CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
El Mundo 8 de mayo de 2016

Dos líneas de investigación mantienen vivo el sueño de saber más de Madeleine

Scotland Yard y la Policía Judicial portuguesa esperan encontrar nuevos datos que ayuden a desvelar qué le pasó a la niña a principios de mayo de 2007.

Madeleine McCann desapareció en Praia de Luz (Portugal) en mayo de 2007.

por Oscar Tomasi

Cuando se cumplen nueve años de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, en el sur de Portugal, dos líneas de investigación mantienen el caso abierto y permiten albergar una tenue esperanza de esclarecer un misterio.

Scotland Yard y la Policía Judicial portuguesa (PJ) son los responsables de estas dos líneas, independientes y que discurren de forma paralela, con las que esperan encontrar nuevos datos que ayuden a desvelar qué le pasó a la menor a principios de mayo de 2007, cuando tenía solo 3 años y desapareció de la habitación del hotel sin dejar rastro.

Fuentes de la PJ confirmaron a la agencia EFE que el expediente sigue abierto y continúa existiendo un equipo de agentes centrado en la recolección y el tratamiento de pruebas e información referentes a este caso, pese a que por el momento no hay novedades.

En Portugal la investigación se cerró de forma oficial en julio de 2008. Tres años más tarde, la policía portuguesa creó un grupo de trabajo para “volver a analizar” la desaparición de Madeleine, iniciativa que dio sus frutos.

En octubre de 2013, la Fiscalía lusa decidió reabrir el caso para estudiar a fondo los nuevos indicios hallados, sin que desde entonces haya trascendido más información sobre esas pistas.

Scotland Yard, por su parte, también reabrió el expediente de forma oficial en julio de 2013, aunque un año antes ya publicó un retrato robot de cómo sería la menor tras el paso de los años, lo que alimentó la tesis que apunta a que podría seguir viva.

No obstante, recientemente sus responsables advirtieron de que cerrarán en los próximos meses el caso si la última línea de investigación abierta no lleva a conclusiones relevantes.

El comisario jefe de Scotland Yard, Bernard Hogan-Howe, reveló, asimismo, que el equipo dedicado a esta búsqueda apenas está ya compuesto por “dos o tres” agentes, lejos de los treinta implicados inicialmente, hace tres años.

La reapertura de la investigación del lado británico -que gozó siempre de más publicidad que la portuguesa- motivó la emisión de un programa especial en la BBC que recreaba lo ocurrido y que derivó en una avalancha de mensajes a la policía de particulares con posibles pistas sobre la desaparición de Madeleine.

Ya en 2014, las averiguaciones llevaron a las autoridades del Reino Unido a solicitar la colaboración de sus homólogos portugueses para poder llevar a cabo pesquisas en suelo luso.

Inspectores de Scotland Yard y de la PJ se desplazaron hasta el municipio de Praia da Luz (en la turística región del Algarve, en el sur del país) para reiniciar la búsqueda e incluso excavaron en las inmediaciones del hotel donde la niña fue vista por última vez.

Fuentes cercanas a la investigación revelaron entonces que Scotland Yard sospechaba en ese momento que la menor podía estar muerta y creía que su cuerpo se encontraba cerca del lugar donde se le vio por última vez, aunque las búsquedas concluyeron sin éxito.

Posteriormente, la cooperación Portugal-Reino Unido continuó con el interrogatorio de varias personas presuntamente relacionadas con el caso, entre ellas, los miembros de una banda de ladrones que operaba por la zona y cuya actividad a través de sus teléfonos móviles en la noche del suceso les hacía sospechosos.

Todos los esfuerzos fueron en vano, al menos de momento, y la sombra de la duda continúa planeando sobre una desaparición misteriosa, mediática y truculenta, siempre envuelta en rumores y que enfrentó a varios de los protagonistas.

De hecho, el conflicto que mantiene el matrimonio McCann con el comisario portugués que lideró la investigación, Gonçalo Amaral, sigue de actualidad, ya que este mes de abril un tribunal luso de segunda instancia liberó a este último de pagar los 500.000 euros que le había impuesto otro juez por delitos de difamación.

En un libro publicado en 2008, el ex inspector defiende la tesis de que los progenitores de Madeleine están implicados en el suceso.

Los padres de la menor fueron oficialmente considerados sospechosos por los agentes lusos debido al hallazgo de rastros biológicos de la pequeña en sus efectos personales y en un automóvil alquilado tras la desaparición.

Sin embargo, la Justicia lusa acabó por exculpar al matrimonio, después de que los análisis de las muestras que los incriminaban, realizados en el Reino Unido, no se consideraran concluyentes.

Los padres de Madeleine, que mantienen la esperanza de que su hija siga viva, aseguran que la dejaron durmiendo junto a sus dos hermanos mientras cenaban con unos amigos en el mismo complejo turístico y que, a su regreso, ya no estaba en la habitación.

EFE.



Lo más visto hoy