Liliana Vega (58), la comerciante que murió en la madrugada de este martes durante el asalto a su vivienda de Santa Clara del Mar, sufrió un paro cardiorrespiratorio causado por el estrés de la situación de maltrato.

La autopsia realizada por peritos forenses de la Policía Científica arrojó como resultado que la mujer, además, fue golpeada en la cabeza más de una vez, aunque esa agresión no originó el deceso de forma directa.

El fiscal Rodolfo Moure y la ayudantía fiscal a cargo de Diego Benedetti resolvieron investigar el caso bajo la carátula “homicidio en ocasión de robo” y no “averiguación causales de muerte” y “robo” como en un primer momento.

Vale recordar que Vega y su hijo fueron sorprendidos mientras descansaban por cuatro delincuentes que ingresaron a la vivienda de Sorrento al 300, en el barrio Atlántida. Los asaltantes accedieron a la casa por una ventana de la planta alta, desde la cual llegaron a las habitaciones en las que se encontraban Vega y su hijo de 34 años.

Durante casi 2 horas, los delincuentes mantuvieron maniatadas a las víctimas y las sometieron a golpes y maltrato para obtener información sobre el lugar en el que se ocultaban los ahorros de la casa.

Los asaltantes escaparon cerca de la 1.30 de este martes, probablemente en automóvil, y cuando el hijo fue a ver a su madre la encontró maniatada y desvanecida. Entonces salió corriendo en busca de ayuda hasta que encontró a una vecino que llamó a la policía.

Ya en el lugar, los médicos constataron el fallecimiento de Vega.