Condenan a 5 años al “ladrón de las zapatillas coloradas”
Diego Francisco Verón fue encontrado culpable por haber participado de un violento asalto en una casa del barrio Mar y Sol en 2016. Las víctimas lo reconocieron durante el juicio y aseguraron que llevaba “las mismas zapatillas coloradas” que durante el robo.
Un hombre de 36 años fue condenado a 5 años de prisión por haber sido encontrado culpable por el Tribunal Criminal N°1 por un violento robo a una familia en su casa del barrio Mar y Sol. Durante el debate las víctimas lo reconocieron por dos particulares: su tatuaje en el cuello y las zapatillas rojos que llevaba durante el debate eran las mismas que el día del asalto.
El juez Facundo Gómez Urso condenó a Diego Francisco Verón por “robo agravado por su comisión en lugar poblado y en bando”, ya que según se ventiló durante el debate, el imputado había actuado junto a otro dos hombres que no pudieron ser identificados.
El hecho, que llegó a juicio con la intervención del fiscal Mariano Moyano, ocurrió el 4 de junio de 2016 en el barrio Mar y Sol, en una casa ubicada en Calle 4 al 9700, cuando tres personas, una de ellas Verón, fueron hasta allá para asaltar el lugar.
Según concluyó el juez Gómez Urso, a la vivienda ingresó Verón junto a otro hombre, mientras que la tercera persona aguardó en el exterior en un auto Fiat Uno, con el fin de facilitar la impunidad y traslado del grupo, transportar los bien robados y advertir de cualquier obstáculo al plan diseñado, como podría haber sido la presencia policial o de otros individuos.
Verón y el otro sujeto ingresaron a la casa por la puerta principal, que se hallaba abierta. Una vez adentro, redujeron por la fuerza a un hombre que se encontraba en un sillón, lo ataron con los cables de un equipo de música y lo mantuvieron en el piso tirado. También redujeron a la esposa de la víctima, quien tenía a su bebé de 15 meses en brazos y la llevaron a un sillón y la obligaron a mirar hacia el suelo en todo momento.
Los delincuentes revisaron habitaciones y el living, en el que funcionaba un kiosco. Robaron una estufa, un tv 42 pulgadas, bebidas alcohólicas, ropa, celulares y dinero en efectivo.
Según se pudo reconstruir durante el juicio, no conforme con lo robado, Verón le dijo al hombre que estaba atado en el suelo que lo habían entregado, que sabía que era marinero y que sabía tenía $ 20.000. En esa oportunidad amenazó directamente a la víctima y le aseguró que si no entregaba el dinero secuestrarían a su hija y prenderían fuego la casa.
Al no hallar esa cantidad de dinero, luego de permanecer unos 40 minutos dentro de la vivienda, se comunicaron con el conductor del Fiat Uno diciéndole: “Gordo, arrimá el camión”, cargaron todo y se fueron.
El hombre, víctima del asalto, contó durante el juicio que había dejado las llaves de su casa puestas en la puerta de enfrente al ingresar un tronco para calentar la estufa y que, al momento de ser sorprendido por los delincuentes decidió tranquilizarse y cooperar para evitar agresiones a su pareja y bebé.
La víctima, además reconoció a Verón. Tanto en rueda de reconocimiento como durante el juicio. Según explicó la víctima, hubo dos detalles que lo ayudaron: el tatuaje que el imputado lleva en el cuello y las zapatillas coloradas que tenía durante el asalto y que él, al estar tirado en el suelo, le vio en todo momento.
Otro aspecto importante, es que las víctimas -tanto el hombre como la mujer- aseguraron que Verón durante el juicio llevaba puestas las mismas zapatillas colorados que utilizó el 4 de junio de 2016 cuando los asaltó en la casa.
“Sin dudas, Verón prefiere y combina su ropa con zapatillas coloradas, tanto cuando asalta a otras personas, como cuando concurre a tribunales a su propio juicio”, consideró el juez Gómez Urso.
Para el juez no hubo dudas de que no se registró de un robo “al voleo” y que el asalto estuvo planificado con información previa. Si bien consideró como atenuantes que los delincuentes no les pegaron a las víctimas, remarcó que eso no implica la ausencia de violencia. Ya que al hombre lo ataron con cables y amenazaron con secuestrar a su hija y con quemar su casa.
De esta manera, el juez Gómez Urso condenó a Diego Verón a 5 años de prisión por “robo agravado por su comisión en lugar poblado y en bando” y resolvió que el fiscal Moyano continuara con las tareas investigativas para poder dar con los dos prófugos.