Por Sebastián Arana

Peñarol, con una buena producción ofensiva, derrotó 99 a 84 a Comunicaciones de Mercedes en su primera presentación como local en la Liga Nacional de Básquetbol. El equipo marplatense apenas si sufrió sobresaltos en la noche del regreso del estadounidense Kyle La Monte a Mar del Plata.

El equipo local no lamentó demasiado la baja de último momento de Nicolás Gianella por una gastroenteritis. Nicolás Zurschmitten salió a la cancha en foco, clavó dos triples en los primeros compases, Alejandro Diez arrimó otro y Peñarol enseguida escapó 13-5.

Esa luz inicial no corrió demasiado riesgos. Con apenas 2/11 en tiros de tres puntos a lo largo de toda la etapa, la ofensiva correntina lució pobrísima. El silencioso batallar de sus dos internos, Lucas Arn y Ryan Amoroso, fue demasiado poco ante el fracaso perimetral.

Amparado por la baja producción del ataque rival, los de Leo Gutiérrez jugaron tranquilos. Y, con la rotación en cancha, hasta se vieron algunas circulaciones efectivas para liberar el tiro de frente de Martín Leiva o Alejandro Alloatti.

Peñarol sacó una máxima luz (25-15) al final del primer parcial. Pero luego ingresó en un preocupante pozo de juego. Ni el regreso masivo de los titulares lo revivió. Tardó cinco minutos y medio en anotar su primer tiro de cancha (un triple del regresado La Monte) y el desconcierto era mayúsculo.
Comunicaciones, no obstante, no aprovechó del todo su momento. Descontó, sí. Pero falló bandejas y tiros fáciles que le hubieran permitido sacarle más renta a la confusión local.

Después de ese triple de La Monte, con sólidas producciones de Martín Leiva y Alejandro Diez, el equipo local recuperó la ventaja anterior y la consolidó (43-32) con un triple antológico de “Juani” Marcos en la jugada final del primer tiempo.

Con la aparición en escena de Isaiah Swann (11 puntos en el parcial, con dos triples), Comunicaciones mostró que tenía más recursos que los mostrados en el primer tiempo y con 30 puntos en el segmento desnudó los habituales problemas defensivos peñarolenses.

Pero la defensa de los correntinos fue un “colador” análogo. Le convirtieron los bases (Zurschmitten y Marcos) de cerca y de lejos, La Monte desde el perímetro, los internos con lanzamientos cortos o explotando la media distancia…Peñarol jamás dejó de sentirse cómodo, ni de sostener las riendas del encuentro.

El equipo marplatense ingresó con doce puntos de luz (74-62) al cuarto final. No tuvo problemas para sostenerla, más allá de sus distracciones defensivas. Despistes que, por otro lado, provocaron una bronca mayúscula de Leiva con La Monte, visible desde Necochea, y finalizada con un cómico beso del estadounidense en el banco al “calentón” pivote.

Cuando Comunicaciones, fugazmente, bajó la barrera de los diez puntos, Zurschmitten, liberado de la obligación de conducir el balón cuando Marcos jugó al lado suyo, frenó cualquier esperanza a tiro limpio. Peñarol así llegó a una victoria desahogada. Con las virtudes y defectos de casi siempre.

Trabajar en la mugre

Da vergüenza ajena el estado de suciedad y abandono de los pupitres de prensa del Polideportivo, sepultados bajo una montaña de tierra. Una pésima imagen para propios y extraños. La recomendación para los colegas de aquí y de otras ciudades es concurrir al estadio con el trapito propio. Porque los empleados municipales no pasan uno hace meses. Y Peñarol -en definitiva organizador del encuentro- tampoco ha tomado cartas en el asunto.