Por Marcelo Solari

¿Cómo explicarlo? ¿Cómo tratar de entender lo que le pasó a Quilmes? En parte, las razones pueden apuntar al momento que atraviesa el “tricolor”, ubicado en el último puesto de la tabla de posiciones. Pero acaso no alcance para entregar un veredicto coherente. El conjunto de Luro y Guido jugó un primer tiempo de excepción. Y llegó a disfrutar de una máxima ventaja de ¡32 puntos! Del otro lado estaba el escolta en la tabla de posiciones. Y acaso por eso, por la distancia que existe entre un o y otro fue posible semejante vuelco. Ante los atónitos seguidores quilmeños en el Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”, San Martín de Corrientes lo derrotó por 88 a 85, y sembró más dudas a este presente de incógnitas de los marplatenses.

En el regreso de la acción por la segunda fase de la Liga Nacional de Básquetbol, luego de la ventana internacional por las eliminatorias rumbo al Mundial de China 2019, los correntinos intentaron imponer condiciones con su aceitado pick and roll con Jeremiah Wood como finalizador de las jugadas.

Sin embargo, rápidamente Quilmes le tomó el pulso a esa combinación, propició recuperos y del otro lado los transformó en una tonelada de puntos por la vía del tiro exterior. Con 5/5 en triples en 5 minutos, y una defensa extraordinaria, el local se distanció 23-6.

Ni los tres cambios masivos del entrenador Sebastián González hicieron reaccionar a su equipo.
El básquet de riesgo del “tricolor” en su máxima expresión le permitió destrozar a su oponente en los primeros diez minutos. Le salió todo bien al equipo de Javier Bianchelli. Impermeable atrás e implacable adelante, con 37 puntos convertidos y un total de 14/15 en tiros de cancha.

Con ese panorama, de más está decir que el segundo en la tabla parecía Quilmes y el último, San Martín, aunque en realidad era al revés. En ese festival, Bruno Sansimoni destacó con su aporte ofensivo (10 puntos) y Eric Flor a su facilidad para anotar le agregó nada menos que 8 asistencias. La máxima ventaja, a todas luces impensada (insólita aunque ajustada a lo que sucedía en la cancha) llegó a los 32 puntos (49-17).

San Martín fue recomponiendo levemente su imagen, con Justin Keenan -el segundo goleador de la Liga- en cancha y mejores circulaciones ofensivas a partir de una mejoría defensiva que, al menos, le impidió convertir con tanta facilidad al local.

El problema para los mesopotámicos era que, aunque jugaba un poco mejor, no lograba anotar.
Lo máximo que el visitante fue equilibrar el desarrollo, llevando el juego a un contexto mucho más real, más parecido a lo que podía inferirse en la previa. Pero Quilmes se llevó al descanso largo una valiosísima renta de 27 puntos, y dejó a la mejor ofensiva del torneo en apenas 29 tantos en la primera mitad.

El gran desafío para el complemento era ver de qué manera podría Quilmes sostener ese rendimiento tan elevado.
El cambio de actitud e intensidad de San Martín fue ostensible al reanudarse las acciones. Le costó a Quilmes hacer pie en el tercer cuarto, pero el recurso continuo del tiro de tres puntos lo mantuvo a salvo al “tricolor”. San Martín volvió a dudar y de inmediato, con Omar Cantón en altísimo nivel, el local volvió a sacar 30 puntos de ventaja (70-40).

Sin embargo, tras el nuevo “minuto” solicitado por el entrenador visitante, el juego cambió por completo. Los correntinos expusieron una defensa al límite, cortando línea de pase, cambiando y hostigando sobre la pelota. Quilmes perdió la línea y en los 4m30s finales del tercer episodio, San Martín estableció una ráfaga de 17-1.

Y entró al último cuarto con posibilidades. Con Keenan dominante, anotando puntos y cargando de faltas a los rivales, con Reynaldo García Zamora distribuyendo juego, con la doble base con Lucas Faggiano y Jonatan Treise aportando a la construcción colectiva. Pero por sobre todas las cosas con una defensa formidable, que le cerró todos los caminos a su oponente.

Entonces, en apenas dos o tres minutos, el partido volvió al cauce del primer cuarto. Sólo que con otro dueño. Absoluto. San Martín no le dio la mínima chance. Quilmes se desmoronó por completo. Sin respuestas anímicas ni basquetbolísticas, el local vio esfumarse la poca ventaja que le quedaba. Y si bien el cierre fue apretado, la jerarquía de Leonardo Mainoldi, con un triple lapidario, sentenció una historia poco menos que increíble.

La síntesis

Quilmes 85

N. Ferreyra 8, E. Flor 13, E. Ruiz 12, R. Sánchez 15 e I. Basualdo 6 (FI). B. Sansimoni 11, O. Cantón 16, E. Basabe 2, M. Maciel 2, J.E. De la Fuente 0. DT: Javier Bianchelli.

San Martín (C) 88

J. Treise 5, R. García Zamora 10, F. Aguerre 10, L. Mainoldi 10 y J. Wood 12 (FI). J. Keenan 27, M. Lescano 5, L. Faggiano 9. DT: Sebastián González.

Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Daniel Rodrigo, Sergio Tarifeño y Gonzalo Delsart.
Parciales: 37-10, 56-29 y 71-57.