La querella y la fiscalía pidieron que le revocaran la prisión domiciliaria a Federico Sasso, quien en marzo de 2019 será juzgado por la muerte de Lucía Bernaola (14) a quien atropelló y mató en junio del año pasado en la Costa.

El pedido para que le revocaran la prisión domiciliaria al imputado por “homicidio simple” lo impulsó la madre de la víctima, Verónica Borelli, representada por el abogado Maximiliano Orsini, con el acompañamiento del fiscal Rodolfo Moure.

Es que, tanto para la querella como para el fiscal Moure, existieron claras “irregularidades” en el periodo  que Sasso estuvo detenido en la prisión de Balcarce y que coincide, justo, con una investigación que realizó Asuntos Internos de la Policía Bonaerense que terminó por remover a toda la cúpula de esa dependencia.

Si bien, los motivos porque Asuntos Internos removió a la cúpula de la comisaría de Balcarce no guardarían relación directa con el caso de Sasso, la sospecha por las denuncias presentadas por Verónica Borelli presentaron un antecedente y dieron pie a una investigación de la Fiscalía de Delitos Económicos por el desempeño de los policías.

Según la querella y el fiscal Moure, Sasso fue beneficiado con un mejor trato en la comisaría de Balcarce al recibir, por ejemplo, “libertades” que no le correspondían: como recibir visitas en el departamento del comisario, tener una Playstation y moverse por la dependencia.

Al ser consultado por LA CAPITAL, el fiscal Moure explicó que, en el pedido de que le quitaran la prisión domiciliaria a Sasso, argumentó que se detectaron “incumplimientos sospechosos” por parte del imputado.

Según aseguró el fiscal, en varios días se detectó una “ausencia de la señal que emite la tobillera de Sasso” por períodos de 15 a 30 minutos. Además, cuando desde el Servicio Penitenciario llaman a la casa de Sasso para verificar lo sucedido nadie atiende el teléfono, lo que representa una grave falta.

Con este planteo, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 deberá decidir si Federico Sasso continúa con prisión domiciliaria o, tal como piden la querella y el fiscal, llega detenido en la Unidad Penal 44 de Batán al juicio que se celebrará en marzo del año que viene.

El hecho

La Fiscalía de Delitos Culposos, a cargo de Pablo Cistoldi, reconstruyó el hecho y determinó que cerca de las 3 de la madrugada del domingo 4 de junio de 2017, Sasso conducía alcoholizado su automóvil marca Renault Clío modificado mecánicamente (altura no convencional, espirales cortados, entradas de aire). En tales condiciones ingresó a la curva de la calle Alberti -avanzaba por la costa desde el centro al Sur- por el carril izquierdo, a una velocidad muy superior a la máxima permitida (no menor a 78 km/h contra 30 km/h).

El rodado derrapó, invadió la contramano, subió a la vereda del paseo costero y embistió a un grupo de peatones que se hallaba allí. Producto del violento impacto, Lucía Bernaola, de 14 años, falleció en el lugar y nueve personas padecieron lesiones de distinta gravedad. Sasso huyó del lugar pero regresó a los pocos minutos y se descubrió que tenía 1,23 miligramos de alcohol en sangre (más del doble de lo permitido por la ley).

Ahora, el imputado -que al momento de los hechos tenía 19 años y pasó detenido varios meses en una comisaría de Balcarce, hasta obtener el arresto domiciliario- llegará a juicio por “homicidio simple”, una calificación con una expectativa de pena que va de los 8 a los 25 años de prisión. Subsidiariamente, la fiscalía también había solicitado la calificación de “homicidio culposo agravado”, con una pena que va de 3 a 6 años.