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El Mundo 1 de diciembre de 2017

El emperador Akihito abdicará en abril de 2019, tres años después de plantear su renuncia

Cederá el Trono de Crisantemo al príncipe heredero Naruhito. Será la primera sucesión en vida de un monarca nipón en dos siglos.

Akihito saludando durante la celebración de su cumpleaños, en el Palacio Presidencial, en Tokio. Foto: EFE / Kimimasa Mayama.

por Antonio Hermosín

TOKIO, Japón.- El emperador nipón Akihito abdicará el 30 de abril de 2019, casi tres años después de anunciar su deseo de renunciar, según la fecha fijada hoy por el Gobierno para permitir la primera sucesión en vida de un monarca en dos siglos en Japón.

Akihito, de 83 años, cederá así el Trono de Crisantemo al príncipe heredero Naruhito el 1 de mayo de 2019, según el calendario marcado por el Ejecutivo tras celebrar hoy una reunión en Tokio con representantes de la Casa Imperial y expertos jurídicos.

El emperador manifestó su voluntad de abandonar el cargo en agosto de 2016 a través de un excepcional mensaje televisado, pero las particularidades de la Constitución nipona y del sistema político del país asiático le han abocado a una larga espera hasta cumplir su deseo.

Para que sea posible su sucesión en vida ha sido necesario aprobar una normativa específica que sólo se aplicará a su caso, puesto que la Carta Magna no contempla este supuesto, además de ajustar a los intereses del Ejecutivo el calendario del tortuoso proceso legislativo y administrativo que conlleva la abdicación.

El primer ministro nipón, Shinzo Abe, afirmó que la decisión tomada hoy supone “un gran paso para la sucesión en la Familia Imperial”, y añadió que el Gobierno “hará los esfuerzos necesarios” para facilitar la abdicación, en declaraciones a los medios tras la reunión.

Los japoneses han mostrado por lo general su comprensión con la voluntad de abdicar de Akihito, una figura muy valorada en el país asiático, así como con la complejidad del proceso para su sucesión.

“El emperador está ya muy mayor, y no es necesario que haya que esperar hasta su muerte para la sucesión. Creo que está bien cambiar esta costumbre, aunque haya llevado tiempo”, dijo a EFE Hiroko Toyama, de 70 años.

“Me gustaría que pudiera relajarse y disfrutar del resto de su vida, aunque no sé cuánto le queda”, señaló el también septuagenario Tetsuo Kikuchu.

Por su parte, Yuuri Kanbara, un joven de 25 años, se mostró “contento” por la medida que despeja la vía para la abdicación, y dijo esperar que Akihito “siga trabajando para Japón” hasta abandonar el cargo.

El Ejecutivo ha elegido finales de abril de 2019 como fecha para el cambio de emperador con el objetivo de que ésta coincida aproximadamente con el inicio del nuevo año fiscal y administrativo del país asiático -el 1 de abril-, un detalle importante en el calendario nipón.

En Japón, un nuevo ocupante del Trono de Crisantemo conlleva también un cambio de era, la cual recibe a su vez un nombre específico que sirve también para referirse al monarca de forma póstuma.

La era actual, denominada “heisei” o paz, se inició el 8 de enero de 1989, el día después del fallecimiento de Hirohito, anterior emperador y padre de Akihito.

La nueva era marcada por la ascensión al trono de Naruhito comenzará en mayo de 2019, y será bautizada con un nombre que se decidirá previsiblemente el año próximo.

Inicialmente se había barajado para la abdicación el 31 marzo de 2019 -justo cuando concluye el año fiscal japonés-, pero el Gobierno ha optado finalmente por fijarla un mes más tarde para evitar que la sucesión coincida con las elecciones a asambleas regionales a la mayoría de prefecturas niponas.

El largo plazo transcurrido entre el anuncio realizado por Akihito y la fecha para su retirada se debe a la extrema cautela con la que han actuado tanto la Casa Imperial nipona como el Gobierno, que han querido respetar las escasas atribuciones que asigna la Constitución al emperador.

Esta figura, a la que antes se atribuía un carácter divino, está ahora definida como “símbolo del Estado” sin poder político alguno, por lo que en lugar de abdicar de forma inmediata cuando la legislación no lo permitía, expresó su voluntad de hacerlo de forma indirecta para dar pie a los procedimientos legislativos necesarios.

Aquejado de una frágil salud tras superar varias operaciones de corazón y próstata, Akihito cumplirá los 85 años antes de ceder el trono, y se convertirá en el primer emperador en abdicar desde la renuncia del emperador Kokaku en 1817.

EFE.