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Policiales 4 de diciembre de 2017

“Me acerqué y me di cuenta que era un cadáver, fue tremendo”

Miguel López, el canillita que llamó al 911 para denunciar que el cuerpo de Nahuel Barragán yacía bajo un auto, narró lo que fue el día de reparto “más horribles” en sus 23 años trabajando en el barrio San Cayetano.

Como sucede desde hace 23 años, el domingo a las 7 de la mañana Miguel López había salido a hacer el reparto de diarios por el barrio San Cayetano, sin saber que ese día sería especial por transformarse en el “más horrible” desde que es canillita y diariero al encontrar el cuerpo de Nahuel Barragán debajo de un auto.

Cerca de las 8, el canillita había ido a dejarle un ejemplar a un cliente en Remedios de Escalada entre Belgrano y Moreno y, al volver a subir a su moto vio los pies de una persona que se asomaban debajo de un Peugeot 206 rojo.

“Pensé que era alguien reparando el auto, pero me llamó la atención la hora y que estaba lloviendo. Me acerqué más y me di cuenta que era un cadáver. Fue tremendo”, contó Miguel, quien sin saber qué hacer instintivamente empezó a mirar para todos lados, buscando a alguien sin noción de quién y por qué.

“Me fui a la esquina pensando que lo habían atropellado ahí nomás y que lo habían dejado ahí, abandonado. Eso fue lo primero que se me vino a la mente: Pobre hombre, alguien lo atropelló y lo abandonó”, dijo Miguel.

De tanto ir a esa cuadra a dejar diarios, al canillita le resultaba “familiar” ese Peugeot 206. “No lo relacioné con el domicilio, pero sí lo conocía”, aseguró el hombre que, luego, llamó al 911 para contar el tremendo hallazgo.

Fue lo peor que me tocó vivir, una situación horrible. Horrible porque pienso en las dos familias, no solo en la de la víctima, sino también en la del otro joven. Quedaron las dos familias arruinadas”, consideró Miguel y agregó: “Pienso que me puede pasar a mí, porque yo ando todos los días en la moto. Tengo hijas, nietas y todos andamos en la calle”.

“Un cliente una vez me preguntó por qué le llevaba el diario los domingos tan tarde. Y uno de los motivos es este, que no se puede andar más temprano. Los domingos es el peor día para andar temprano: pasan los semáforos, hacen cualquier cosa”, dice el canillita y diariero, que atiende el kiosco de diarios en Luro al 6900.