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Cultura 9 de mayo de 2016

El mal, la indagación de la colombiana Laura Restrepo

En su novela "Pecado" aborda las preguntas sobre el bien y el mal

Con una evocación al “Jardín de las delicias”, el tríptico del pintor holandés El Bosco, la escritora colombiana Laura Restrepo construye en “Pecado” una trama en la que sus personajes, todos infractores, confiesan sus historias sin concesiones ni dobles morales para que sean los lectores quienes juzguen “qué es el bien y qué es el mal”.
“Pecado” (Alfaguara) es una novela, pero divida en relatos con personajes que no se conocen entre sí. En cada capítulo, Restrepo marca la respiración de una narración que nunca es lo que parece pero siempre se aproxima a la idea del mal: una relación incestuosa, tres hermanas de clase alta indiferentes en un pueblo pescador, un adolescente sicario, un verdugo que corta cabezas, un hombre infiel o una mujer descuartizadora.
Y cada una de esas historias está contada bajo la influencia de “El jardín de las delicias”, el tríptico del holandés Hieronymus Bosch, que fanatizó al rey Felipe II, quien la guardaba en sus aposentos. Como el monarca español, Restrepo quedó impactada de pequeña con esa obra maestra exhibida en el Museo del Prado, y su reproducción la escoltaba mientras escribía la novela.
“Necesitaba una referencia cultural”, señala sobre esa obra pictórica aludida. “En este sentido una gran obra maestra que me permitiera tomarla como hilo conductor. Es un drama, es casi una obra de teatro: el ser humano al que le dan el paraíso y después el tránsito hacia el infierno. La obra es interpretada como una expresión de la ortodoxia, hasta tal punto que el mas católico de los reyes, Felipe II, que inventa la Inquisición contra la Herejía, la adquiere para sus aposentos reales. Pero también hay otros que dicen que la obra es una gran herejía. La ambigüedad y la perplejidad es enorme y tiene un gran poder narrativo”.
-¿Ese poder narrativo la impulsó a construir “Pecado” como una novela no tradicional, dividida en relatos?
-Sí, yo digo que es una novela, pero son capítulos independientes. Hay un tema central que es la relación del ser humano con el mal, pero con hilos conductores que el lector irá descubriendo, como la parte sobre el todo o la pérdida del paraíso. Creo que era un tema suficientemente complejo para atenerse a patrones establecidos. Y pensé: esto hay que escribirlo como salga, como pidan las tripas. Creo que hoy el gran cambio en términos narrativos está en la novela gráfica o en las series de televisión, como en “Black Mirror”, o películas como “Relatos Salvajes” y “Amores Perros”, donde hay un tema central y una serie de hilos conductores que recorren los relatos, pero luego tienes distintos escenarios, como una condensación de microestructuras dentro de la totalidad.



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