Tenía 13 años, edad que cualquier adolescente tiene el interés a flor de piel por diferentes actividades y en mi caso, por el fútbol. En mi casa siempre fuimos del fútbol. Con mis hermanos jugamos en las inferiores del Club Independiente de nuestra ciudad, ellos, claramente, corrieron mejor suerte en su paso por el deporte, llegando a otras divisiones y el fútbol profesional.

Pero volvamos al Mundial. Francia 1998. A la selección la dirigía Daniel Passarella, quien supo ser capitán y alzar la Copa del Mundo de Argentina 1978. 20 años después, le tocaba ser el que guiaba los destinos desde el banco.

El plantel tenía varias figuras que triunfaban a nivel mundial: Gabriel Batistua, Juan Sebastián Verón, Ariel Ortega, Diego Simeone, Claudio “Piojo” López, Roberto Ayala, Matías Almeyda, Hernán Crespo, entre otros. Por la actualidad de cada uno de ellos, los medios mundiales pronosticaban que el equipo de Passarella, que había terminado primera en la clasificación al Mundial, tendría una participación destacada.

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La sede de la Copa del Mundo era Francia, que por primera vez la organizaba y que, también por primera vez en su historia, la terminaría ganando.

La fase de grupos fue excelente y ya estábamos levantando la Copa. Debutamos Con un 1-0 ante Japón con gol del Bati a los 28 minutos del primer tiempo en Toulousse.

El segundo partido fue goleada ante Jamaica por 5-0. Fue un domingo. Recuerdo que lo vimos en nuestra casa en Villa Primera en la previa de un evento familiar y todos ya nos sentíamos campeones. Batistuta por tres y Ortega por dos, los goles.

En el tercer partido, ya clasificados, le ganamos por la mínima diferencia a Croacia, con gol de Pineda, un jugador que era suplente.

En los octavos llegaba un duelo especial por la historia que tenía: contra Inglaterra. Fue un 2 a 2 en tiempo regular. Todo pasó en el primer tiempo: Batistuta a los 6 minutos abrió el marcador, pero a los 10 lo igualó Shearer y seis minutos después un genial Owen ponía en ventaja a los ingleses. Sobre el final, tras jugada preparada, Zanetti igualó el marcador. En los penales nacía un nuevo héroe: Carlos “Lechuga” Roa, que detuvo los tiros de Ince y Batty, para llevar a Argentina a los cuartos.

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El choque era con la Holanda de Van der Sar, Stam, los hermanos De Boer, Numan, Cocu, Davis, Bergkamp y Kluivert. Un equipazo, en otras palabras. Abrió la cuenta para los holandeses a los 12 del primer tiempo Kluivert pero rápidamente el inflador del “Piojo” López igualó el marcador. Sobre el final, la catástrofe: lo expulsan al “Burrito” Ortega por agredir al arquero de Holanda y un minuto antes de los ´90, un sútil Dennis Bergkamp nos mandó de nuevo a casa.

Por goles, táctica y nombres, la selección de Passarella estaba para ser campeona, pero una vez más, fallamos en el intento.