Las fuerzas armadas alemanas y las de sus aliados habían dejado de ser invencibles tras dos años y 172 días de victorias contundentes. Fue cuando el ejército rojo contraatacó, el 19 de noviembre de 1942, en Stalingrado, lo cual promovió un clima propicio para impulsar la resistencia en los territorios avasallados por los invasores nazis.
Eso hizo que antes de la rendición de las tropas alemanas, croatas, italianas y rumanas el 2 de febrero de 1943 ante las soviéticas en la batalla más sangrienta de la historia de la humanidad, con dos millones de muertos entre ambas partes, el 18 de enero los judíos del gueto de Varsovia, en Polonia, iniciaron su resistencia armada y en solo cuatro días tomaran el control del lugar, lo que impidió que el régimen nazi continuase el proceso de aniquilación judía en marcha.
Durante 119 días los partisanos judíos del gueto hicieron resonar en las calles un himno compuesto por Hirst Glik y cuya traducción reza: “Nunca digas que esta senda es la final/Acero y plomo cubre un cielo celestial/nuestra hora tan soñada llegará/Redoblará nuestro cantar, ¡henos acá!/”
Por entones, de acuerdo con una investigación del “The New York Times”, en el mundo controlado por los nazis y sus aliados existían 42.500 campos de capturados entre los cuales 1150 eran guetos, 30.000 de trabajos forzados y 500 burdeles donde explotaban a mujeres esclavizadas. Entre otros.
Las víctimas del genocidio nazi no fueron solamente judíos sino gitanos, izquierdistas, homosexuales, soviéticos y otros que, en total, según los cálculos de la época, sumaron unos seis millones. Aunque investigaciones modernas duplican esa cifra.
Si bien la Organización de las Naciones Unidas estableció el 27 de enero como fecha mundial para la conmemoración del Holocausto, en el ámbito del judaísmo se optó por el 12 de abril, una fecha intermedia en el marco del levantamiento del gueto, más próxima a la gran victoria del 16, y algo anterior a la creación formal del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948.
El gueto de Varsovia, creado en octubre de 1940, ocupaba media docena de barrios de la capital polaca y entre sus murallas quedaron confinadas unos 400.000 judíos oriundos de esa ciudad, de otras regiones del país o deportadas desde Alemania y de otras zonas ocupadas, la mayor parte de las cuales murieron asesinadas; muchas antes del levantamiento, una gran cantidad durante él y las sobrevivientes, en campos de concentración como el de Treblinka donde unos 780000 judíos fueron asesinados. La gran mayoría, judíos polacos (unos 265 000) procedentes de la liquidación del gueto.
Télam.