El Concejo Deliberante aprobó en su última sesión una serie de modificaciones al Reglamento del Servicio Sanitario que implican una reducción del valor del certificado de prefactibilidad para construcciones que otorga Obras Sanitarias (OSSE).

La medida formaba parte de un reclamo del foro de la construcción, que había advertido sobre el alto costo y la demora del trámite. Los cambios incluyen además un achicamiento de los plazos y la garantía de que se podrá pagar en cuotas.

Las modificaciones fueron consensuadas por el Concejo y el directorio de OSSE a partir de una jornada de trabajo realizada en el recinto a fines de marzo.

“El sector de la construcción venía planteando el problema hacía más de un año. El trámite comenzó a hacerse cada vez más gravoso: se multiplicó aproximadamente 10 veces en los últimos años”, explicó a LA CAPITAL la radical Cristina Coria, presidenta de la Comisión de Obras del cuerpo legislativo.

A partir de esas conversaciones, OSSE elevó las modificaciones. “Hizo una corrección en el cálculo base de ese certificado y quedó un 30% por debajo de lo que era. También achicaron los plazos”, comentó Coria. “La demora en algunos casos alcanzaba meses y no se puede avanzar en el trámite sin la prefactibilidad, lo que había generado un cuello de botella”, recordó. Y remarcó la posibilidad de pagar el certificado en cuotas.

La queja del sector había quedado expuesta en una nota dirigida en diciembre al directorio de OSSE y las comisiones de Recursos Hídricos y Obras del Concejo, que recibieron a integrantes del foro y dejaron entrever la posibilidad de que se reviera el cargo.

A mediados de febrero, el foro envió otra nota al Concejo en la que manifestaba “preocupación” en virtud “del cargo distorsivo y excesivo del certificado de factibilidad”. Y advirtió que “el certificado de factibilidad solicitado por OSSE desde el año 2011 no tiene precedentes a nivel nacional”.

El presidente de la empresa de aguas, Mario Dell’Olio, explicó en la jornada de trabajo que el cargo “es un aporte más” que le permite a Obras Sanitarias “mantener la infraestructura y también modernizarla en los casos necesarios”. Apuntó que, para satisfacer la demanda de nuevos edificios, OSSE “debe ampliar las cañerías”. Y ejemplificó: “En la zona céntrica hay 500 kilómetros de caños que tienen entre 70 y 90 años de antigüedad”.