Los padres de Natalia Melmann, Gustavo y Laura, estuvieron presentes en el primer día del juicio contra el sargento de Policía Ricardo Panadero y, además de estar acompañados por la imagen de su hija en sus remeras, también recibieron el apoyo de muchas personas que fueron hasta Tribunales para pedir justicia por la adolescente violada y asesinada en 2001.

En Tribunales hubo representantes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, del Instituto Nacional de Mujeres, de HIJOS, de la multisectorial de Miramar y muchas personas más, que fueron con carteles y banderas, que fueron porque los padres de Natalia Melmann no están solos en esta lucha.

“Tener que volver…contar en vivo lo que revivimos todas las noches. No es una cosa que olvidamos ni mucho menos, sino que tenemos que contar frente a los jeuces las cosas que nos toca vivir todos los días”, expresó Gustavo Melmann, el padre de Natalia.

Gustavo consideró que lo que lo movilizó todo este tiempo no fue “fuerza”, sino más bien “aguante”, aunque lamenta que ahora la salud tanto no lo acompañe y se siente cansado, deteriorado por el paso del tiempo y las batallas. “Nos hemos puesto viejos y esto nos duele más”, resumió.

“De dar una pena, le tienen que dar la misma pena que fueron condenados en 2002 los otros policías. Es la misma pena porque es la misma participación, nada más que se comprueba después de 16 años y medio”, explicó Gustavo Melmann.

El papá de Natalia Melmann contó que, tras la muerte de su hija, “Panadero siguió viviendo en Miramar, trabajó como policía hasta hace poco, en Lomas de Zamora, en la brigada antinarcóticos”.

“Yo sentía mucha impotencia, ir a reclamar a los juzgados, soportar las chicanas que hubo durante todo este tiempo, ir y volver de Casación. Se plantearon un montón de situaciones, como cuando lo sobreseyeron y hubo que levantar eso”, expresó Gustavo Melmann.