La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo que alrededor de 76.000 inmigrantes y refugiados cruzaron el Mediterráneo y entraron a Europa en las primeras seis semanas de 2016, casi 10 veces más que en el mismo periodo del año pasado.
Según la organización intergubernamental, 409 personas fallecieron o desaparecieron entre el 1 de enero y ayer en las aguas del Mediterráneo durante esas travesías: otras 319 en las rutas del mar Egeo que enlazan las costas Turquía con las islas griegas y 90 más entre el norte de África e Italia.
Con una media de arribos diarios a Europa de 2.000 refugiados o migrantes, la OIM enfatizó la gravedad de la situación al comparar esas cifras con las de 2015, cuando 69 personas fallecieron en circunstancias similares en el mismo periodo, informó la agencia de noticias EFE.
Desde inicios de 2015, las islas griegas ya han visto desembarcar a 924.015 personas, y la OIM anticipa que en marzo se llegará a 1 millón.
El continuo aluvión prolonga y promete agravar la mayor crisis de refugiados que enfrenta Europa desde la Segunda Guerra Mundial, con más de 1,1 millón de personas llegadas a las costas europeas sólo en 2015.
La mayoría de los migrantes son refugiados de las guerras de Siria, Irak y Afganistán que cruzan desde Turquía a Grecia y atraviesan Europa de Sur a Norte, pasando por los Balcanes occidentales, en busca de conseguir asilo en países como Alemania o Suecia.
Por otra parte, la OIM indicó que desde que empezó el año 68.025 inmigrantes y refugiados cruzaron la frontera de Grecia a Macedonia, donde están encontrando grandes dificultades para dirigirse a Serbia debido, entre otras razones, a una huelga de taxistas.
Los conductores de taxis bloquean desde el pasado 31 de enero las vías férreas para reclamar a las autoridades que les permitan transportar 500 refugiados e inmigrantes diarios hasta el puesto fronterizo serbio, un trayecto que en tren o en taxi cuesta 25 euros por persona y trayecto.
“Como resultado, el transporte desde la frontera ha sido intermitente y sujeto a negociaciones entre taxistas y autoridades”, explicó un colaborador de la OIM.