La medida de fuerza se lleva adelante para expresar el apoyo a los docentes, para quienes la gestión del intendente Carlos Arroyo dispuso el recorte de la bonificación especial que percibe desde hace casi 30 años.

La suspensión de las actividades afecta a toda la administración municipal, a los entes descentralizados y los establecimientos escolares.

En ese contexto sólo se ofrecen las guardias mínimas de rigor en lugares como los centros de salud, los hogares de ancianos y niños, y el cementerio.

Los trabajadores iniciaron la jornada concurriendo a sus puestos de trabajo para luego concentrarse en la sede del sindicato y emprender una marcha que concluyó en las puertas del Palacio Municipal. El gremio está acompañado por dirigentes de la CGT local.

En su última asamblea, los afiliados además de la retención de tareas, se determinaron facultar a la comisión directiva y al cuerpo de delegados para resolver otras medidas en caso de que el conflicto continúe. Por eso se espera que, de no haber alguna señal positiva por parte del ejecutivo, es un hecho que las medidas de fuerza se profundizarán en las próximas semanas.

Antonio Gilardi, titular del sindicato municipal, expresó: “Esperamos tener una respuesta porque lo que menos queremos es tener conflicto pero nos están obligando a llegar”.

A su vez, arremetió contra el secretario de Hacienda, Hernán Mourelle, calificándolo de “irreverente” y señalando que “no tiene respeto por nada, ni por leyes, ni por gente, ni por comunidad, ni por la justicia”.

Entre los reclamos vigentes figuran la negociación paritaria, el recorte a las bonificaciones de los docentes del sistema municipal, el reencasillamiento de empleados y el pase a planta permanente.