MIRAMAR (Corresponsal)- Durante abril pasado un fuerte temporal de viento y abundante caída de precipitaciones, determinó la destrucción del badén costero que une el centro de Mar del Sud con el barrio residencia “Rocas Negras” debido al imponente caudal del arroyo “La Tigra”, potenciado además con cierta endeblez de la estructura.

Pasaron más de tres meses y aún el arreglo está pendiente aunque las condiciones climáticas, sumadas a las características del mencionado cauce de agua que se origina en la zona serrana de Balcarce, atrasaron los trabajos en el mencionado paso.

“Debemos esperar que baje el caudal del arroyo para luego colocar caños más grandes unidos con cemento y así reforzar la estructura”, dijo el delegado municipal, José Pérez a LA CAPITAL.

Desde el momento de la destrucción, la comuna decidió lógicamente clausurar el tránsito por allí y hasta hoy  los vecinos están utilizando la calle 25 para trasladarse.

Originalmente, en la obra que estuvo encabezada por la Secretaría de Planificación, Ambiente y Obras del municipio de General Alvarado, fue colocada una carpeta asfáltica con protección en bordes para prevenir accidentes.

Personal del Ejército Argentino fue encargado de reforzar la estructura, al igual que otros puentes que habían quedado destruidos tras la grave inundación de la villa balnearia en 2014.

En agosto de 2017 un temporal y la abundante cantidad de precipitaciones produjeron la primera debacle. Luego fue arreglado hasta que nuevamente las últimas lluvias fomentaron una fuerza de agua incontrolable que destrozó la estructura. Ahora los vecinos esperan una solución definitiva.

Por otra parte, Pérez sostuvo que, “el clima complicó la situación de las calles y accesos donde se habían realizado ciertas mejoras”.

Paralización de obras privadas

La realidad económica e inflación pegó de lleno contra el desarrollo de diversas obras privadas que venían observándose en la villa balnearia, afectando no solamente el bolsillo de propietarios sino de todo el circuito económico de la construcción.

“Se ve una merma de las edificaciones que se habían empezado y eso afecta el bolsillo de albañiles, electricistas, carpinteros, techistas y todos los actores involucrados, además de los corralones de materiales. Esperemos que haya un mejor movimiento de cara a la primavera cuando el tiempo permita continuar los proyectos y la gente comience a preparar las viviendas para verano”, remarcó el delegado.

“Hay un proyecto privado de una picadora de ramas para originar leña a la comunidad. Eso daría algunas fuentes de trabajo pero al momento hay sólo conversaciones”, concluyó Pérez.