Un viejo refrán popular nos enseña que lo barato sale caro. Tomar el camino más simple, la respuesta rápida o seguir a quien exprese las revoluciones de la alegría más inusitadas pero seductoras, está visto que luego se paga.

Son muchos los ejemplos que podríamos detallar sobre los fuertes retrocesos en políticas públicas que hemos vivido en los últimos años en nuestras queridas ciudades de Mar del Plata y Batán. Solo algunas de las más recientes nos llevan a visibilizar una ciudad donde su futuro Centro Cívico, desarrollado en el marco del Plan Estratégico Municipal, va directo a convertirse en una comisaría, donde el predio de disposición final de residuos en solo dos años vio acortada su vida útil en menos de la mitad de lo proyectado o simplemente percibir a diario como se han limitado los servicios municipales que históricamente prestaba la Municipalidad de General Pueyrredon. De toda esta larga lista que podríamos seguir enumerando, nos detendremos sobre el interesante informe publicado por este diario con fecha 22 de mayo sobre el sistema de estacionamiento medido.

El estacionamiento medido genera cada vez menos beneficios. Los datos elaborados por el propio municipio muestran que el estacionamiento medido es un negocio cada vez menos rentable para la comuna. Las cifras oficiales indican que en los últimos dos años se produjo una notoria reducción en la demanda del servicio y que hubo una fuerte caída en la cantidad de multas confeccionadas.

Entendemos que la situación que se ha planteado en Mar del Plata, no se distingue de la ocurrida a lo largo y ancho del país con el frente Cambiemos. Bajo frases altisonantes, mucho marketing y poca capacidad de gestión, el actual gobierno ha profundizado los errores de anteriores administraciones y desarticulado políticas que redundaban en claro beneficio para el conjunto de la sociedad.

En el caso que nos ocupa, el Sr. Intendente Municipal entre varias medidas de achicamiento de las funciones y prestaciones del estado, anunció con bombos y platillos a las pocas semanas de asumir su gestión, que daba por tierra con el pago por productividad a los agentes de tránsito municipales, en procura de generar un ahorro al erario público municipal. De esta forma, con una libreta en mano que ya ni usan los almaceneros, el Sr. Intendente expresó orgulloso el ahorro de una suma aproximada de $7.000.000 en pago por productividad.

El anuncio conjugaba la consabida estigmatización del empleado público ineficiente, necesaria para todo plan de ajuste del Estado, y la conjunción con una presunta fiesta que ameritaba el ahorro fiscal en beneficio de todos.
ACHICAR EL ESTADO ES AGRANDAR LA NACIÓN
La mirada restrictiva y simplista del manejo del estado tiene consecuencias que pagamos todos los vecinos y vecinas de la ciudad.

Como bien surge del informe referido y basado en los datos aportados por la propia gestión municipal, durante el 2015 mientras se pagaba productividad, el área de tránsito confeccionó unas 69.324 infracciones por falta de pago de estacionamiento en las áreas medidas, cifra que se venía incrementando en los últimos años. La contradicción contra el discurso marquetinero se produce el año siguiente ya sin el pago de la consabida productividad, el área de transito confeccionó apenas unas 30.555 infracciones a lo largo de todo el 2016, es decir un 55% menos de multas de transito de un año a otro.

Esto ocurrió siendo las infracciones por falta de pago de estacionamiento medido la principal fuente de recaudación municipal por multas de tránsito que recauda la Municipalidad.

Un dato que da cuenta de la transcendencia del perjuicio económico, es que durante los años referidos y tomados como ejemplo de la presente, la infracción por la falta de pago de estacionamiento medido era de $649,50, con lo que multiplique el lector las cantidad de infracciones en uno y otro período, y el perjuicio económico habido.

Pero ello no es todo, la menor capacidad de control por parte del Estado, como siempre ocurre en todos los ámbitos, también disminuyó la cantidad de horas vendidas para estacionar en el microcentro de la ciudad. Es así que, en el 2015 se vendieron un total de 3.239.764 de horas de estacionamiento, suma que bajó abruptamente a 2.677.856 horas en el 2016 y a 2.527.636 en el 2017.

Es decir, el estado dejó de controlar el estacionamiento medido, debilitó su poder de control, por lo cual en solo un año realizó un 55% menos de infracciones con el consiguiente perjuicio al erario municipal por recaudación y como sucedáneo de una política absolutamente desacertada, en solo dos años vendió un 21,9% menos de horas para el estacionamiento medido, derrumbando la recaudación tanto por cobro de infracciones de tránsito, por falta de pago del estacionamiento medido como por la abrupta baja en la venta de horas para estacionar.

QUE PAGUE EL QUE SIGUE

Ante la incapacidad de gestión referida, el gobierno municipal ha mantenido la coherencia expresada estos últimos años por los gobiernos nacional y provincial. En solo dos años, los Marplatenses hemos pasado de pagar la hora de estacionamiento medido de $6 a $12,50, es decir más de un 100% de aumento.

A la par, ha reducido abruptamente los edificios municipales que atienden los requerimientos de los vecinos y vecinas, por ejemplo los ámbitos donde funcionaban la Secretaría de Cultura, Secretaría de Educación, Oficina de Empleo, Dirección de Derechos Humanos, los Juzgados de Faltas, entre otros.

El proyecto político propuesto es claro y sencillo, ante la ineficiencia del gobierno en la administración de la cosa pública, la solución ha sido planteada a través de la suba desproporcionada de las tarifas y un achicamiento de los servicios.

Finalmente, que el plan de gobierno fuera secreto tenía su razón de ser.

* Abogado, Magister en Derechos Humanos, dirigente Unidad Ciudadana.