Mientras que los concejales esperan que la gestión del intendente Carlos Arroyo aporte datos fehacientes sobre cuál sería a su juicio el impacto del aumento de la Tasa de Servicios Urbanos (TSU) distintos bloques ya elaboraron sus propios cálculos que anticipan el efecto que esa medida podría tener entre los titulares de casi 420 mil cuentas.

Los números confirman que, tal como lo anticipó semanas atrás la concejal de Unidad Ciudadana, Virgina Sívori, este año el aumento promedio global ponderado para las propiedades edificadas sería del 267%, con subas que en algunos casos treparían a un promedio del 877%.

Las cifras (que excluyen a los baldíos entre los cuales los incrementos serían todavía más altos) no sólo no fueron desmentidas por el secretario de Economía y Hacienda, Hernán Mourelle, quien en un intento por defender su propuesta, elude hablar de porcentajes para comenzar a referirse a los aumentos en pesos. También están siendo corroboradas por los concejales de otras bancadas, incluida la Unión Cívica Radical (UCR) que ya reclamó revisar la controvertida propuesta realizada por el funcionario.

Según los números de Unidad Ciudadana, los mayores aumentos en el valor de la TSU serían sufridos por los contribuyentes de la categoría 1, que es la que comprende a los titulares de cuentas de propiedades edificadas de menor valuación fiscal. Para estos 83675 vecinos, la suba promedio sería del 877%.

Al justificar la magnitud de ese incremento, tanto Mourelle como el presidente del bloque arroyista, Guillermo Arroyo, argumentaron que dentro de esa categoría figuran vecinos que “pagan muy poco” por lo que el aumento medido en pesos no tendría un efecto tan relevante como el que revela el porcentaje.

Además ambos plantearon que dentro de esa categoría también existen propiedades de escaso valor fiscal como “cocheras, bauleras o piscinas” sobre las cuales el Ejecutivo pretende hacer un ajuste para que aporten más.

Sin embargo ese argumento fue refutado por algunos concejales, quienes advirtieron que a diferencia de lo que sí ocurre con las cocheras, las piscinas no están identificadas como una unidad específica para el pago de la TSU.

En todo caso, las propiedades con piscinas serían aquellas que aparecen en las categorías 8 ó 9 para las cuales, paradójicamente, la propuesta tributaria de la gestión de Arroyo promueve las subas de tasas más bajas, con promedios de van del 30% al 23%.

“Este dato muestra lo regresivo que es este proyecto porque mientras que los mayores aumentos se aplicarán sobre los inmuebles de menor valor fiscal, los más bajos se van a implementar sobre los vecinos de mayor poder adquisitivo” le dijo ayer Sívori a LA CAPITAL.

De acuerdo a las estimaciones de Unidad Ciudadana, corroboradas por cálculos similares hechos por otros bloques, los contribuyentes de la categoría 2 (donde figuran inmuebles con una valuación fiscal de entre 7,5 y 15 mil de pesos) sufrirían una suba promedio del 736% mientras que los de la categoría 3 registrarían un incremento del 156% y los de la categoría 4 del 104%.

De este modo, más de 172 mil contribuyentes, es decir el 41% del total, podrían experimentar durante este año una suba promedio de la TSU superior al 100%.

En tanto que los contribuyentes de la categoría 5, la más numerosa y compuesta por 101 mil cuentas, pasarían a pagar este año un 68% más en promedio que lo que abonaron en 2017.

A pesar de que los cálculos elaborados en el Concejo Deliberante no fueron desmentidos con datos equivalentes por parte parte del Ejecutivo, los concejales admiten que sus números podrían tener algunas “pequeñas diferencias” con respecto a los que ya posee la secretaría de Economía y Hacienda.

Por ese motivo en los últimos días el oficialismo y la oposición le reclamaron a Mourelle que dé a publicidad la base de datos que contiene la información exacta sobre cuál será la suba que deberán afrontar los 420 mil contribuyentes de la TSU en el caso de que su propuesta sea aprobada.