Tras la dolorosa caída ante San Lorenzo, Peñarol tendrá la noche del lunes la posibilidad de tomarse un desquite. Visitará en Santiago del Estero al irregular Quimsa, a partir de las 22, en un partido correspondiente a la primera fase de la Liga Nacional de Básquetbol.

El equipo marplatense arribó el domingo en micro a “la Madre de Ciudades” con el tiempo suficiente para descansar bien y preparar el partido.

Más allá de la diferencia de poderío económico entre ambos, la campaña de Quimsa no ha sido demasiado mejor que la “milrayitas”.

El equipo que ahora dirige Silvio Santander -Fabio Demti lo hizo en el Súper 20-, cuando apuntaba para arriba, sufrió un par de derrotas inesperadas: un descalabro ante La Unión de Formosa en casa (63-83) y un traspié en el Delmi ante Salta Basket, hundido en el fondo de la tabla. Y desde los primeros lugares cayó en el pelotón del medio.

De todos modos, el elenco santiagueño se recuperó con un claro triunfo sobre Regatas Corrientes. Y cuenta con jugadores capaces de llevarlo otra vez hacia los primeros planos.

Peñarol, en tanto, busca encontrar su fisonomía definitiva. Empezó el año con dos caídas dolorosas ante Argentino de Junín y San Lorenzo. Aunque estaba dentro de la lógica ceder el último partido, quedó un sabor muy amargo por la manera: perdiendo una ventaja de dieciséis puntos en el último cuarto.

Sin embargo, acaso, el equipo “milrayitas” puede haber encontrado una forma. Porque jugó tres muy buenos cuartos defensivos y porque, mientras Kyle LaMonte mantenga el nivel de los últimos partidos, se asegura un poder de gol capaz de disimular la falta de pases de su juego de ataque.

Peñarol fue a Santiago del Estero a buscar algunos pasos al frente en su juego, además de un triunfo que detenga su caída hacia el fondo del pelotón. Su posición en la tabla es partido a partido más precaria y le urge conseguirlo.