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Deportes 2 de octubre de 2018

Un plus

por Vito Amalfitano

BUENOS AIRES.- En el entretiempo en el José Amalfitani presentaron en el tablero electrónico una producción especial para dar a conocer la biografía de los futbolistas juveniles del club. Algo que Vélez implementó en esta Superliga. Justo esta vez le tocó a Thiago Almada, de tan solo 17 años, nacido el 26 de abril de 2001. Un pibe cargado de sueños pero con escasas certezas. Con todos los vaivenes de la vida por delante. La primera de esas ilusiones, expresada en ese mini-reportaje para miles de socios, era consolidarse en la primera de su lugar en el mundo, que es Vélez.

Todos los partidos le toca a un pibe. Esta vez fue la vida de Thiago Almada. El destino quiso que a los 5’ del segundo tiempo el entrenador Gabriel Heinze decidiera su ingreso en el partido que Vélez estaba empatando con Aldosivi 0 a 0. Y que Thiago se transformara en clave para completar el vuelco del equipo de Liniers para marcar claras diferencias sobre el de Mar del Plata.

El atrevimiento de Thiago provocó la sociedad justa con el “Monito” Vargas, quien ya se estaba transformando en la figura del partido. La frescura de ambos inclinó definitivamente un trámite que ya Vélez dominaba a voluntad aunque sin definición. Justamente una entrada profunda de Almada derivó en el golazo de Vargas que abrió el marcador.

Los movimientos y el talento de ambos provocaron el desequilibrio final. Ellos, más el armado inicial de Gastón Giménez y la dinámica del resto alrededor de los más talentosos, para generar opiciones de pase, fueron demasiado caudal de juego para el Aldosivi más abrumado de este campeonato.

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A veces alcanza con el orden, la estructura, la disciplina táctica para cerrar espacios del rival e incluso la inteligencia para generar los propios. No siempre es suficiente si no hay una dosis de talento individual o colectivo. El partido pasado, ante Belgrano, Aldosivi fue tan ordenado como casi siempre, tuvo tan poco caudal de juego como a menudo. Pero se encendió Chávez y su talento individual y su prepotencia ofensiva hicieron que el orden estuviera al servicio de algo.

En el Amalfitani, en cambio, el orden no tuvo horizonte. Ni siquiera sirvió para defenderse. Porque si la pelota se pierde tan rápido, si no hay ningún respirador de juego para salir del ahogo, y si el rival tiene talentos de la categoría de Vargas y pibes como Almada para acompañarlos, el equipo queda condenado a desfallecer.
Nunca Aldosivi se vio tan desbordado en funcionamiento y juego en esta Superliga como en los últimos 60 minutos ante Vélez. En los primeros 30 se sostuvo en el orden. Nunca le agregó nada a esa organización y el arco de enfrente quedó demasiado lejos. Así no se puede sostener nada. El fútbol se transforma en un flypper. Siempre la pelota vuelve a tu campo. Hasta que entra por el resquicio no deseado.

Aldosivi tuvo que salir a buscar 20 jugadores nuevos después del título de campeón que lo puso de vuelta en primera. Y más rápido de lo pensado el técnico Gustavo Alvarez encontró la estructura de equipo. Ahora deberá agregarle caudal de juego. Para que lo del lunes sea solo un llamado de alerta. Pisano puede dar aire. Algunos partidos Chavez. Pero es la hora de que que el orden tenga un plus. Un partido clave,-en función de la permanecia, aunque falte mucho-, el del sábado ante San Martín de Tucumán, debe ser el punto de partida para ese próximo paso que tiene que dar Aldosivi. Mejor ahora que no está apremiado, que cuatro victorias le dieron margen para seguir mejorando.

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La historia del pibe Almada demuestra que hay que profundizar el Proyección Juvenil que inició Alberto Valastro. Que quizá el trabajo de un gran profesional como Fabio Radaelli aporte un avance más. No se puede ser Vélez de un día para el otro. Pero Aldosivi debe aspirar a tener pibes del club que en alguna circunstancia lo salven en un partido de primera. Que acompañen a otros talentos. Que aporten aire y frescura cuando el equipo se presente agobiado.

La consolidación en primera debe ser el primer paso. El sueño de Moscuzza y su gente del estadio propio puede ser otro peldaño. Un apoyo real de una ciudad como Mar del Plata es esencial. Que las autoridades municipales de turno respalden, ayuden, y no que pongan palos en la rueda. Por lo que puede significar para Mar del Plata la permanencia de un representante en la elite del fútbol argentino. Eso se traduce en publicidad gratuita para Mar del Plata en todo el mundo. Durante todo el año, con la propagación de la Superliga en transmisiones internacionales. Ya se probó, además, en algunos partidos recientes que se permitió la llegada de visitantes, como contra Huracán, el dinero extra que pueden dejar en la ciudad unos cinco mil o más “turistas futboleros” en temporada baja y en el tiempo de más “vacas flacas” en Argentina.

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No se puede ser Vélez de un día para el otro. Pero Aldosivi empezó ese camino. No debe detener la marcha ni se la deben interrumpir. El sentido de pertenencia ya existe pero como alguna vez hubo un Rosales tiene que ser habitual que un pibe como Almada “lo salve”. Mientras tanto, está bien mantener el orden. Pero ya es hora de un poco más de osadía.

@vitomundial



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