Javier Mascherano y el seleccionado argentino han sido sinónimos desde 2002 a esta parte, pasando en el medio 15 años, tres mundiales, cinco Copas América, una medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y 136 encuentros con la camiseta albiceleste, pero aparentemente cambió la historia de cara a la salida de mañana ante Uruguay como visitante, por la 15ta. fecha de Eliminatorias mundialistas.

La trayectoria de Mascherano habla por sí sola: 46 cotejos por esta competencia (22 victorias, 14 empates y 10 derrotas; 14 amarillas y una roja ante Ecuador en 2013). Su titularidad pasó a ser natural y de ese total sólo estuvo una vez en el banco de suplentes, cuando el seleccionado empató contra Chile e ingresó en el entretiempo por Luis “Lucho” González (13 de octubre de 2004).

Lejos quedó aquel cruce heroico contra el holandés Arjen Robben, que le permitió forzar los penales en la semifinal de la Copa del Mundo de Brasil 2014 ante Holanda, y en el presente el santafesino ya no es indiscutido, como tampoco seguirá en el mediocampo, y su titularidad mañana frente a Uruguay está en duda porque Federico Fazio, conocido del entrenador Jorge Sampaoli en su paso por Sevilla de España, le sacó una cabeza en la carrera para integrar la línea de tres junto con Gabriel Mercado y Nicolás Otamendi.

El santafesino, de 33 años, tiene 133 encuentros oficiales con la camiseta del equipo nacional, pero ninguno en el puesto que ocupará en el ciclo del seleccionador nuevo, que ya aclaró que lo convoca como “defensor” y en principio no apostará por él en la línea de tres, más allá que avisó que no está “descartado”.

“Cuando citamos a Javier lo citamos con la intención de que juegue como lo hace en su equipo, como marcador o central marcador, porque en una línea de tres ha terminado jugando como lateral derecho”, explicó el casildense en la primera conferencia como entrenador.

De esta forma, Mascherano, que parte en este caso en desventaja, marchará al fondo del esquema y ya no será el patrón del mediocampo como se acostumbró a verlo cada vez que jugó en Argentina.

A partir de ahora, Sampaoli lo colocará en la posición que lo utilizó Josep “Pep” Guardiola desde abril de 2011, cuando le explicó que lo necesitaba allí para mejorar el funcionamiento de Barcelona y el pasado fin de semana cumplió 319 citas en la última línea del conjunto catalán.

A grandes rasgos, el DT buscará a su Gary Medel en Mascherano, posición y función que le resultó clave y útil durante su paso por el representativo chileno -campeón de la Copa América 2015 frente a Argentina- y apostará fuertemente con esta elección.

Y eso quedó en claro durante las cuatro horas de charla que mantuvieron ambos en la ciudad catalana durante la gira del cuerpo técnico por Europa. Las sensaciones fueron muy buenas para los dos porque Sampaoli notó entusiasmado a Mascherano a lo largo de la reunión y lo sintió casi como un par, y porque el “Jefecito” consiguió revertir la posibilidad de no ser convocado por primera vez en mucho tiempo.

Sin dudas, la nueva experiencia con la camiseta albiceleste determinará un gran desafío para un futbolista que deberá revalidar su nivel, últimamente cuestionado en el mediocampo, y sobre todo ganarse el puesto.

Además, el ex River Plate entendió que por el momento tendrá que aceptar el ofrecimiento y la idea de Sampaoli para sostenerse en el plantel argentino, debido que en el mediocampo, donde reiteró siempre que se siente “más cómodo y menos presionado”, están sacados los boletos por Ever Banega, Guido Pizarro, Lucas Biglia y Leandro Paredes, todos de mejor pie, y por eso aceptó moverse algunos metros hacia atrás.

Por eso, Mascherano corre desde atrás momentáneamente, tal vez porque enfrente habrá jugadores de gran altura, tal vez porque Fazio es un hombre de confianza de Sampaoli, tal vez porque la cita es extremadamente delicada como para experimentar atrás o tal vez porque ya quien supo ser sinónimo de intocable dejó de serlo y arrancará de cero para sostenerse entre los convocados y peleará por volver al conjunto titular.