Solo pasaron dos años desde que nuestra ciudad transitaba una política de gestión de residuos que podría haberse constituido en una verdadera política de Estado, si se le daba continuidad.
Un relleno sanitario bien operado con una planta de tratamiento de lixiviados de última generación, una planta de recuperación en funcionamiento, la separación de residuos haciéndose parte de la rutina diaria, un plan de inclusión en marcha para los recuperadores, un basurero en vías de ser clausurado y una excelente relación con organismos financieros que estaban para seguir invirtiendo en la ciudad. El saber técnico de profesionales de carrera del municipio sumado a una planificación y gestión a largo plazo confluyeron para poder hacer muchos de estos logros.
Pero, como siempre escuché, destruir es fácil, lo difícil es construir. Desde diciembre del 2015 se cometieron una serie de desaciertos fruto de la inexperiencia y la soberbia. Combinación peligrosa si las hay. No se escuchó más la voz de los profesionales municipales, se subestimó la temática, quedó en evidencia la falta de saberes técnicos, y la calesita finalmente se estrelló. Se necesitó poco tiempo para arruinar lo que mucho había costado.
A saber, cajonearon un pliego de licitación ya evaluado por distintas instancias administrativas y optaron por las prórrogas indefinidas e improvisadas a la empresa Tecsan, con lo cual no solo perdieron la oportunidad de captar inversiones para obras imprescindibles para la operación del relleno sanitario, sino que pusieron a la empresa en un estado de incertidumbre y falta de inversión negativa para todo el sistema.
Permitieron que los recuperadores accedieran a la zona de operación, con lo cual pusieron en peligro sus vidas, además de tornar casi imposible el manejo operativo del relleno sanitario
Cuando las advertencias de la empresa Tecsan y del organismo provincial de ambiente OPDS sobre el inminente colapso del predio ya se hicieron públicas, presentaron al Concejo Deliberante un pliego de licitación por solo dos años de operación, con obras imposibles de amortizar en ese corto tiempo, demostrando una ignorancia suprema sobre el tema.
Como ejemplo, una máquina topadora se amortiza en no menos de cinco años, por lo cual hubiera sido impagable para el municipio con las consiguientes consecuencias legales en caso de adjudicarse esa licitación. El Concejo Deliberante, con buen criterio, nunca llegó a aprobarlo.
Debido al papelón nacional que se hizo en los primeros días de enero, cuando se dejó a la ciudad sin servicio de recolección por conflictos en el predio, ahora y por decisión del gobierno provincial decidió que Ceamse se haga cargo de la disposición de residuos de nuestra ciudad.
No debe haber muchos casos en la historia reciente en los cuales la provincia le retira una función propia de un municipio debido a su incapacidad de gestión.
Sin duda, comienza una nueva etapa. Nadie puede dudar de la capacidad técnica y de los antecedentes de Ceamse en la materia. Es una sociedad de estado con casi 40 años de experiencia y con equipos profesionales altamente capacitados. Con solo visitar sus instalaciones en Norte 3 donde se tratan casi 20 mil toneladas de residuos por día, no cabe duda que las 1000 toneladas de Mar del Plata serán correctamente tratadas y además se podrán conseguir standares ambientales que ahora se perdieron.
Pero, nuestro municipio, si quiere saldar la deuda ambiental que ha generado con todos nosotros, igual tiene desafíos para emprender. Ceamse no debe implicar una siesta desde ahora para el gobierno municipal en materia de residuos.
Una gestión integral comienza en la generación en cada casa, comercio o industria y finaliza en la etapa que Ceamse se hará cargo. Pero, en el medio hay instancias para gestionar, generar políticas e incentivos contra la generación de los residuos, mejorar los sistemas de recolección y la higiene de la ciudad, volviendo a fuertes gestiones en cuanto a la separación de residuos.
La puesta en valor y optimización del funcionamiento de la planta administrada por la Cooperativa CURA, la necesidad ética de ser parte, junto al obispado y otras entidades comprometidas en dar una solución para nuestros vecinos que viven de la basura. Campañas de concientización y formación de actores sociales comprometidos con una gestión de residuos sustentable, elaboración de normas que incentiven en algunos casos u obliguen en otros, a las industrias y comercios a mejorar sus standares ambientales.
Diseñar una reformulación fiscal del reparto de los costos del transporte y tratamiento de los residuos. Es necesario reformular la ecuación de la tasa Girsu para se convierta en un incentivo para quien disminuye su producción de residuos y los trata correctamente y una carga pesada para quien no lo haga.
Tambien Mar del Plata deberá encarar una gestión de sus residuos especiales y patológicos, que, poco, hasta ahora, se les ha prestado atención desde el Estado.
Es por todo esto que, Ceamse seguramente nos traerá buenos resultados, pero esto no debe implicar que los que nos llevaron a esto, además a partir de ahora, se hagan los desentendidos.
*Diplomado en Gestión de Residuos Sólidos. ARS. ISALUD.