Lorena Gavilán (35) no tuvo más remedio que pedir ayuda. Cerca del mediodía, y tras pasar una madrugada y una mañana de espanto, pidió urgente que llamaran al 911 para que una ambulancia llegara más rápido. Había abortado y los dolores la abrumaban. Tanto temió por su vida que no le importó que llegara la policía, que comprobara su identidad y que su pasado saltara a la superficie. Porque Gavilán era una prófuga de la Justicia.

La mujer fue detenida después de recibir asistencia médica en una casilla de madera del barrio Pueyrredón, y una vez que se estableció que su condición de salud era buena se la derivó a la Unidad Penitenciaria N°55 de Batán.

A Gavilán se la acusa de haber participado en un robo a mano armada y con la utilización de menores. Por esa causa es que la Justicia libró una orden de captura el pasado 8 de marzo y fue por esa cuenta pendiente que se la detuvo en el mediodía de este martes.

Lo que posibilitó la detención de la mujer fue una tragedia. Embarazada de varios meses, la prófuga sufrió un aborto cerca de las 2 de la mañana, en el interior de una precaria casilla de madera de República de Cuba al 3100. Las circunstancias bajo las cuales se produjo la interrupción del embarazo son investigadas aunque todo indicaría que se trató de razones espontáneas.

Al cabo de varias horas de sentirse mal y de experimentar dolores agudos, la mujer decidió, a través de su entorno, comunicarse con el 911 para solicitar una ambulancia. Sabía que la policía llegaría en primer término y que su condición de prófuga quedaría expuesta. Pero el temor por un agravamiento de su salud fue más fuerte.

Los policías del Comando de Patrullas advirtieron al llegar que la mujer padecía los trastornos posteriores a un aborto y le brindaron ayuda, pero al mismo tiempo la identificaron y comprobaron que no estaba a derecho.

La base de datos policial arrojó que Gavilán era buscada desde el pasado 8 de marzo por orden del Tribunal Oral Criminal N°2 por habérsele revocado su excarcelación en una causa en la que se le imputaba un robo triplemente agravado por el uso de arma blanca, por ser en poblado y en banda (más de dos personas) y por la utilización de menores de edad.

El fiscal Alberto Pellegrinelli fue notificado de esta circunstancia y determinó que, una vez saldada la cuestión de salud, la mujer fuera conducida a la cárcel de Batán.