Alertan por abusos con burundanga
Los agresores sexuales recurren a esta droga para adormecer y abusar de las víctimas. En los últimos días se registró el caso de un joven que fue drogado, secuestrado y violado por dos hombres en Capital Federal.
Cada fin de semana se registran casos de personas abusadas luego de haber sido drogadas con “burundanga”, una sustancia muy usada sobre todo en fiestas en La Capital Federal y el Gran Buenos Aires, alertaron especialistas en la temática.
“La juventud tiene que estar alerta cuando sale a bailar. La burundanga, que se extrae de una planta conocida como escopolamina, es muy usada en la noche argentina, sobre todo en fiestas en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, para la violación de pibas”, explicó al Diario Popular Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA).
“Los cazadores sexuales lo utilizan en forma permanente. Y corren con ventaja porque las víctimas por lo general no hacen la denuncia porque no se acuerdan de nada”, agregó.
En un episodio ocurrido en estos días en el local bailable “Punto C”, ubicado en Cerrito y avenida Santa Fe, la víctima fue un hombre al que dos delincuentes abordaron como para invitarle cervezas con esta droga.
Según la denuncia, el joven fue llevado adormecido hasta una vivienda del barrio de Almagro, donde lo esposaron y abusaron sexualmente en forma reiterada, además de robarle una suma de dinero y sus pertenencias.
Al despertar, varias horas más tarde, logró escapar y se dirigió a la Fiscalía en lo Criminal y Correccional 4 para radicar la denuncia.
La investigación culminó con la detención de los imputados, de 47 y 19 años.
Sobre este “modus operandi”, Izaguirre detalló: “Es un descuido de 5 segundos. Uno te distrae y el otro pone la sustancia que ya tiene lista en un gotero. En reglas generales se trata de sádicos que pueden dar rienda suelta a sus deseos sin que la víctima pueda ofrecer resistencia. Al finalizar, descartan a la víctima en inmediaciones de su domicilio”.
“La víctima no recuerda como salió del boliche, qué sucedió durante todo ese tiempo y como llegó a dos cuadras de su casa. La sensación posterior es de extrema paranoia y en muchos casos las medican como estrés”, precisó.
Izaguirre consideró que el joven recordó lo ocurrido porque “probablemente la dosis proporcionada fue menor a la que suelen utilizar tomando peso y tamaño”.