Luisa Kuliok subirá al escenario. Le entregarán un sobre cerrado y sellado. Dentro de él, se encuentra el texto de la obra teatral titulada “Conejo blanco, conejo rojo“. Frente al público, la actriz empezará a leer y a interpretar la obra, de la que no tiene conocimiento previo. Es un espectáculo sin director, ni puesta en escena, una idea del dramaturgo iraní Nassim Soleimanpour, quien construyó un manifiesto a la libertad a partir de este juego. Además, intérprete y público asumen el pacto de no contar lo que vayan a ver sobre el escenario, una vez que termine la función.

Cabe señalar que por esta misma experiencia, que tiene producción de Claudio Tolcachir, pasaron -además de él mismo- Daniel Hendler, Julieta Venegas, Verónica Llinás, Darío Sztajnszrajber, Dolores Fonzi, Rafael Ferro, Julieta Cardinali, Osqui Guzmán, Marco Antonio Caponi y Pablo Fábregas.

“Es inédito”, resumió Kulliok, sobre la envergadura del desafío que llegará esta noche a la sala Astor Piazzolla del Auditorium, a partir de las 21.30. Y se atreve a decir que “va a ser un vuelo, un vuelo para todos (para ella misma y para los espectadores) con las mejores herramientas”.

– ¿Cómo se prepara para esta experiencia teatral?

– En realidad no hay un modo preciso de prepararse, imagino que cada actor o actriz que lo interprete tendrá sus misteriosos recursos para animarse a subir y entregarse a esa experiencia tan particular. En mi caso, voy munida de todos los salvavidas que tengo en lo cotidiano y en mi propia vida, las cosas que a mi me interesan como persona, lo que soy, las poesías que me rodean, las palabras que me alimentan, porque todo eso de alguna manera va a aparecer en el texto, hay un texto que es el que yo tengo que leer y que estará teñido por la sensorialidad, por la sensibilidad, por mi cabeza y por mi cuerpo.

– ¿Nervios, qué le pasa en las horas previas? Es una obra que supone un salto al vacío.

– Creo que lo que tiene de lindo este ofrecimiento es que supone un espacio de absoluta libertad y algo muy lúdico, lo único que a mí me interesa es estar muy relajada para poder ser realmente un canal de todo lo que vaya leyendo. Tengo que estar relajada para que todo me penetre y me modifique. Es una experiencia muy inaugural y los actores y las actrices siempre queremos desafíos que nos hagan sentir en la cuerda floja, porque de alguna manera eso es lo que nos expresa verdaderamente. Es un salto al vacío. Normalmente estar arriba de un escenario… no es el cine, no es la televisión, no se puede evitar, uno esta ahí enterito y no hay manera de volver atrás. Con un texto que ni siquiera uno conoce va a ser una revelación junto con el público, un doble salto mortal. Y es un juego, una propuesta donde uno tiene campo libre para poder correr.

“Momento particular en mi vida”

Con proyectos para hacer cine, teatro y televisión en un año que “viene con mucha intensidad”, la actriz prefirió contar que el próximo fin de semana será parte de una actividad literaria en la Feria del Libro. Tendrá el privilegio de poner su voz a los textos de Clarice Lispector, una escritora de origen brasileño que la deslumbra desde hace tiempo. Sin embargo, lo verdaderamente movilizante para la intérprete es su participación activa en la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

“Es un momento particular de mi vida como mamá, como abuela de una nieta de seis años y como mujer. Esta lucha me coloca en un lugar de mucha fuerza. Todos mis proyectos personales por esta tarea específica crecen en potencia interiormente”, indicó a LA CAPITAL.

Para la actriz, este es un presente de efervescencia del mundo de la mujer que “nos acerca y nos hermana”. Y amplió: “En esta época de redes, se produce una suerte de red de hermandades, porque es el grupo de las actrices las que salimos pero también el grupo de las arquitectas, el de las músicas, grupos sobre grupos, y se van haciendo círculos concéntricos de personas, una marea humana de mujeres en la que lo urgente es ser dueñas de nuestro propio cuerpo”.