El Concejo Deliberante tratará hoy uno de los temas más controvertidos desde que a mediados de abril aprobó las ordenanzas fiscal e impositiva. Una reducción de la tasa vial, que pagan los productores para el mantenimiento de los caminos rurales, llega al recinto envuelto en la incertidumbre: de aprobarse, corre riesgo de que el intendente Carlos Arroyo la vete.

Esa sensación se terminó de consolidar el martes, después de que la comisión de Hacienda firmara el dictamen sin los votos de la Agrupación Atlántica, el bloque que responde al jefe comunal. La bancada presidida por Guillermo Arroyo votó en contra. Pero no le alcanzó para frenar el avance de la iniciativa, que fue redactada por la radical Cristina Coria y propone una disminución del 50 por ciento en la tasa por conservación, reparación y mejorado de la red vial municipal.

El proyecto divide al interbloque oficialista Cambiemos. Tanto que el presidente de la comisión de Hacienda, Alejandro Carrancio (Crear/Cambiemos), tuvo que desempatar a favor del dictamen con su voto doble. En la comisión también respaldaron el proyecto Mercedes Morro (1País) y Coria.

Los votos en contra también fueron tres: los de Guillermo Arroyo, Mauricio Loria y Patricia Serventich, de Agrupación Atlántica. Los concejales de Unidad Ciudadana se abstuvieron. “Creemos que un replanteo de este tipo tiene que darse a partir de una propuesta del Ejecutivo, porque de lo contrario podría dar lugar a un veto”, admitió ayer Virginia Sívori (UC), y recordó que los mismos que proponen la reducción “fueron los que acompañaron el aumento”, en referencia obvia al radicalismo.

El proyecto nació a partir de las fuertes quejas de la Sociedad Rural por un aumento que, en algunos casos, supera el 400%.

Desde entonces, el gobierno municipal dio señales contradictorias. En una primera reunión en la comisión, el secretario de Economía y Hacienda, Hernán Mourelle, tildó de “caraduras” y “rentistas” a las autoridades de la Rural que reclamaban la disminución de la tasa.

Pero unos días después el intendente recibió a la comisión directiva de la entidad y pareció tender el primer puente hacia la solución del conflicto. Tras esa reunión, Guillermo Arroyo se mostró dispuesto en comisión a tomar medidas para menguar el incremento.

Pero en las últimas reuniones hubo otro giro: el hijo del intendente fue el que más argumentó en contra de una modificación de la ordenanza impositiva.

El presidente de la Sociedad Rural local, Esteban Area, calificó de “un mal menor” la reducción del 50 por ciento que está en debate. “El aumento seguiría siendo importante, pero no tanto como el que se convalidó en abril”, explicó a LA CAPITAL. “No sería un triunfo pero tampoco una derrota”, graficó.

En la audiencia con Arroyo, los directivos de la Rural le habían comentado que ellos estaban dispuestos a pagar una suba de 50 por ciento respecto a los valores vigentes del año pasado. “Le dijimos que eso era lo que podíamos pagar”, apuntó Area.

En el Concejo, además del de Coria alumbró otro proyecto: Claudia Rodríguez, de Acción Marplatense, propuso un aumento de 25 por ciento respecto al año pasado. Lo argumentó con una ironía: “Como el intendente propuso a principios de año un aumento de 24 por ciento, este 25 está en sintonía”. Los aumentos de Arroyo, en rigor, superaron largamente aquella intención inicial.

Las autoridades de la Rural asistirán a la sesión “con incertidumbre”, según reconoció Area. Por dos motivos: no tienen certeza de que la reducción se vaya a aprobar y tampoco de que, si es sancionada, vaya a ser aplicada por el Ejecutivo.

De lo que sí están convencidas es de que el municipio no mantiene los caminos rurales como corresponde. “Desde que aumentaron la tasa, no arreglaron ninguno. Nos cobran por algo que no hicieron”, se quejó el titular de la Rural.
“Yo recorro la zona y veo que los caminos rurales de los partidos vecinos tienen un mejor mantenimiento. Tienen máquinas que trabajan. En Mar del Plata eso no pasa”, diferenció.