Deportes 13 de febrero de 2018
Quilmes lo dejó con la Boca abierta
Un parcial de 16-0 sobre el final del primer tiempo le permitió a los marplatenses quebrar a su rival. De paso, salir de la zona del play-offs de permanencia y esperar con optimismo el clásico del sábado.
Por Sebastián Arana
Después de sufrir en la ruta, a Quilmes anoche le salieron todas para borrar de la cancha a Boca entre la segunda mitad del segundo cuarto y a lo largo de todo el tercero. En ese lapso, dibujó un parcial de 44-16 demoledor. En definitiva, los de Javier Bianchelli se impusieron 98-76, un resultado valioso para salir de la zona de play-offs de permanencia y para esperar a Peñarol con optimismo. Y una actuación convincente para realimentar la confianza perdida en la última gira.
“En tres minutos que duermas a un rival podés hacerle muchísimo daño”, comentó alguna vez Horacio Seguí, ex entrenador de Quilmes y Peñarol y campeón de la Liga Nacional con Olimpia de Venado Tuerto y Atenas de Córdoba.
El experimentado DT santafesino sabía lo que decía. Su sentencia explica lo más sustancial de lo ocurrido anoche. Quilmes, como habitualmente, jugaba sus ofensivas con pases y criterio, sumaba variantes (la media distancia de Ferreyra, los cortes por el eje o por fondo de cancha de Basualdo, las corridas de Basabe) y anotaba con frecuencia. Y, sin embargo, no podía despegar de un Boca que elaboraba sus ataques con más dificultad y a un costo elevado de pelotas perdidas.
La voluntad de los visitantes de lastimar con la pelota en el poste bajo lo mantenía casi siempre cerca. Así había abortado el primer intento de escapada local (22-14 a falta de poco más de dos minutos para el cierre del parcial), habilitando seguido a Vassirani en el primer cuarto y al rústico Evans en el comienzo del segundo.
Boca, que anotaba seguido cerca del canasto, llegó a situarse 31-32 a falta de cinco minutos para el primer tiempo. Y Bianchelli despotricaba en el banco por la facilidad con la que anotaban los “xeneizes”.
Sin embargo, de una vez por todas, Quilmes se puso firme atrás y Boca se confundió. Los aciertos de un Ferreyra brillante frenaron en seco a los visitantes. Las “caídas” de Basualdo hacia el aro y las corridas en contraataque continuaron lastimando a los de Gustavo Fernández, que recibían una conversión tras otra.
En ese pasaje, que duró alrededor de cuatro minutos, los “tricolores” establecieron un parcial de 16-0. Y se fueron al descanso venciendo 50-33. Con más de medio partido en el bolsillo.
La diferencia de claridad a la hora de elaborar fue marcada. Y también la seguridad para subir el balón de defensa a ataque. Boca perdió el doble de pelotas (10 contra 5) en el primer tiempo y Quilmes se lo hizo pagar carísimo.
No hubo sorpresa en el complemento. Ferreyra salió tan o más seguro que en el primer tiempo a la hora de tirar de media distancia y minó el espíritu de un equipo flaco de ánimo. Y cuando entraron los triples de Enzo Ruiz promediando el tercer parcial Quilmes encontró su segundo gran quiebre. En un abrir y cerrar de ojos, la luz trepó a veintiocho puntos (66-38 a falta de tres minutos y medio para el cierre del cuarto) y se definió la historia. Las cifras finales fueron una simple anécdota.
Quilmes 98
N. Ferreyra 22, E. Flor 14, E. Ruiz 15, R. Sánchez 8 e I. Basualdo 16 (FI); E. Basabe 16, M. Maciel 3, B. Sansimoni 2, O. Cantón 2 y D. Skidelky 0. DT: Javier Bianchelli.
Boca 76
L. Pérez 4, E. Gamboa 11, L. Gargallo 6, F. Lampropoulos 3 y E. Vassirani 18 (FI); M. Fierro 13, A. Boccia 3, M. Osimani 5, S. Evans 7 y T. Cavallero 6. DT: Gustavo Fernández.
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Arbitros: Fernando Sampietro-Julio Dinamarca-Raúl Sánchez.
Parciales: 26-20, 50-33 y 76-47.