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Interés general 19 de abril de 2016

Sílvia Pérez Cruz: “En mi pueblo me llamaban Alfonsina y el mar”

La cantante catalana llega a Argentina para presentar las canciones de "11 de noviembre". Lo hará el viernes en el ND Teatro de Buenos Aires.

por Romina Grosso

La cantante catalana Sílvia Pérez Cruz presentará este viernes en el ND Teatro (Paraguay 918) su primer e inspirado disco solista “11 de noviembre”, con el que dio a conocer su faceta como compositora y que la impulsó a convertirse en una de las artistas contemporáneas más interesantes de la música popular española.

“En los conciertos canto mucha pena, la pena de todos, pero siempre con mucha esperanza y con un poco de humor”, expresó en charla con Télam la intérprete de 33 año que, dueña de canto melancólico y a la vez vigoroso, cautiva a España y expandirá su talento en el marco de su primera gira latinoamericana también a Chile y Uruguay.

En este concierto porteño se concentrará en su “11 de noviembre”, integrado por canciones propias en las que conviven el fado, el jazz, el bolero, la música cubana y el flamenco. Ese eclecticismo también se vislumbra en el lenguaje, ya que no se priva de cantar en varios idiomas -catalán, castellano y portugués-.

“Yo llevo toda la vida con esto, creo que la primera vez que me pagaron por cantar tenía 13 años, o sea que son casi 20 años en este camino -indicó-. ’11 de noviembre’ es el primer disco que hice sola, es muy frágil, es mi cajita de cristal. Se llama así porque es la fecha del cumpleaños de mi papá, es un canto al renacimiento”, definió la artista nacida en el pueblo de Palafrugell (norte de Cataluña).

El álbum surgió a partir de los sentimientos que generaron en su vida en el 2010 la muerte de su padre Cástor Pérez, músico especializado en habaneras, quien le transmitió el amor por la música desde niña.

Con la misma frescura que transmite cuando canta, contó que le tiene un cariño especial a este disco: “Después de tocar en mil grupos necesitaba sacarme esto de adentro, empecé a componer, a reunir cosas que había hecho. Murió mi padre y eso fue como un empujón para pensar en que hay que hacer las cosas que a uno lo hagan feliz”.

“Fue un momento muy valiente, la gente me conocía mucho como cantante, y en este disco hay todo un imaginario musical, un viaje, es lo más verdadero que hice” -continuó-. Hay mucha muerte aquí­ dentro pero me quedo con todo lo bonito y lo que nace, y también enseñaba una Silvia nueva”.

Silvia logró darle una vuelta de tuerca a la música popular y tradicional, y conmueve desde su voz bella y profunda, algo que llamó la atención de una multinacional: “Mi carrera iba bien, yo no tengo prisa, no quiero llegar a ningún sitio, entonces la discográfica entendió y me dejó hacer lo quiero, el disco está todo pensado por mí”, apuntó.

Uno de los lazos que la unen a la Argentina es su relación con “Alfonsina y el mar”, que su padre le hizo escuchar en la voz de Mercedes Sosa, recordó, y que fue la primera canción que aprendió a tocar con su guitarra.

“En mi pueblo me llamaban ‘Alfonsina y el mar’ -comentó emocionada-. Creo que la primera vez que canté en serio fue a los 12 años y cantando esa canción”.

Lo que empezó como un juego, como algo familiar, terminó siendo una elección cuando viajó a Barcelona a los 18 años estudiar. “Yo quería estudiar filosofía y antropología, la música estaba ahí­ conmigo, pero cuando vi que en

Barcelona había una universidad en la que podía estudiar música y tener un título, decidí hacer la carrera de jazz”, evocó.

Allá tocó con muchos grupos -Las Migas (cuarteto femenino de flamenco), Flama (improvisaciones y canciones hang y voz), Javier Colina y Silvia Pérez Cruz (boleros en clave de jazz), “Coetus” (orquesta de percusión ibérica y Eliseo Parra)- y estudió diferentes estilos. “Fueron nueve años aprendiendo, estudiaba jazz, clásico, flamenco, folk”, repasó.

Y en cuanto a esa versatilidad musical, Silvia sostuvo que está ligada a la búsqueda de su propio lenguaje: “No lo pensaba, trabajaba con lo que me iba encontrando, al final lo que me gusta es compartir con los músicos. Es como leer libros y aprender maneras de adjetivar. Todos somos trocitos de personas, por eso se dice ‘tiene la mirada de su madre’, ‘el humor de su abuelo’…, lo mismo pasa con la música”.

“Hay gente que cuida las raíces y es súper importante, y otros buscamos algo más personal, y esto es algo que suele pasar más entre los músicos que en alguien que solo canta; yo soy músico también”, agregó.

Luego de sus actuaciones en la Sala Zitarrosa de Montevideo y en el teatro Nescafé de las Artes de Santiago de Chile, Pérez Cruz llegará al país acompañada por el contrabajista Miquel Angel Cordero, el violonchelista Joan Antoni Pich y el violinista mexicano Carlos Monfort.

Télam.