Maratónica noche de rock and roll con Guns n’ Roses
por Adrián Mouján
La banda californiana Guns n’ Roses le propinó ayer una verdadera paliza rockera a las 45 mil personas que se reunieron en el estadio Único de La Plata, durante un concierto de casi tres horas en las que repasaron su repertorio y se animaron a incluir covers de AC/DC, Paul McCartney y Pink Floyd.
Los Guns n’ Roses que se dieron cita anoche son los reales, los originales encabezados por su vocalista Axl, su guitarrista Slash, el bajista Duff McKagan, el tecladista Dizzy Reed y los nuevos Frank Ferrer en batería, Richard Fortus en guitarra y Melissa Reese en teclados y coros.
Luego de una larga separación Axl Rose volvió a reunirse con los esenciales Slash y Duff y juntos salieron de gira bajo el título “Not in this Liftime” y esta es la segunda vez que visitan Argentina desde el reencuentro.
Inclusive en relación con su anterior show, en esta ocasión se vio a una banda más ensamblada, con Slash y Fortus compartiendo solos y trabajando más en equipo, con Axl más humilde reconociendo cuan necesarios eran sus viejos socios, lo que arroja como resultado una banda demoledora.
Guns n’ Roses no fue nunca la típica banda de hard rock, en sus raíces se mezclan blues, punk, heavy metal, pop y eso se nota en canciones con un atípico entramado instrumental para el género como “Coma”, “Civil War” y “Estranged”.
Para despejar cualquier duda sobre su buen momento la banda arranco el concierto con dos clásicos “It’s so easy” y “Mr Brownstone” que generaron un estallido emotivo en la gente y confirmaron que Argentina es un país gunner.
Al punto tal que antes de comenzar la maquinosa “Chinese Democracy”, Axl llamó a un intérprete para que le pidiera al público que retrocediera unos metros para no apretujar a quienes se encontraban en el vallado al pie del escenario.
Slash arrojó un par de solos como el de “Welcome to the Jungle” que ratifican su rol clave en esta banda, al punto tal que en los años en que no estuvo, Axl decidió utilizar tres guitarristas en vivo.
Mientras tanto Duff es la amalgama exacta de la banda con su look punk, flaco, bien cuidado, mientras que Axl luce algo excedido de peso, con su cara muy retocada, unos espantosos anillos a lo Liberace, unas texanas que le darían envidia a Ricardo Fort y una buena colección de camperas de cuero con diferentes diseños.
Pero el vocalista esta muy con su voz, está de buen humor y eso se nota en la banda que lleva el show con buen gusto con canciones como “Double Talkin Jive”, la Ñü metalera “Better”, la larga versión de “Estranged” donde Slash y Fortus se lucen con sendos solos, además de la dura “Rocket Queen”.
En “Live and let Die”, cover de Paul McCartney y sus Wings, la banda le gana el duelo a la lluvia que caía torrencialmente sobre la parte delantera del escenario y mientras los asistentes pasan trapos y sacan el agua, Axl despliega su magnetismo.
La banda se vuelve una tromba punk cuando Duff toma el micrófono y se hace cargo del cover de “New Rose” de la banda punk inglesa The Damned, mientras Axl descansa para volver con la impecable versión de “Civil War” y “Coma”, donde la banda y en especial Slash y Fortus demuestran estar muy por encima de cualquier grupo de hard rock o heavy metal.
El hermosos medio tempo “Yesterdays” da paso a una performance de Slash que toca un solo melódico, luego busca riffs de Chuck Berry y de Little Richard para convertir a la banda en una maquina rockera de los 50 para luego tocar la hermosa canción de Andy Williams, “Speak softly, Love” que se popularizo en el filme “El Padrino” de Francis Ford Coppola, en una momento vibrante del show.
Axl regresa cambiado y la banda se despacha con la bellísima balada “Sweet Child o’ mine” aplaudida a rabiar por el estadio y luego la banda abre la paleta musical y adopta un sonido country para tocar “Wichita Lineman” un clásico escrito por Jimmy Web a que hizo famoso el recientemente fallecido Glenn Campbell.
Axl se luce con su interpretación, la banda muestra su versatilidad como en la versión más eléctrica y rockera de “Used to love her”. Luego la parte alta del escenario se encuentran Slash y Fortus con sus Les Pauls y tocan una hermosa versión instrumental del clásico de Pink Floyd “Wish you were here” con toda la banda sumándose y que le da paso al final de “Layla” de Eric Clapton en su etapa “Derek & The Dominos” con Axl al piano y con un solo notable de Slash.
Tras esos seis hermosos minutos instrumentales, Axl saca ventaja y comienza con los acordes de “November Rain” la balada más Elton John del hard rock americano de los 90, que se gana otra ovación del público.
Luego Dizzy Reed arranca en el piano los acordes de “Black Hole Sun”, hitazo de Soundgarden, la banda del recientemente fallecido Chris Cornell, y aca es Fortus quien se pone al frente de la guitarra líder, mientras Axl cumple en lo vocal.
La sigue el metalero “Night Train” y al regreso, con la lluvia bajando por la galera de Sash y el sombrero de Axl, la banda se pone cómoda y acústica para una bonita versión de “Paciencia”. Luego Axl demuestra porque Angus Young lo invito a ser el vocalista de AC/DC durante una gira por Europa al invitar a todo el estadio a cantar una poderosa versión de “Whole Lotta Rosie”, clásico de los australianos. Para el cierre apoteótico, con un público agotado tras casi tres horas de música quedan los hitazos “Dont Cry” y la enérgica “Paradise City”, que confirman la vigencia de una banda que parece haber recuperado sus objetivos.
Télam
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