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La Ciudad 9 de octubre de 2017

Mayor participación de las mujeres marplatenses en el mercado laboral

En el segundo semestre de este año la tasa de empleo aumentó de un 38,7% a un 40,7%. En los varones, en tanto, ese índice cayó un 3,1%, pasando de 61% a 59,1%. Lo indica un informe de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

En el último informe sociolaboral de la Universidad Nacional de Mar del Plata se reveló que, en el segundo semestre de 2017, se produjeron cambios en los índices de participación de las mujeres y varones en el mercado laboral local, fenómeno que estaría vinculado a la necesidad de “cubrir o mantener” los ingresos familiares que pudieron haberse visto perjudicados en los últimos doce meses.

En la comparación interanual, el análisis específico del mercado de trabajo marplatense muestra que, en el caso de las mujeres, aumentaron la tasa de actividad (de 45,5% a 47,3%) y la tasa de empleo (de 38,7% a 40,7%) y disminuyó la desocupación (de 15,1% a 13,9%). En los varones, en tanto, ocurrió la situación inversa: disminuyeron la tasa de actividad (de 67% a 65,9%) y la tasa de empleo (de 61% a 59,1%), mientras que la desocupación aumentó (de 9 a 10,3%).

El estudio realizado por el Grupo de Estudios del Trabajo (GRET), dirigido por Eugenio Actis Di Pasquale, sostiene que “el primer indicio” de estas modificaciones en el panorama laboral de la ciudad estaría vinculado al comportamiento en el mercado de los “jefes de hogar”.

Así señalan que en este último año, la tasa de empleo de este grupo disminuyó un 3,4%, pasando de un 58,5% a 56,5%, y la tasa de desocupación aumentó un 61,4%, al pasar de un 5,7% en 2016, a un 9,2% en 2017.

Dada la mínima variación de la tasa de actividad (tan sólo 0,3 puntos porcentuales), los investigadores afirman que los jefes de hogar que actualmente buscan trabajo son justamente aquellos que perdieron el que tenían un año atrás.

Un fenómeno de crisis económica

El presente laboral de los jefes de hogar produce naturalmente una disminución en los ingresos familiares, panorama que obliga a que otros miembros de la casa que no trabajaban o no buscaban trabajar, se incorporen a la población económicamente activa.

“Este fenómeno, que ha sido estudiado en diversos países durante los períodos de crisis económicas, da cuenta de la participación contracíclica de la mujer en el mercado de trabajo”, señala el informe y agrega: “Por lo general, cuando integrante del hogar (varón) queda desocupado, otro integrante (mujer) sale a buscar trabajo para cubrir los ingresos del hogar”.

De todas maneras, se aclara que, por norma, las mujeres suelen encontrar mayores posibilidades de trabajo en “actividades por cuenta propia, de baja remuneración, inestable y no registrada”.

Los varones más “desalentados”

El informe destaca que se producen dos efectos simultáneos: por un lado, el denominado “efecto trabajador adicional”, cuando un miembro del hogar que no realizaba actividades remuneradas se incorpora al mercado de trabajo. Y por otro lado, el “efecto trabajador desalentado”, que se genera cuando la persona que se quedó sin trabajo, busca un nuevo empleo y al no encontrarlo, abandona la búsqueda.

“Esto se dio con mayor intensidad en los menores de 29 años, donde los varones presentan una fuerte caída en la tasa de empleo (del 55,3% al 52,4%) y un significativo aumento de la tasa de desocupación (17,3% a 21,6%). Las mujeres de esa edad, en cambio, aumentan el empleo (del 31,0% al 36,7%) y disminuyen la desocupación (del 27,9% al 25,1%)”, señalaron.

En el grupo de 30 a 64 años, en tanto, no se registraron cambios importantes en los indicadores (se pasó de 83,7% a 84,3%), no así con las mujeres que sí evidenciaron un aumento (de 55,4% a 58,6%).

“En este caso, el efecto trabajador adicional se manifiesta para hacer frente a la necesidad de complementar los ingresos del hogar y pareciera que entre los varones no opera el efecto trabajador desalentado”, aclararon en el estudio.

Tercera vez en la ciudad

Entre las particularidades que señala el informe, se destaca que “la primera vez que se registró este fenómeno en que la tasa de desocupación de los varones supere a la de las mujeres fue durante la crisis económico-social de 2001- 2002”.

La segunda vez, indicaron, fue en el cuarto trimestre del 2016, Por lo que dinámica se trata de un fenómeno que se viene dando desde el año pasado.

“Si bien estas estrategias de supervivencia de los hogares permiten morigerar la pérdida de ingresos, lo cierto es que impactan en la distribución de tiempos de trabajo remunerado y no remunerado, y por ende, afectan a la generación y transmisión de bienestar”, advirtieron sobre el final del estudio.