Angustiado. Así se siente Diego González, dueño de “Viejo John”, la cervecería que el lunes 2 de julio tuvo, durante seis horas, dos cuadras de cola por un aviso laboral. Pero no sólo fue ese día. Martes y miércoles la situación se repitió, aumentando el pilón de currículums en un rincón del local ubicado en Castelli al 2500.

En total, tras los tres días de entrevistas, el joven empresario aseguró que se presentaron unas 800 personas para solo 8 puestos de trabajo. “Es una locura, solo voy a poder contratar al 1%”, señaló a LA CAPITAL Diego, al tiempo que aseguró que aún no pudo terminar de leer todos los currículums. “Me quedarán unos 200”, dijo.

El aviso de empleo había sido publicado solo dos días -domingo y lunes- en los clasificados de este medio y a través de la cuenta oficial de Facebook del local gastronómico, el viernes 29 de junio. Para el domingo, la publicación ya tenía más de 1.400 compartidos y cientos de comentarios.

“La verdad que fue impactante y triste a la vez. Toda mi vida estuve del otro lado, siempre fui yo el que llevaba el currículim, por lo que sé lo que es estar del otro lado y lo importante que es, para quien aplica, conseguir ese trabajo”, se solidarizó, al tiempo que agregó: “Hace dos años abrí un salón de fiestas y me acuerdo que se presentaron algo de 80 personas, por eso esperaba que, ante el desempleo que hay en la ciudad, como  mucho, vinieran unas 200”.

A su vez reconoció que el haber pedido personas con o sin experiencia puede haber influenciado en la gran cantidad de postulaciones. “Aunque vinieron muchísimos chicos capacitados en diferentes centros de formación públicos y con experiencia en el rubro”, aseguró. Según indicó, el promedio de edad de los postulantes fue de 23 años, aunque hubo quienes tenían entre 50 y 60 años.

Historias que quedan

La idea inicial del proceso de selección consistía en hacerle completar al postulante una planilla con algunas preguntas relacionadas a la remuneración pretendida, experiencia laboral previa y razones por las que necesitaban conseguir el trabajo, para luego pasar a una entrevista más extensa con el propietario. Sin embargo, ante la cantidad de gente que se encontraba esperando afuera bajo condiciones climáticas adversas, esta última instancia debió ser más breve de lo previsto.

De todas maneras, el intercambio estuvo, por lo que Diego aprovechó el diálogo con LA CAPITAL para recordar algunas historias que conoció de los cientos que pasaron frente a él.

“La verdad que como historias escuché muchas. Todos tenían una razón por la que querían trabajar, pero recuerdo a un chico, un cuida coches del Hospital Regional, que me pidió con lágrimas en los ojos empleo, me decía que él se ofrecía a limpiar los baños, cualquier cosa con tal de que lo contratemos y le demos una oportunidad. Son historias fuertes”, señaló.

A su vez, aseguró que le sorprendió mucho todo lo que leyó en las planillas que debían ser completadas antes de la entrevista presencial, sobre todo un punto en particular: el ítem que indicaba la remuneración pretendida.

“He llegado a leer $3.000 por mes y yo me pregunto ¿quién puede vivir con $3000 por mes? Entonces le explicaba, porque por ahí era alguien muy joven, que no hagan esas cosas porque si se encuentran con un empresario vivo, se pueden aprovechar de la necesidad de la gente y no pagarle lo que corresponde”, señaló, al tiempo que montos similares se repitieron en varias planillas.

El Viejo John, la cervecería y confitería que se encuentra a pocas cuadras del Materno Infantil, tiene previsto abrir a mediados de agosto. Los ocho puestos que precisan cubrir van desde ayudante de cocina, hasta camerero/a, pasando por cafetero/a y camerero/a de calle. “Las ganas de trabajar la tenían todos, lo que va a ser aún más difícil elegir”, aseguró Diego.