, es algo social, un tema que me interesa y es un paso a la dirección que quiero tomar”.

Luego del estreno, El Credo podrá verse también mañana lunes a las 20, también la sala Melany .
Luego, la última función será al aire libre en la Plaza España, foco de agresiones y de reunión de los grupos fascistas, en un intento de resignificar el espacio con las víctimas y el público. Todas las funciones son de acceso libre y gratuito.