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La Ciudad 14 de abril de 2016

La alumna que “no sabía nada” se reencuentra con la profesora

El relato de una docente a la que le tocó evaluar a una alumna que le confesó que no sabía nada, tuvo muchas repercusiones. La profesora cambió el enfoque de la evaluación y al final se encontró con una grata sorpresa.

Hoy Lucía Gorricho, la profesora que aprobó a una alumna “que no sabía nada”, regresa a la Escuela Secundaria 50 de Laguna de los Padres a dar clases y reencontrarse con la joven protagonista de esta historia. Durante el encuentro, la docente tiene previsto entregarle copias de las repercusiones mediáticas de la historia que contó en su blog personal y que hoy se conoce en todo el país. También le regalará un cuaderno para que, al igual que lo hizo en la prueba en la que le dijo “no sabía nada”, pueda relatar la vida de su familia boliviana que trabaja en un frutillar y sus sentimientos.
Gorricho, cuando hace poco más de una semana le tocó evaluar a esta alumna de 13 años que “no sabía nada”, decidió cambiar el enfoque de la evaluación y al momento de corregir se encontró con una grata sorpresa que decidió compartir en su blog personal. El relato se difundió en los medios y, desde entonces, no deja de reproducirse por todo el país.
La profesora de Geografía explicó que su accionar “es algo bastante común” ya que “los docentes estamos con esa situación muchas veces en el examen en la que sentimos que todos los contenidos no son aprendidos”. Esto porque “tenemos dos horas por semana y eso no alcanza. También pasa que estos chicos tienen muchos problemas porque los padres no están mucho ya que trabajan. Entonces nos sentimos mal porque no están para aprobar y si desaprobamos nos sentimos peor porque le estamos llevando un problema a la casa”.
Gorricho, que hace 11 años ejerce como profesora de Geografía, profesión que heredó de su madre, asumió el cargo en el establecimiento en marzo pasado y la primera acción que tuvo que realizar fue tomarle el examen a esta joven. “Esta chica tenía que rendir en el marco de lo que se conoce como tercera materia, con la que se aprueba y se habilita a abrir una mesa especial para que pueda rendir y pasar de año”, explicó Gorricho quien destacó: “Hay mucha repitencia. En la Provincia de cada 100 chicos que ingresan en primer grado, sólo 30 terminan la secundaria. El sistema es muy expulsivo porque tienen problemas en la casa y no pueden cumplir. Se terminan yendo y no tenemos formas de contenerlos”.
La profesora comentó que el director, antes de la mesa de examen, le habló del esfuerzo de la alumna para concurrir a la escuela, “entonces en lugar de llevar mi modelo de evaluación, como no había sido alumna mía, decidí indagar sobre lo que sabía”.
Como dentro de los temas de Geografía de segundo año están las actividades económicas, y la alumna le decía que no sabía nada, la profesora le preguntó por la frutilla y se puso muy contenta. “Se le notó en la cara y le dije: Escribí todo lo que sepas y ella me preguntó: ¿De Bolivia puedo hablar? Sí, porque es geografía de América”. Así fue como durante dos horas esta alumna escribió seis carillas relatando la vida de su familia en torno al frutillar, la precariedad laboral que tienen, las necesidades que pasan, cómo es la vida en Bolivia y muchos relatos más que emocionaron a todos.
“Cuando vi la prueba no lo podía creer porque eran tres hojas, indudablemente ella tenía la necesidad de escribir. Hablaba de la situación de injusticia y de muchas cosas más”, agregó Gorricho para quien seguir los ideales de Paulo Freire es una filosofía de vida. “Soy educadora popular, de las que repiensan su práctica y eso genera esto, por ejemplo”. A lo que añadió: “Freire dice que hay que cambiar la lógica de funcionamiento, no puede ser un docente que crea que sabe todo y que los chicos no saben nada y deshumanizarlos. Por ejemplo yo puedo saber algo de las inundaciones porque soy profesora de Geografía, pero si alguien se le inundó alguna vez la casa, seguro que también puede aportar un montón, y de ese intercambio ambos vamos a aprender”, concluyó esta profesora que hoy vuelve al aula de la Secundaria 50, donde seguramente la realidad y necesidades de los chicos no cambiaron, pero al menos se hicieron públicas.



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