El uso de pirotecnia y el cuidado de los oídos
La pirotecnia puede generar daños al órgano auditivo que en ocasiones pueden resultar irreversibles. ¿Cómo podemos proteger nuestros oídos durante las fiestas?
La pirotecnia puede alcanzar desde los 150 a los 175 decibeles mientras que el oído tiene la capacidad de tolerar sonidos hasta 90 dB sin que se produzca daño en el sistema auditivo.
Al manipular pirotecnia de manera directa se pueden sufrir quemaduras y lesiones oculares además de exponer su oído a sonidos de gran intensidad que pueden ocasionar problemas graves -y algunas veces irreversibles- como la pérdida de audición temporal o permanente y zumbidos, al lesionar las estructuras del oído interno.
“Para prevenir una lesión es recomendable ubicarse a una distancia prudente del explosivo ya que cuanto más lejos estén las personas de los explosivos menor será el daño.
Los adultos deberían situarse a unos 15-20 metros de la explosión para estar a una distancia segura, mientras que los niños deberían estar a una distancia del 50-60 metros ante el mismo tipo de sonido. También se puede utilizar protección auditiva como tapones o auriculares en caso de manipularlos, para disminuir el impacto sonoro. Este tipo de protección es la más recomendable y efectiva para atenuar los efectos de las explosiones en nuestros oídos”, aseguró la doctora Andrea Ricardo, médica otorrinolaringóloga, Jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Británico y Asesora médica de GAES Centros Auditivos
El ruido generado por la pirotecnia, especialmente por los petardos, suele tener una duración muy corta de aproximadamente 1 centésima de segundo que se propaga a gran velocidad en espacios abiertos. Si bien el oído tiene un sistema de protección natural ante sonidos fuertes, éste se activa después de los 10 centésimas de segundo por lo tanto se verá afectada la audición salvo que se tomen las precauciones necesarias.
La doctora Ricardo también advierte sobre la aparición de una serie de síntomas claros cuando la audición se ve afectada y recomienda que ante alguna de estas molestias se acuda a una guardia para ser diagnosticado. “Como un órgano que contiene aire, el sistema auditivo se considera que es más susceptible al daño asociado a la onda expansiva. Dichos daños pueden afectar, desde la membrana timpánica hasta el oído interno, y conducir a pérdidas auditivas y zumbidos, que pueden ser temporales o permanentes”.
Algunos de los síntomas son:
HIPOACUSIA. La misma será de distintos grados (leve, moderada o severa), en la mayoría de los casos dejando daño irreversible del oído interno.
ACÚFENOS (sinónimos: zumbidos, tinnitus). Es la percepción de un sonido en el oído que con el transcurrir de las horas puede desaparecer, disminuir o permanecer constante.
OTORRAGIA. Implica el sangrado del oído provocado por desgarros en la membrana timpánica en casos más severos.
ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO. La persona puede sentirse tambaleante o mareado sin importar si está de pie, sentado o acostado y puede tener la sensación de debilidad o vértigo.
“El mejor consejo es no utilizarlos”, sostiene la doctora Ricardo para Gaes Centros Auditivos. “El uso de la pirotecnia puede afectar al oído y a la vista”.